Era difícil descifrar lo que pasaba por la mente de Laín al comportarse de esa manera, su forma de querer molestar o llamar la atención con sus cosas o con sus oraciones de doble sentido no eran normales.
Seguíamos parados mirándonos unos a otros, noté de inmediato que a Eddy aquello ya no le estaba gustando.
— No me agrada en lo absoluto que Sofí se siente a tu lado. — dijo molesto.
— Pues lamento decepcionarte y decirte que no se sentará contigo campeón, mejor suerte para la próxima. — respondió Laín caminando rápidamente conmigo a su lado.
A mí la idea de estar sentada junto a Laín tanto tiempo no me agradaba tampoco, ni mucho menos después de todo lo que estaba pasando. Me zafé de su agarre y me dirigí con Eddy, le quité su boleto y le puse el mío en la mano.
— Ya está, asunto arreglado.
— ¿Tienes miedo de sentarte a mi lado eh pequeña? — dijo Laín dedicándome una media sonrisa.
— No — respondí inmediatamente. — Simplemente es para que no haya malentendidos está noche, además no quiero sentarme cerca de alguien como tú.
Tomé mis palomitas y pasé por su lado, entregué mi boleto y me dirigí a la sala donde sería la película dejándolos atrás. Busqué mi asiento y comencé a comer, pero para mí mala suerte cuando empezó la película ya tenía menos de la mitad gracias a todos los cortos que habían pasado. Odiaba eso.
A lado mío un chico tiro su bebida, la luz de la pantalla no ayudaba mucho así que tomé mi celular para alumbrar y revisar que no me hubiese manchado fue entonces que vi que tenía otro mensaje de Laín.
<<Aún estás a tiempo de sentarte a mi lado pequeña, igual si quieres te cargo en mis piernas ;) >>
¿Qué era lo que le sucedía? ¿No se cansaba de fastidiarme?
No respondí su mensaje, terminé las palomitas que me quedaban y me acomodé bien para disfrutar el resto de la película.
Media hora después me llegó otro mensaje. Hubiese sido mejor apagarlo.
<<Em, pequeña...el cara de papa se quedó dormido>>
Releí el mensaje sin entender bien a quién se refería.
<< ¿De quién hablas? >>
La respuesta llegó en seguida.
<<Hablo del que se coló en nuestra cita pequeña>>
Un momento, ¡había llamado a Eddy cara de papa!
La película estaba buena y quería terminar de verla, pero ya en ese punto lo mejor era que nos fuéramos. Me levanté dirigiéndome a los asientos de ellos, Laín estaba cruzado de brazos y la cabeza de Eddy reposaba en su hombro, sin que se diera cuenta le tomé una foto, aunque no salió como esperaba. Me acerqué con Eddy y lo desperté.
Al salir Laín comenzó a hablar de la película mientras Eddy se dirigió a los sanitarios.
— ¿Cómo es que se pudo quedar dormido? — dijo Laín susurrándome prácticamente.
— Suele pasar, déjalo en paz— respondí defendiéndolo.
— Eso no pasa Sofí, tiene complejo de Koala o qué onda.
Miré a Laín molesta.
Eddy salió minutos después, por más que quisiera estar con él no podía seguir aguantando estar cerca de aquel tipo.
— Será mejor que me lleves a casa.
Sin cuestionar este asintió y por primera vez para mi sorpresa Laín se quedó callado.
Una vez que salimos de ahí, le mandé un mensaje a mi madre y rápidamente me subí al asiento del copiloto antes de que Laín lo hiciera, en el camino permaneció callado algo que me pareció extraño, pero a la vez me alivió. De reojo pude notar que Laín no dejaba de escribir en su celular todo el tiempo. Le pedí de favor a Eddy que después de dejarme en mi casa llevara a Laín a la librería, si no lo hacía luego mi madre se enojaría conmigo, por suerte, Eddy accedió sin problema.
Al llegar a mi casa me despedí y me quedé confundida viendo como Laín se bajaba conmigo.
— ¿Qué crees que haces? — pregunté asustada.
— Oh no te lo dije pequeña, tu madre me invitó a cenar.
No. Debía estar jugando, ¿en qué momento? ¿cuándo, cómo?
Laín me sonrió y se dirigió a la entrada de mi casa.
— Lo siento pequeña, pero algún día entenderás por qué no te podrás deshacer de mí.