No Apto para menores

Capítulo Siete

    ¿Algún día? Yo quería saber ya el por qué, ¿Por qué se aferraba a estarme fastidiando solo a mí?

Laín se encamino y tocó el timbre, mi madre le abrió dándole la bienvenida, pero yo no entré, me quedé de pie afuera de mi casa hasta que mi madre salió por mí.

— Me gustaría saber... ¿En qué momento se te hizo buena idea invitarlo a cenar? —pregunté con molestia.

— Laín me mandó un mensaje en cuanto salieron del cine, no me lo pidió directamente, pero supe por lo que me escribió que quería que lo invitara.

¿Cómo es que ese tipo logró conseguir el número de mi madre?

Me quedé de piedra, y miré a mi madre fijamente.

— Sofí no me mires así, pareces una rana con ojos saltones.

— No me compares con una rana mamá. —reclamé molesta—. Y me gustaría saber cómo Laín sabe tu número.

Mientras caminábamos a la entrada mi madre me respondió

— Hablé con el Sr. Norbert ayer, me pidió que lo ayudara con Laín mientras estuviera aquí, así que le dije que le pasara mi número, te lo dije, pero eres muy distraída que ni siquiera me prestas atención.

Estaba segura de que no me lo había mencionado, además solo la presencia de ese sujeto provocaba que mi cerebro no pudiera concentrarse como era debido.

Antes de entrar a la casa detuve a mi madre, esto no podía seguir así, tenía que hablar con ella y deshacerme de ese tipo a como diera lugar.

— Mamá él no es una buena persona, hace días que fui a la librería escuché a Norbert diciéndole que si no se reponía lo enviarían a una escuela militar.

— Hija, creo que no lo conoces, no puedes juzgarlo, no sabes los problemas que tiene, solo es un pobre muchacho. —dijo mi madre cruzándose de brazos.

Me ataqué de la risa por dentro, que ella lo victimizara ya era un extremo, ese tipo era todo menos un mártir. Ella me decía que no lo conocía y ella tampoco sabía nada del él como para ponerlo en un pedestal.

— Parece una buena persona, solo trátalo bien y compórtate por favor.

No iba hacer que mi madre cambiara de opinión sobre él, así que sólo me quedaba tragarme mi coraje. Entre detrás de mi madre, mi padre y Laín estaban sentados en la sala hablando, por un momento me miró con una sonrisa divertida, si mis ojos fueran balas en ese momento Laín estaría muerto.

Subí a mi habitación para cambiarme cuando mi madre me dijo.

— No tardes en bajar Sofí, la cena estará lista muy pronto.

Asentí y continúe mi rumbo cuando escuché como Laín pedía el baño y a mi madre dándole las indicaciones.

— Está arriba, segundo pasillo a la izquierda.

Apresuré mi paso para no llegar a toparme con él y me metí en mi habitación, me senté en la cama y solté un suspiro cansado, saqué ropa más cómoda y empecé a quitarme la blusa cuando la puerta se abrió de golpe.

Instantáneamente me cubrí y me giré para encontrarme con la mirada penetrante de Laín.

Ninguno se movió, él me miraba fijamente mientras yo me intentaba cubrir lo más que pudiera con mi blusa.

— ¡Largo de aquí! — grité furiosa.

— Ups, pensé que era el baño —se giró inmediatamente y salió de la habitación.

Esto era el colmo, y por mi imprudencia de no ponerle seguro a la puerta sucedió eso. Me acabé de vestir y tomé una almohada pegándomela a la cara grité con todas mis fuerzas. Esta vez me escucharía Laín, y ahora si mi madre me creería. Antes de salir de la habitación mi celular vibró, lo tomé y era un mensaje de aquel tipo, al leerlo sentí un escalofrío que me recorrió todo el cuerpo.

<<No hay mucho que ver, pero aun así me gustó el panorama ;) >>

 



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En el texto hay: romance juvenil, secretos, apuestas

Editado: 23.02.2020

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