Inmóvil me quedé mirando la pantalla del celular por un largo tiempo, estaba cansada no podía permitir que aquello siguiera sucediendo, me levanté de la cama y salí de la habitación, no habían pasado ni siquiera diez minutos después de lo ocurrido.
Bajé a toda prisa y entré directo a la cocina dirigiéndome con mi madre.
— ¿Dónde está ese cretino? — pregunté molesta. Mi tono de voz fue más golpeado de lo que hubiese querido.
— Cuida tu vocabulario, no conozco a ningún cretino...ah no si, conozco a Eduardo. — respondió con cierta burla en su voz.
— ¡Mama! ¿Cómo puedes decirle así a Eddy? — reclamé molesta.
Ella dejó de partir las verduras y me miró apuntándome con el cuchillo.
— Te hizo sufrir, eso me basta para no tenerlo en un buen concepto, así somos las madres — iba a decirle algo, pero levantó la mano haciéndome callar— . Respeté tu decisión de querer seguir manteniendo la comunicación con él, pero no me puedes obligar a que yo lo acepté de nuevo.
Tener que estar escuchando a mi madre hablando de mis cuestiones amorosas resultaba un tanto incómodo para mí, me senté en la silla de la barra junte las manos y pregunté.
— Mira, yo hablaba de Laín, ¿dónde está ese pervertido?
Mi madre dejó de partir las verduras y me miró seria.
— ¿Pervertido? Puedo saber porque le dices así a ese muchacho.
Este era el momento, el momento que estaba esperando.
— La primera vez que fui a la librería conocí a Laín, mucho antes que tu, tuvimos un pequeño altercado y es por ello por lo que no me agrada, no se ha portado de la manera correcta conmigo.
— Continua — dijo mi madre.
— Me ha mandado mensajes desagradables y me acosa. — dije para rematar, aunque en cierta parte era verdad.
Mi madre me miró con un gesto que no logre descifrar.
— Muéstrame esos mensajes — ordenó
Saqué mi celular y me acerqué a ella, simplemente puse la conversación que tenía con él, al menos los pocos mensajes que quedaban ya que el resto se habían eliminado cuando borré su conversación.
Mi madre se limpio las manos en el delantal, agarró el celular mirando a la pantalla luego a mí, levantó una ceja diciendo.
— ¿Estás loca? Si tu aquí estás hablando sola.
— ¿Qué? — pregunté quitándole el celular y mirando.
¡Qué cobarde! Ese idiota había eliminado los mensajes que él me mando. Pero un momento... ¿cómo lo hizo? Era como si yo hubiera borrado los mensajes y no el. Qué extraño era aquello.
— Te estoy diciendo la verdad, Laín no es lo que parece, no es un chico de fiar, no es como todos creen y te lo voy a demostrar.
Salí de la cocina y lo empecé a buscar.
— Ya se fue — gritó mi madre. — Me pidió que lo disculpara pero que el Sr. Norbert lo necesitaba.
Regresé mientras mi madre retomaba el partir de sus vegetales.
— Hija, no porque una persona no sea de tu agrado debes inventar cosas de esta, no conozco del todo a Laín, pero se ve que es un buen muchacho, el Sr. Norbert me contó unas cosas sobre él y ha vivido situaciones muy difíciles.
Escuchaba a mi madre repetir lo que ya me había dicho, me crucé de brazos esperando que terminara.
— Si no quieres intentar hacerte su amiga está bien, lo entenderé — sonreí al oír aquello, pero en cuanto terminó de hablar mi sonrisa se esfumó— . Pero entonces ya no quiero que le hables tampoco a Eddy, si dices que Laín es una mala persona Eddy lo es mucho más.
— No puedes hacer eso, no puedes condicionarme. — reclamé alzando un poco más la voz.
— No lo hago, pero no puedes juzgar a alguien sin siquiera darte la oportunidad de conocerlo.
Y ahí terminó la conversación, siguió preparando la cena como si nada mientras yo me iba enojada a mi habitación. Entré y cerré la puerta con furia, me tiré en la cama y me puse a pensar.
Todo por un simple libro había entrado a mi vida aquel sujeto y ahora no podía alejarlo de mi vida de ninguna forma. Mi celular empezó a vibrar y al parecer la mala suerte me acompañaba pues era un mensaje justamente de él.
<<Sueña conmigo pequeña >>
<<Gracias, pero no quiero tener pesadillas>>
<<Entonces sueña como la tía Alicia intenta planear en secreto el asesinato no solo del señor Montenegro si no de su propia hermana>>
¡Lo odiaba! Estaba cruzando una línea muy gruesa, no se cansaba de estarme contando parte de la historia ni se cansaba de molestarme.
<<Déjame en paz, cretino, pervertido y cobarde>>
<<En primera pensé serías más ingeniosa con tus insultos y en segunda no es de cobardes borrar mensajes Sofí, simplemente que no pensé que fueras del tipo de chica que va a quejarse con su mamá, tú fuiste la que inicio todo esto no lo olvides>>