No lograba entender que pasaba, ella estaba fascinada con Laín, se emocionaba que conviviéramos más y ahora de un momento a otro me pedía que me alejara de él. Me senté bien en el sillón.
— ¿De qué estás hablando mamá? — mi confusión era mucha.
— La chica que estaba aquí era la ex de Laín...
— Sí, eso ya lo sé. — la interrumpí.
— Ella me dijo unas cosas sobre él, unas cosas que no son nada agradables. Ese chico es realmente peligroso Sofí, es por eso que te pido que le dejes de hablar.
— No sé qué te haya dicho esa tipa pero no puedes creer la sarta de mentiras que salieron de su boca.— dije un poco molesta.
Mi madre soltó un suspiro.
— Cuando llegó y empezó a contar las cosas no le creí si no fue hasta que me mostró pruebas de lo que estaba hablando.
— ¿Pruebas?— pregunté.— ¿Cómo que pruebas?
Se levantó del sillón y empezó a caminar de un lado a otro impaciente.
— No sé cómo decirte esto.
La miré un poco asustada, jamás se había puesto de esa manera. Estaba nerviosa, preocupada.
— Solo dímelo, ¿qué tan malo podría ser?
Acercándose a mi tomó mis manos.
— Laín asesino a una chica.
Incrédulamente la miré y acto seguido me empecé a reír. La risa en momentos menos oportunos no podía faltar.
— Esto no puede ser...¿en serio?
Al ver que mi madre me miraba con total seriedad mi sonrisa se empezó a desvanecer de mi boca.
— Es en serio. — afirmé sin poderlo creerlo.
El timbre sonó provocando que me sobresaltara. Mi madre me soltó las manos y se acercó abrir, antes de que lo hiciera yo ya sabía quién se encontraba del otro lado.
Laín había llegado.
No podía describir el rostro de mi madre al verlo ahí parado, por la expresión de ella él supo de inmediato que había llegado tarde.
— Sra. Déjeme explicarle como pasaron las cosas. — dijo rápidamente. Tranquilamente mi madre habló.
— Al principio Sofí me advirtió sobre ti, me dijo que la acosabas y yo no le quise creer. El Sr. Norbert solo me contó la parte triste de tu historia, donde te victimizaba y era obvio es tu abuelo y él te debía proteger, pero ahora te pido de favor Laín que te alejes de mi hija y no intentes contactarla, no quiero ir a la policía.
Laín apretó el puño.
— Entienda por favor que yo quiero a Sofí, realmente la quiero y no puedo alejarme de ella. — dijo pasando su mirada más allá de mi madre mirándome a mí— . Estoy consciente de que la forma de querer acercarme a su hija no fue la indicada y reconozco mi error, pero se bien lo que le dijo Tiffany, y se bien que lo que le contó no lo hizo de la manera justa.
— Ella me mostró pruebas Laín, saliste en los periódicos de tu ciudad, te hicieron un juicio. Acosaste a la pobre chica y al final la asesinaste.
Yo solamente estaba parada sin creer lo que escuchaba.
— Señora, yo no la maté, las cosas no pasaron así, no la acosaba tampoco y si, sé que puede haber pruebas, pero bien pudo alterarlas Tiffany solo para perjudicarme, yo no soy el mismo chico de aquel tiempo, yo cambié. Yo amaba a esa chica, ¿por qué habría de asesinarla?
— Lo siento Laín, pero no puedo creer lo que dices, no te quiero volver a ver cerca de mi hija, no quiero que vuelvas a pararte a esta casa, hablaré por la mañana con el Sr. Norbert sobre este asunto y le contare las cosas que Sofí me dijo en un principio sobre ti.
Laín se sobresaltó de inmediato.
— No lo haga por favor, deme la oportunidad de explicarle bien.
— No. Lo siento.
Él estaba desesperado, su mirada se notaba triste, apretó el puño de nuevo y alzó la voz, eso no ayudo mucho pues mi madre solo se alteró.
— Vete de aquí antes de que llame a la policía.
— No debió confiar en Tiffany Señora. — maldijo al aire, me miró por última vez y se alejó de ahí.
En ese momento el Laín que conocíamos se había esfumado, su forma de actuar de hablar y demás cambio por completo, era una persona diferente.
Mi madre cerró la puerta y se me quedó viendo, yo estaba en una especie de trance hasta que pude hablar.
— Cuéntame que fue lo que te dijo esa chica.
Se acercó a mí de nuevo, nos sentamos en el sillón y comenzó.
Por lo que me iba contando mi madre me di cuenta que Laín era un hacker que estuvo en una especie de pandilla y ahí fue donde conoció aquella chica, anduvieron un par de meses y entonces ella decidió dejarlo, fue entonces que Laín la empezó acosar, le mandaba mensajes de diversos números, iba a su casa a altas horas de la noche a pararse bajo su ventana e intentaba buscar un punto débil de ella para que hiciera lo que él quisiera. Llegó un punto en el que la seguía a todas partes vigilando sus movimientos. Ella fue a la policía para pedir una orden de restricción, después de eso Laín no tenía permitido acercársele, pero era tanta la obsesión de él con ella que termino con su vida. Lamentablemente no había suficientes pruebas, pero los de la pandilla apuntaban que había sido Laín.
Algunas cosas eran lo mismo que me había sucedido a mí, pero ya en este punto donde conocía más a Laín dudaba mucho de que hubiese hecho eso.
Cómo mi madre me mencionó me mostró las fotos que Tiffany le había pasado.
— ¿En serio le creíste esto?— miré a mi madre con la ceja levantada.— Puede que Laín si este medio loco pero no creo que eso sea verdad, no lo creo capaz de ir a tal grado de asesinar a alguien. Y bien lo dijo él, las pruebas pueden ser alteradas. — ella no dijo nada solo me sostenía la mirada fijamente. — Ahora bien, si Tiffany sabía eso ¿por qué se hizo su novia? Digo, yo no sería novia de una persona así, sabiendo que asesino a alguien puedo correr riesgos estando a su lado.
— Pero entonces por qué Laín dijo que en algunas cosas quizá tenía razón, por qué se alteró de esa manera. — dijo rápidamente.
— No lo sé...quizá porque lo llamaste asesino, loco, acosador...