No dejare de amarte

Prólogo

Llegamos a nuestros hogar y finalmente está completo. Todo se ve perfectamente iluminado y no es para menos, Thomi está aquí. 
Emma no deja de mirarlo y yo solo sonrío, busco mi móvil en el bolsillo de mi pantalón y les tomo una fotografía, sus ojos desbordan felicidad. 
Nos sentamos en el sofá 
-es el mejor día de mi vida- asegura 
-lo es amor, tan solo mira estas manitos- son tan pequeñas y frágiles. 
-es perfecto- afirmo moviendo la cabeza. Nos miramos unos segundos a los ojos y me inclino hacia sus labios. Luego llevamos la vista una vez más hacia el pequeño Thomi, quien duerme plácidamente. 

~Días después ~ 

El buen humor es notable, no exagero cuando digo que ha traído luz y amor a nuestras vidas, no es como si no nos amaramos antes, pero todo es tan diferente. 
Los chicos nos visitan y babean por su sobrino de corazón. A pesar del cansancio Emma luce sonriente, las noches no son sencillas. Ella debe alimentarlo y eso demanda mucho de su tiempo, yo le cambio los pañales cada vez que lo requiere. 
Es una lucha constante y estamos en pleno aprendizaje, ante cada llanto saber que le sucede, en ocasiones es su barriga y debemos hacerle masajes, otras veces solo necesita los brazos de mamá. 
Anthon lo pasea por toda la sala aunque Thomi esta dormido. Intentamos hablar en tono normal ya que no deseamos que se acostumbre al silencio. 
Pasamos una gran tarde, junto a la enorme familia que hemos construido aquí en Madrid. Nuestros amigos incondicionales.




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