Giro a verla y me encuentro con Sarah, corre a abrazarme y respondo al instante. Lo hacemos con cierta exageración; ya no la veo con frecuencia y la echo de menos. Rápidamente volteo a ver a Ann.
-¿por que querías preocuparme?- inquiero
-no la regañes le pedí que me ayudara con eso- mi amiga encoge los hombros. Ann regresa a su escritorio y nosotras entramos a la oficina, tomamos asiento
-¿como estás?- pregunto
-muy bien, extrañando a mi mejor amiga- replica -¿y tu?-
-estoy bien, ya no nos vemos como antes. ¿Recuerdas aquel tiempo en el que te adopte como mi mascota? - digo entre risas, ella asiente sonriente. Es lo único que extraño, también soportar a mi hermanito. -por cierto ¿como esta Milo?-
-mañoso como siempre- responde
-es tan lindo, quiero robartelo. Lo malo es que es igual a Liam- encojo los hombros.
-no seas mala- se queja -Milo no es tan gruñon- suelta después y ambas reímos. -queria contarte que el próximo fin de semana nos visitara mamá, si quieres saludarla-
-¡Susie! Claro que si, ella ha sido tan linda conmigo- respondo.
-tambien vendrá Mateito- agrega
-a Thomi le agradará jugar con él-
-asi es- mira la hora en el reloj que decora su muñeca -debo irme, es lindo verte al menos cinco minutos- se pone de pie
-lo sé, soy una compañía agradable- alardeo
-jamas cambiaras- dice divertida. Nos damos otro abrazo, esta vez extenso y melancólico. Quizás porque somos consientes de que pasaran varios días sin vernos pero aun así nuestra amistad sigue intacta.
~Narra John~
Terminamos la practica y nos dirigimos a los vestuarios, luego de darme una ducha me visto, Isaac se sienta a mi lado mientras se coloca los tenis, poco después se acerca Aarón. Me despido de ellos y salgo.
Hoy no es un día como cualquiera, no debería recordar esta maldita fecha pero lo hago cada día desde que ella no esta, desde que ella partió. Sin dudas su ausencia me duele tanto, me quema.
Enciendo el motor y conduzco hacia el sitio más horrible, el cementerio. Por momentos me cuesta asimilar que jamás podre darle un abrazo, un beso y algún regaño. Si tan solo pudiera regresar el tiempo atrás; se que nada de esto habría pasado. Quizas no existiría mi hijo, intento dejar esos pensamientos a un lado, solo logran perturbame. Estaciono frente al gran portón, cierro los ojos unos segundos intentando reincorporarme.
Inhalo y exhalo un par de veces, finalmente miro al frente buscando el valor para ingresar. Hace varias semanas no hablo con ella, me dirijo a su nicho y al ver su fotografía las lagrimas no tardan en bajar, no hago el mínimo intento por retenerlas.
-hola primita, aquí estoy. Se que me ausente un poco y te pido disculpas. Sabes que siempre estas en mis pensamientos y en mi corazón. Pero es tan difícil venir y hacerme el fuerte frente a ti. No lo soy, me haces falta, quisiera que estuvieras a mi lado; Leslie nunca voy a entender porque no estas aquí. Jamas voy a aceptar que te hayan arrebatado de mi lado- la angustia crece aun más y no puedo dejar de llorar. Llevo la mano derecha hacia su retrato -eras una niña, tenias tanto por vivir, por aprender y conocer... - hago una pausa. -limpio mis mejillas con el torso de la mano izquierda -te quiero tanto prima, olvide las flores pero prometo regresar mañana- salgo de allí.
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Decidimos darle el fin de semana libre a Felicia, aunque ella insistía en quedarse merece un descanso. Emma prepara el desayuno y yo alisto a Thomi para bajar a la cocina, termino de peinar su cabello y nos dirigimos abajo.
-bueno días mamá- la saluda alegre
-hola mi niño que guapo estas- responde ella, se acerca y deja un beso en su mejilla.
-que bien huele- digo, ella me regala una sonrisa. La ayudo a preparar café y luego tomamos asiento.
-mamá, papá ¿puede quedarse a dormir mi amigo Oliver?- pregunta Thomi. Emma me mira y luego responde
-por mi no hay problema. ¿Tu que opinas amor?-
-me parece una buena idea- replico
-deberíamos preguntarles a sus papás- agrega ella, el niño asiente entusiasmado.
Luego nos cuenta que planea jugar al tesoro escondido y también contar historias de terror, Emma le dice que luego no podrán dormir y él se ríe. Al terminar de desayunar ayudo a recoger todo, mi chica decide llamar a los padres de Oliver para preguntarles si lo dejan quedarse a dormir aquí.
Me dirijo hacia la sala Thomi esta sentado en el sofá y decido imitarlo
-¿quieres jugar a algo?- pregunto
-¡si!- responde -juguemos al veo veo- propone. Asiento de inmediato. -veo veo-
-¿que ves?- inquiero
-una cosa-
-¿que cosa?-
-maravillosa- replica
-¿de que color?- mira hacia las lados
-mm color blanco- responde después de algunos segundos. Echo un vistazo a mi alrededor
-¿la pared?- digo, Thomi niega con la cabeza, sigo observando -¿la lámpara?- vuelve negar -¿la cortina?-
-¡no!- empieza a reír, inspecciono todo el lugar
-¡la puerta!- digo con seguridad
-tampoco es ¿te rindes?- inquiere divertido
-claro que no- sigo buscando. -¿el teléfono?- ya no quedan opciones. Una vez más mueve su cabeza en negación. -tus tenis-
-¡no papá! Rindete, rindete-
-no lo haré, voy a encontrar sea lo que sea- después de mirar varias veces más detalladamente miro mis pies -¿mis medias?- apenas se ven debajo del pantalón
-¡si! Ahora te toca a ti- Emma aparece frente a nosotros y pregunta si puede jugar también. Ambos aceptamos de inmediato.
Luego nos cuenta que Oliver puede pasar la noche en casa pero debemos buscarlo a las seis, por esa razón decidimos salir de compras antes para tener todo listo.
La tarde pasa de prisa, luego de ir al supermercado y escoger todo lo necesario para la cena buscamos al niño en su casa, luego regresamos a nuestro hogar.
Emma les prepara una carpa tipi en el cuarto de Thomi para que jueguen dentro, ellos escogen peluches para decorarla. Le entrego sus vasos de chocolateda que acabo de preparar y unas galletas.
Los dejamos solos para que puedan jugar y platicar a gusto. Nos dirigimos a la sala
-¿crees que es temprano pero empezar con la cena?- inquiere Emma pensativa
-yo creo que si- respondo.
-no se a que hora se duerma Oliver-
-eso no importa amor, esta noche pueden romper las reglas, ya sabes dormirse un poco más tarde, jugar mucho y pasarlo increíble- encojo los hombros. Ella asiente.
Suena mi celular y lo quito del bolsillo del pantalón veo que es mamá
- hola - la saludo alegre
-hola hijo que lindo oirte- réplica -¿como están tu y Thomi?- cuestiona
-estamos bien. ¿Ustedes?-
-bien-
-Thomi esta jugando con un amigo que dormira aquí - comento
-¿no te parece que es pequeño para eso?- suelta con cierta molestia.
-no tiene nada de malo mamá, además Emma y yo estamos de acuerdo- explico
-te extraño mucho hijito y a mi pequeño Thomi-
-tambien te echamos de menos mamá- sonrio aunque no puede verme.
Emma enciende la tele y empieza a hacer zapping.
-debo colgar te quiero- dice
-te quiero- finalizamos la llamada y dejo el aparato sobre la mesita. -¿quieres mirar alguna película?- pregunto ella niega con la cabeza viendo hacia delante
-prefiero esto- deja en el canal de dibujos animados y suelto una risa burlona
-es muy divertido- socarroneo -aunque de niña solo tienes la mente- me fulmina con la mirada
-no voy a responderte Gagnon, es más no voy a hablarte mas- finge enojo cruzando los brazos sobre el pecho.
-adoro tu comportamiento infantil - bromeo pero me ignora. Paso mi brazo por encima de su hombro y la pego a mi cuerpo. Luego empiezo a hacerle cosquillas en su estómago con mi mano libre y no puede evitar reír, es demasiado tierna
-¡ya, ya! Me rindo- dice y me detengo, dejo un casto beso en sus labios
-veamos de que se trata- esta vez intento concentrarme en la tele.
-soliamos ver Heidi, Leslie y yo- susurra. Giro a verla, continua viendo la pantalla -cada canción que bailamos o cantamos, cada película que vimos y vuelvo a ver y a escuchar la trae aquí, es como si ella me acompañara-
-jamas tendré como agradecerte lo buena que has sido con ella. Fuiste muy especial para mi prima, lo eres para mi también. Gracias por quererla tanto- Emma me observa fijamente y veo el dolor en sus ojos, pero tiene razón mi prima sigue aquí, en cada recuerdo. Me da un fuerte abrazo y respondo al instante.
-se me ocurre algo, juguemos al dígalo con mímica con los niños- propone y yo asiento. Nos separamos un poco -te amo mi engreído- dice y sonrio
-y yo a ti despistada- en ese instante una lagrima baja a mi mejilla. Puedo asegurar que cuando conocí a esta chica mi vida cambió tanto, me sentí completo porque junto a ella y a mi prima no necesitaba nada más, hasta que nació nuestro hijo. Toma mi mano y subimos al cuarto, siempre es bueno desconectarse del mundo jugando con niños.