~Narra Emma~
No está bien levantarse de malas, tampoco andar así por la vida. Pero digamos que las circunstancias lo ameritan, Irene me llamo temprano para pedirme el día libre ya que no se siente bien y digamos que es un dia complicado para mi; pero debe descansar y reponerse en su casa, la necesito 100% recuperada.
Debido a mi mal humor hemos discutido John y yo, se que no es la gran cosa pero hace tiempo no levantamos la voz. Es agotadora la rutina, y para variar o mejor dicho completar mi desgracia la cabeza parece estallar. Tomo asiento frente al escritorio y enciendo la laptop luego doy un trago a mi cafe, reviso mi email. Suena el móvil veo que es mamá y respondo de inmediato.
-buenos días hija ¿como estas?-
-hola mamá, bien ¿y tu?-
-suenas distinta- comenta
-no es nada- replico
-te llamo para invitarte a cenar, extraño a mis niños- bromea
-claro mamá, por mi esta bien-
-nos vemos en la noche mi amor, en casa- finalizamos la llamada.
El resto de la mañana pasa muy lento, debo cambiar citas, agregar nuevos horarios y siento que voy a explotar.
La señorita Scott se despide y sale, yo busco alguna pastilla para acabar con la agonía. Sin resultados decido salir a comprar, no me gusta automedicarme pero en este caso lo haré. Quedan más pacientes por atender y debo mostrar mi mejor sonrisa.
~~~~~~~~~~~
Sin demasiado animo regreso a casa, mi gran motivación es ver a mi pequeño y abrazarlo con fuerza. Agradezco ser reconocida por mi trabajo y hacer lo que me gusta pero en este último tiempo he aumentado mis pacientes y a veces siento que no daré a basto.
Abro la puerta y mi niño corre a saludarme ¡es una ternura! John esta sentado en el sofá, solo voltea a verme, luce serio.
-hola- digo, me acerco y tomo asiento a su lado. Nos damos un casto beso en los labios, tan frío como el hielo. No exagero, es más bien un acto de costumbre. No solemos darnos besos apasionados delante del niño pero generalmente son cálidos y bonitos. No ésta vez.
-mamá me llamo en la mañana, quiero que cenemos juntas, también estará Liam- comento viendo el aparato que tenemos frente,en el cual hay caricaturas; hace tiempo no nos reunimos los tres. Los extraño
-¿llevaras a Thomi?- inquiere y volteo como resorte
-¿porque lo preguntas?- pregunto confundida
-¿lo olvidaste?- eleva una ceja, odio ese gesto de soberbia -en la mañana te he dicho que saldré con los chicos, pero parece que señorita egoísta no oye lo que le conviene- se levanta de golpe. Me enfada su actitud. Felicia cuida del niño durante el día y ambos determinamos que en la noche lo haremos nosotros, no queremos abusar de ella y nos gusta pasar tiempo con Thomi.
-llevare al niño porque no me molesta pero no me hables así, no soy para nada egoísta...
-¿crees que me molesta mi hijo?- me interrumpe -te avise con anticipación que esta noche saldría con los chicos-
-no discutiré contigo- me pongo de pie también y me dirijo a las escaleras, agradezco que Thomi no esté allí, por un momento olvidé que él está en la casa. Me dirijo al cuarto, me siento en la cama y quito mis zapatos. Cierro los ojos con fuerza ¿qué nos está pasando?
~Narra John~
Termino de alistarme y me dirijo a la sala, Emma y Thomi ya no están. Suelto un suspiro de cansancio ya que ni siquiera se despidieron. Dejo esos pensamientos a un lado y busco a Felicia para informarle que saldré, ella luce distraída. Esta sentada en un taburete en la cocina.
-¿esta bien Felicia?- le pregunto, se sobresalta al verme
-si señor - responde. Sonrio cordial
-ya me voy ¿necesita algo?- niega de un movimiento de cabeza
-que pase bonito-
-gracias, nos vemos mañana - salgo de allí.
Subo al coche y busco alguna canción que me distraiga durante el camino; luego de unos minutos aparco frente al bar "La terraza"
Aaron y Anthon ya están allí sentados en una mesa al fondo, me dirijo hacia ellos y tomo asiento.
-hola chicos- los saludo
-¿como estás bro?- inquiere el rubio
-creimos que no llegarías- agrega el pelinegro
-me demore un poco- replico. Ellos beben cerveza, poco después el mesero se acerca y ordeno lo mismo. Ellos comentan sobre el último partido el cual ganamos en tres contra uno. Mi vista recorre el lugar mientras mi mente divaga un poco, no me agrada discutir con Emma. Admito que no debí llamarla egoísta pero me aparece un acto codicioso ya que le avise que saldría, pero a ella se le olvida.
-tierra llamando a John- bromea Anthon
-llevamos unos veinte minutos hablando con la pared- ironiza Aaron
-lo siento ¿que decían?-
-¿que ocurre?-
-puedes hablar con nosotros- ambos lucen preocupados y lo entiendo, mi actitud no ayuda en absoluto desde que llegue mi mente esta ausente en su platica.
-hoy no ha sido un buen dia- empiezo a hablar -Emma y yo discutimos y eso me tiene un poco disperso pero ya estaremos bien- intento creer mis palabras
-vamos bro, puedes decirnos lo que sea- dice Anthon
-ambos llegamos cansados a casa, para variar su trabajo es muy desgastante. Y la noto muy agotada, comprendo que no es sencillo lidiar con gente y sus problemas pero verla seria y sin ánimos comienza a molestarme. Le he dicho que no exceda sus tiempos por quedar bien con todos pero simplemente no puede negarse. Asiste al centro de mujeres y eso demanda muchas horas lo cual limita a sus demás pacientes, ella no quiere incumplir con nadie- doy un trago a mi bebida.
-entiendo lo que dices amigo pero debes apoyarla- dice Aaron -Emma es una gran chica-
-coincido, debes demostrarle que estas ahí para ella. Tiene un gran corazón y no puede evitar ayudar a los demas- agrega Anthon
-¿hay algo más? - cuestiona Aaron. Puede que suene exagerado mi enojo porque es su responsabilidad pero extraño a la antigua chica alegre, juguetona, extrovertida de la cual me enamore.
-Emma ha cambiado mucho, ya no es como antes, su humor cambió. Se irrita con facilidad, incluso ya no sonríe como antes- suelto sin pensar. Anthon abre los ojos como plato pero no dice nada.
-dime que no hay alguien mas- se apresura el pelinegro. Niego con la cabeza y decido dar por terminada la conversación ya que se torno bastante incómoda.