@ción para cogerla.
-Pap- mi padre rápidamente me cubrió la boca con su mano
y hizo un gesto de que estuviera en silencio.
Salimos de la enorme casa y fuimos a parar a un bosque, tenía muchísimo miedo, pero papá siempre me decía que cuando tuviese miedo a
mirara hacia arriba, porque hacia arriba miran los ganadores y hacia abajo los perdedores, y yo siempre era la
𝐇𝐚𝐜𝐞 𝐧𝐮𝐞𝐯𝐞 𝐚𝐨𝐬 𝐚𝐭𝐫𝐚́𝐬...
Abrí los ojos lentamente, y me encontré en una habitación blanca, todo era blanco solo había un sillón a mi lado y una pequeña mesa de noche de ese mismo color, parecía una habitación de hospital, miré a mi alrededor y no había ninguna ventana, no sabía dónde estaba ni papá ni mamá , pero a mi lado estaba mi conejito Kiki, es el peluche que mi tía Alice me regaló cuando tenía cuatro años, y desde entonces no me he separado de él.
De repente, la puerta se abre bruscamente, me sobresalto pero al ver que era papá corrí a abrazarlo.
- ¿Papi donde estamos? - le pregunto
El no me respondió, simplemente me cogió en brazos y se fue corriendo conmigo en sus brazos.
Pasamos por un largo pasillo oscuro y largo, en ese pasillo había muchísimas puertas, recuerdo perfectamente haber visto a una niña con el pelo rubio y una mirada muy triste ¿le habrán quitado sus peluches favoritos como lo hacen mis papis cuando me porto mal?
Abrí los ojos cuando me di cuenta de que había dejado a mi conejita Kiki en la habitación, iba a decirle a papá que teníamos que volver rápido a la habitación para cogerla.
-Pap- mi padre rápidamente me cubrió la boca con su mano
e hizo un gesto de que estuviera en silencio.
Salimos de la enorme casa y fuimos a parar a un bosque, tenía muchísimo miedo, pero papá siempre me decía que cuando tuviese miedo a
mirara hacia arriba, porque hacia arriba miran los ganadores y hacia abajo los perdedores, y yo siempre era la ganadora de papá, a lo lejos, pude ver a mamá con nuestro coche, se empieza a oír varios ladridos de perro a su vez dos hombres muy grandes con traje negro venían corriendo hacia nosotros.
Estábamos llegando al coche y de pronto se nos interpuso una anciana.
-Joshua, sabes perfectamente que no te puedes llevar a la niña. - dijo la anciana dando un paso hacia nosotras
Mamá bajó del coche asustada y fue hacia nosotros rápidamente.
- Charlotte lleva a la niña al coche-dijo sacando una pistola cuando los hombres de negro estaban al lado de la anciana.
- Joshua sabes que tu hija es muy valiosa - dijo la anciana seria
- ¡NO! ¡no dejaré que usen a mi hija como una rata de laboratorio! - grita papá
Mamá mientras me lleva al coche, notando mis temblores me dio un beso en la frente, yo lloraba desconsoladamente, sin saber dónde estábamos.
¿quienes eran todos ellos?
- Mami tengo miedo-le dije a mi madre aterrada
- Tranquila cariño te prometo que todo estará bien.
Sonaron varios disparos, seguidamente mi padre vino y se montó al coche, tenía sangre en su brazo, mi madre segundos después de que mi padre cerrar la puerta prendió el coche a toda velocidad.
- papi porque tienes sangre en tu brazo - le pregunto mirando la gran mancha que se le había quedado en la camiseta.
-Tranquila cielo papá está bien - dijo intentando sonreír por el retrovisor
- Joshua necesitamos a esa niña, ella es la única que la puede hacer olvidar - dijo mi madre tirarando los móviles por la ventanilla
-¡¿Crees que no lo sé?! - dijo mi padre exaltado- ¡déjame pensar maldita sea Charlotte! ¡eso no es lo importante ahora!
- Lo es Joshua lo es, mirala la Joshua esta temblando! - grito mi madre
- Cariño, tranquilizate te prometo que encontraremos a la niña, pero primero tendremos que esconder a Abi, tendremos que cambiar de ciudad, de vida, de casa o si no nos encontrarán.
Veo a mi padre con una aguja acercándose hacia mí.
-Papi que vas a hacer - le pregunto asustada, derrepente todo se torna de negro y lo último que oigo es a mi padre decir que lo sentía.