No despiertes

capítulo 5

Abro los ojos lentamente al mirar hacia mi alrededor me encuentro en una habitación blanca , era como de hospital o eso parecía, intento levantarme, pero no puedo, ya que tengo las manos atadas con esposas a los laterales de la cama cual animal salvaje.

Me siento cansada, posiblemente los secuestradores me habrán dado alguna  clase de tranquilizante.

Entro en pánico al pensar en mi posible y no muy lejana muerte.

No me quiero morir todavía joder.

Soy joven, soy joven soy joven
me repito a mi misma.

Grito todo lo que puedo, ojalá esto fuera una pesadilla, no me puede estar pasando esto a mi.

Siento unos pasos venir cada vez más cerca hasta que alguien abre la puerta violentamente.

La puerta se abre por un hombre alto y musculoso, tendría unos cuarenta y cinco años, se ve mayor pero tampoco tanto.

Se dirigió a mi con semblante serio.

- Buenos tardes Abigail - me dice crujiendose los nudillos

- ¿Quién eres? - le digo agitada.

- Puedes llamarme Padre.

¿Qué? ¿Padre? Maldito loco psicópata me rio a carcajadas de los nervios y el me mira inexpresivo, más que padre debería llamarle demonio.

Le miro en silencio por un momento y vuelvo a gritar.

- Abigail, tienes tres opciones, la primera es que te sedemos hasta que tengas el cuerpo tan enturmecido que creas que estás en estado vegetal - dice sonriendo de lado con cinismo- la segunda es que grites hasta que se te rompan las cuerdas bucales, además puedes gritar lo que quieras, en donde estas nadie te va a oír. - dice convencido

- ¿Y la tercera? - digo tragando saliva

- La tercera es la mejor opción, es la que más te conviene - asegura-
Puedes tranquilizarte y te explicaremos lo que haces aquí, y lo más importante la verdad sobre Joshua y Charlotte, tus padres.

Abro los ojos al oír los nombres de mis padres.

Pienso en  la tercera opción y lentamente asiento, estoy tratando de un loco esquizofrénico y psicópata por lo tanto, debería hacerle creer que voy a hacer todo lo que él me dice, si quiero salir viva de aquí.

-Elijo la tercera opción - digo casi susurrando intentando aguantar las lágrimas.

De pronto aparecen dos hombres musculosos tras la puerta, ellos tienen una llave y me desatan las manos, yo me logro incorporar y el señor al que se supone que le tengo que llamar padre me entrega unas zapatillas blancas , al levantarme veo que tengo un vestido blanco, él me hace un amago de que le siga.

Salgo por el pasillo, el decorado es moderno, tiene una decoración antigua con un toque moderno, seguidamente el señor "padre" baja por unas escaleras  y yo me quedo asombrada viendo lo grande que es la casa, bueno mejor dicho, mansión.

Lo sigo hasta llegar a un comedor gigante dónde hay varios chicos y chicas de mi edad, están desayunando.

Ellos me miran curiosamente y entonces lo veo a él.

El chico que me secuestro, cierro los ojos para no perder la compostura, no quiero que me vuelvan a encerrar en esa habitación de hospital.

- Chicos, prestenme atención - dice firme

Todos miraron, incluso él, que me estaba penetrando con los ojos.

- Esta es su nueva compañera, que Abigail - dice mirándome atentamente

¿Como que compañera? ¿Serán alguna clase de secta?

Los demás cuchichean y el señor padre me invita a sentarme con ellos

- Desayuna y después hablaremos -  dice para después irse

Se me acerca una chica pelirroja con lentes y yo inmediatamente doy un paso hacia atrás.

- ¿Abi verdad? me llamo Iris. -  dice presentándose pero yo la miro asustada.

- Tranquila, no muerdo - dice riéndose -  No nos tengas miedo, somos inofensivos - dice sonriendo

Me coge del brazo suavemente y me invita a sentarnos con ellos.

- Bueno te presento a Lila y Celeste- dice señalando a unas chicas que son gemelas  rubias y ojiazules. - Ella es becca -  dice mirando hacia una chica de pelo castaño corto, bastante guapa por cierto, ella al oír su nombre nos mira despectivamente y se acerca al chico de ojos verdes- y él es Eros- dice señalandolo

- Mi secuestrador - digo mirándole fijamente

- ¿Quieres que te pida perdón princesa? - dice burlón

Oigo unos pasos y veo a Nayla.

Ya no me extraña nada.

La fulmino con la mirada, ella es el motivo de que éste aquí.

Viene y coje un dulce de la mesa

- Ya te despertaste, genial - dice con la boca llena.

Me levanto al recordar el suceso en el baño, es... es...no se que es pero me hizo algo inexplicable para mi.

Ella se da cuenta y suspira yéndose por donde vino.

- No tienes hambre - me pregunta una de las gemelas, es celeste las diferencio por un lunar que ella tiene en la frente y su hermana lila no.

- La verdad es que no - digo, aunque me cruje la barriga.

Me niego a probar bocado de este sitio, quien sabe si está compuesto de veneno de rata o sedantes de dudosa procedencia.

Iris se ofrece a ser mi guía turística, la verdad es que ella no me parece mala persona, pero ya aprendí a no confiar de buenas a primeras en alguien.

Al salir del comedor me enseña la cocina en la cual hay dos cocineras soledad y Jane, Iris me explica que ellas se encargan tanto de la cocina como de la limpieza de este lugar.

Después me lleva escaleras arriba a la segunda planta donde hay una sala grande y parece una sala de juegos hay un televisor grande, billares y algunos videojuegos.

Entendido está gente es rica.

En la sala de al lado hay un gran gimnasio, me fijo en todas las maquimas hay algunas que nunca había visto.

Seguidamente me lleva de nuevo a la primera planta y me enseña las habitaciones individuales, la cual están una en frente de otra, me dice que la mía es la número ocho en frente del tal Eros, mi secuestrador de ojos verdes.

¿Acaso creen que me quedaré viviendo aquí? 
Spoiler. Por supuesto que no.

Y para finalizar me enseña el exterior, me fijo en los árboles y los arbustos que rodean la casa no es una casa cualquiera, parece un internado, grande pero no tanto como los internados que he visto




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