No Digas Adiós

03. Braxton Lake

꧁༺ 03. 𝓑𝓻𝓪𝔁𝓽𝓸𝓷 𝓛𝓪𝓴𝓮 ༻꧂

𝐁𝐑𝐀𝐗𝐓𝐎𝐍 𝐋𝐀𝐊𝐄

Seguía pensando que esto era una pésima idea.

Soy el menos indicado, teniendo todo en cuenta y, sobre todo, no sirvo para eso de “salvar”. ¿Qué significa eso? ¿Qué conlleva esa acción? Estuve cinco siglos lejos de los humanos, prácticamente desde que nací fui excluido de eso. Sé más sobre los demonios que cómo se maneja el mundo de ellos.

Sigo analizando el lugar en el que me ha mandado el Señor. No sé mucho sobre esto, pero estoy seguro de que lo primero que necesito es un cuerpo al que trasladarme.

—¿Qué se supone que es este lugar? —Le pregunto, no sé leer las letras de este mundo—, tan siquiera me hubieras mandado a un par de clases antes de enviarme al matadero, ¿no crees? —Sigo refunfuñando. Esto no me gusta en lo absoluto, no me siento cómodo y mucho menos con la idea de tomar un cuerpo prestado.

Las paredes son de metal, o eso creo, hay demasiados cuadros grises enfrente de mí con manijas como si fueran cajas.

—¿Me dirá qué es este lugar o me tengo que quemar el cerebro para adivinar lo que es?

—Escoge al mejor portador.

—No sabe cuánto me sirve eso, eh.

Me sobresalto al instante en que esas cajas metálicas se abren y salen de ellas camillas con personas arriba de ellas; sus cuerpos no parecen de este mundo.

Están muertos.

—¿Me trajo a La Morgue? Guao, entre tantos lugares que tiene este universo, me manda al más tenebroso.

—Escoge un portador, ninguno de ellos tiene familia, así que no tendrás ningún inconveniente.

Incluso en esta versión, sigo estando solo. Vaya vida la que me han asignado.

«Los humanos se quejan, tú no eres uno de ellos», me repito eso mientras respiro profundamente antes de acercarme a los cadáveres.

—Antes de que seleccione a alguno, deberías de decirme cómo es la persona. No puedo ir por allí ciegamente, que tal si es una persona de cuarenta y llevo un cuerpo de alguien de veinte. Necesito su archivo, al igual que los de estos muertos.

Cuando llegaban los Ángeles después de concluir su misión con éxito, oí muchas veces que la vida aquí era demasiado dura, todo se manejaba a base de “poder” cero que eso era y “dinero”, no tengo ni idea de lo que eso sea, pero escogeré el que tenga esas dos cosas en su archivo.

—Deberías de ser más respetuoso con esas almas.

—Primero: yo no fui el que escogió este lugar. Segundo: si Usted sabe cómo soy, ¿para qué me trae a este lugar teniendo tantos? Tercero: necesito saber qué tan útiles me pueden ser, ya que voy a permanecer por UN AÑO en este sitio. Cuarto: sus almas ya no están aquí, solo son un cascarón vacío.

—¡Ramiel! —cierro mis ojos ante su estruendoso grito.

—Ya ve, Usted solito se saca de quicio, ahora… —Mantengo mis pies pegados al suelo al ver cómo las paredes comenzaban a retumbar. Él solito se hace esto, incluso los del inframundo, si estuvieran a mi cargo, jamás me traerían a un lugar así—. Por favor, ¿me podría proporcionar los datos, tanto de los cascarones friolentos y de la que voy a ser “salvavidas”?

«Salvavidas», aprendí esa palabra cuando uno de los Ángeles de tercer rango llegó. Significa: salvar a alguien que depende de ti, aunque tú no quieras ayudarlo. O eso creo que significa, no estoy muy seguro, lo tuve que interpretar a mi manera.

—Debes de ser más considerado, y respetuoso. Sus familiares están en duelo.

—Pero dijo que no tenían familiares.

—¡RAMIEL!

—Ay, ¿ahora qué? Solo he dicho lo que Usted me dijo.

—Deja de faltarme al respeto.

—Pero…

—Nada de peros, ahora selecciona uno.

—¿Ahora quién es el irrespetuoso? JA.

—¿Qué dijiste?

—Nada, Señor.

El archivo de la persona que voy a salvar aparece en mi mano, mientras que toda la información de los difuntos se proporciona arriba de su cabeza. Hojeo rápidamente el documento de la chica para después iniciar con mi selección.

Nombre: Katherine Tsolov.

¿Qué es ese apellido?

—Una pregunta, ¿cómo se pronuncia su apellido raro?

—Solouf.

—Entonces, ¿por qué tiene una T si ni siquiera suena? —Sigo deslizando mis ojos por las letras—. Katherine Solouf. Desde allí veo el problema.

—¡Ramiel!

—Vale, ya me callo.

Edad: 22 años. 14 de febrero.

Pésimo día para cumplir años. En vez de hacerte especial, te hace alguien directo de burlas y eso es muy lamentable.

Grupo sanguíneo: AB+

—Otra pregunta, ¿de qué me sirve saber su tipo de sangre? Eso es algo que no me interesa en lo más mínimo.

—¿No dijiste que ya te ibas a callar?




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