꧁༺ 05. 𝓝𝓸 𝓼𝓮𝓻á 𝓯á𝓬𝓲𝓵 ༻꧂
𝐁𝐑𝐀𝐗𝐓𝐎𝐍 𝐋𝐀𝐊𝐄
«Se lo dije, yo no estoy hecho para esto». Katherine era bastante para mí solo, esta misión se debe de hacerse por lo menos con otras dos personas de más. En ningún momento me dijo el Señor que esa humana podía salir echa una furia de su casa. Creí que todos los humanos eran tranquilos y respetuosos, pero esa humana es todo lo que no me enteré.
Me rasco la nuca sin saber muy bien qué decir o hacer. Es bastante evidente que estaba molesta por mi llegada y su enojo fue un grado más alto cuando se enteró de que fue la única de esta familia que no sabía sobre la llegada de este individuo que ahora soy yo.
Ahora sí que necesito todas sus estadísticas para poder tan siquiera comprenderla un poco, antes de que yo sea el que sale por esa puerta destrozado.
—Ella, ¿estará bien? —Es lo primero que sale de mi boca. El sujeto menea un poco su cabeza, veo por encima de su cabeza para que me saliera toda su información, sin embargo, nada sale.
En serio que me quiere complicar la tarea.
—Oh, sí. Siempre hace eso, es como una tradición de ella. Es bueno que no pierda sus tradiciones, porque entonces sí sería preocupante.
Mis ojos buscan nuevamente la puerta por donde se ha ido, sigo sin comprender su comportamiento. Realmente necesito un manual de humanos, son demasiado complejos y difíciles de entender. Intento moverme un poco para ver el débil rastro que ha dejado en el aire flotando, pero antes de que mis pies intentaran arrastrarse por el piso, el chico me vuelve a hablar.
—Déjame ayudarte con tus maletas. Te mostraré tu nuevo dormitorio.
La amabilidad desborda por cada uno de sus poros, asiento no muy convencido, pues las maletas son demasiado pesadas. En cuanto toma una por la parte superior e intenta cargarla como si fuera una almohada de plumas, su brazo cae y casi me duele el tirón que se ha dado. Suelta una risilla de incomodidad antes de volver a intentar levantar la maleta.
—¿Traer piedras o qué?
Abro mis ojos con sorpresa. ¿Cómo lo supo? ¿Acaso podía leer mentes? Aunque eso era muy imposible a menos que fuera un celestial de alto rango, o en todo caso, ¿era demasiado obvio?
«Le dije que no era buena idea llenar las maletas de piedras, no sé mucho de estas cosas, pero algo me dice que no se llenan de rocas», sigo pelando con el Señor dentro de mi mente, sé que puede leer mis pensamientos en cada momento, el problema es que me responda.
—Todos los que han venido a esta casa les ha encantado. Las habitaciones son grandes y muy cómodas, y esta familia es muy amable, seguro que pronto te adaptarás —me dice llamando nuevamente mi atención. Lo sigo cuidadosamente por las escaleras.
En la pared de un color blanco, pero que no es blanco, descansan un par de fotografías familiares y en una que otra está únicamente una niña, que honestamente no sé quién es.
—Cuando lleguen la señora Tsolov y Ariadna de sus vacaciones, seguro que te agradarán, son completamente diferentes a la dramática y asocial de Katherine. Se supone que siempre debemos de dar una magnífica primera impresión; sin embargo, hemos fallado en eso, pero pronto te lo recompensarán.
¿Por qué se refería así de Katherine? ¿Qué significa asocial? ¿Quiénes son la señora Tsolov y Ariadna? No me agrada nada de esto.
—Esta es la habitación de Kate, ni siquiera se te ocurra mirarla si es que no quieres problemas con ella —me avisa, me quedo viendo un poco de más la puerta que estaba pintada de gris y tenía muchas cosas pegadas, no sé lo que son y en la manija tiene algo colgando que tiene letras ¡que tampoco entiendo!
Antes de que mis ojos regresaran a la espalda del chico que no paraba de hablar, las letras se traducen a mi idioma. Lo que dice el letrero es: No entrar. Sigo caminando hasta que nos detenemos enfrente de una puerta blanca. Esta no tenía absolutamente nada como la de Katherine, por alguna razón se veía aburrida.
—Este será tu nuevo lugar —abre la puerta mostrándome todo lo que había en el interior.
Todo era absolutamente fascinante.
Jamás creí que llegaría a ver cosas como estas. Puede que este mundo tenga muchísimas cosas malas, pero es increíble todo lo que está dentro de ese dormitorio, mi dormitorio.
«¡Síguela!» «¡Sigue a Katherine Tsolov!». Su estruendosa voz resuena de una manera tan dolorosa en mi cabeza que casi me cubro con mis manos los oídos, aun sabiendo que de ahí no provenían sus gritos.
«¿A qué se está refiriendo?»
«A partir de ahora no te separarás de Katherine Tsolov hasta cumplir exitosamente tu misión»
Y antes de que le pudiera preguntar algo, un hilo de color rojo aparece atado en mi meñique. Intento quitarlo, pero ni siquiera soy capaz de tocarlo. Cada vez que paso mi mano por aquel hilo brillante, mi mano pasa de largo.
Esto no será fácil.