No Digas Adiós

06. Porcentaje de vida

꧁༺ 06. 𝓟𝓸𝓻𝓬𝓮𝓷𝓽𝓪𝓳𝓮 𝓭𝓮 𝓿𝓲𝓭𝓪 ༻꧂

𝐁𝐑𝐀𝐗𝐓𝐎𝐍 𝐋𝐀𝐊𝐄

Seguirla no era para nada sencillo. ¿Por qué debe de caminar tan rápido?

El sendero que había dejado se iba borrando conforme los segundos pasaban; si salía un minuto más tarde de su casa, no iba a poder encontrarla. Por un momento creí que me confundiría con los restos que dejan los demás humanos al caminar; sin embargo, los únicos destellos del alma que era capaz de ver era el de Katherine. Al igual que toda su información de vida.

Y eso por alguna razón me alegraba, pero también me molestaba.

Se supone que, a partir de ahora, estaré a su lado, pero ¿cómo sabré de qué la tengo que salvar o de quién? Si no conozco la información de las demás personas que la rodean, no podré confiar mucho en ellos, aun así, sean amables. He escuchado que hay personas que fingen ser buenas y amables, pero son las primeras en hacerte daño. Si es que no cumplo con mi misión de todo bien, por lo menos me gustaría irme con la idea de que no deje que nadie le hiciera daño.

Agh, porque pienso eso si todo va a salir bien, cumpliré mi misión con éxito y volveré al reino.

¡Yo puedo!

¡Sé que sí puedo!

¡Es el primer día y ya la perdí!

¡Me convertiré en polvo por culpa de esta humana que se hace llamar Katherine Solouf!

Me rio en mis adentros por haber pronunciado su nombre como suena, realmente es difícil su apellido.

Mantengo mi vista en los pequeños brillitos que flotan por todo el lugar, tomo uno en mis manos y veo cómo se deshace en la palma de mi mano prestada. Estoy seguro de que mi mano real es un poco más grande que la de este cascarón. Un humano se coloca enfrente de mí, justamente en el sendero que me ha dejado Katherine, niego con la cabeza al percatarme de que se va borrando por completo.

Oh no. Esto es sumamente grave.

Doy grandes zancadas para rebasar al sujeto que, si me caía encima, me regresa al lugar de donde vine. En cuanto estoy enfrente de él, suspiro aliviado al ver que todavía tengo el camino que me guía hacia ella. No creí que en mi primer día me enfrentaría al mundo de una, pero aquí estoy, caminando sin saber absolutamente nada y aún sigo sin entender cómo es que no tengo miedo de estar expuesto.

Al momento en que el sendero llega a su fin mis pasos se detienen en automático, estaba en un establecimiento o eso supongo. Un vidrio sustituye la pared y antes de que pudiera mover mi cabeza para buscarla, mis ojos se encontraron con ella.

Desliza sus manos arriba de cosas que no conozco, su cabeza está inclinada hacia abajo. Doy otro paso más pegándome al vidrio para poder verla bien.

Su cabello naranja lo tenía sujetado, pero unos cuantos mechones estaban sobre el costado de su rostro. La camisa blanca con rayas negras está debajo de una chamarra verde oscuro. Lleva una de sus manos a sus mejillas para limpiar el líquido que se deslizaban por ellas, se echa uno de sus mechones detrás de su oreja, y sin darme cuenta, estaba nuevamente leyendo su información.

Pero a diferencia de la primera vez que la vi, ahora me aparece su porcentaje de vida y ánimo.

Porcentaje de vida: 47%

Estado de ánimo: inestable.

¿Qué significa inestable? ¿Qué está mal? ¿Le duele algo? ¿Se había golpeado con algo antes de llegar aquí? Me rasco la cabeza con frustración sin comprender todo lo que me estaba arrojando sus estadísticas de vida. Murmuro unas cuantas cosas antes de entrar al mismo lugar que ella estaba.

Al abrir la puerta, el leve sonido de una campana suena. Alzo mi cabeza y la veo colgada de un listón rojo.

Con disimulo me acerco a ella, pretendo ver las cosas que ella estaba viendo. Sin embargo, mis ojos se quedan pegados en una imagen más tiempo de lo que creí. Tomo la cosa esa y la acerco a mí, intento entender lo que decía, pero por más que me esforzara se me complicaba.

—¡Las has encontrado! —Me sobresalto al escuchar su voz a un lado mío, frunzo el ceño al no comprenderla—. ¿La vas a comprar? —En cuanto mis ojos caen directamente a los suyos, su expresión cambia radicalmente, pero eso no quita que sus ojos estén enrojecidos por el llanto, y sus mejillas de un color rojo—. Tú —me señala.

Estado de ánimo: enojada.

Bien, ya no es inestable.

—Ahora también te tengo que soportar aquí, no se te ha ocurrido un mejor lugar al que ir. Hay muchos locales en donde venden CD de películas. Y dudo que quieras esta —me arrebata la según película y se va a otra sección dejándome solo.

Y antes de que desapareciera por completo de mi vista, veo que el porcentaje de vida sigue bajando hasta llegar a 33%

A partir de ahora me esforzaré por subir tu porcentaje de vida, Katherine. Después de todo, para eso me han mandado, a salvarte.

Nota de la autora

❤¡¡¡MUCHAS GRACIAS POR LAS 100 LECTURAS!!!❤




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