꧁༺ 08. 𝓤𝓷 𝓽𝓻𝓪𝓼𝓽𝓸𝓻𝓷𝓪𝓭𝓸 ༻꧂
𝐊𝐀𝐓𝐄 𝐓𝐒𝐎𝐋𝐎𝐕
Cada día me doy cuenta de lo trastornado que es aquel chiflado. Aún sigo sin creer como es que vino a caer en nuestra casa, quizás y tenga yo alguna jodida maldición para atraer lunáticos a que vivían debajo del mismo techo que yo. El último loco que estuvo en esta casa se robó una pantalla plana de ochenta pulgadas que estaba colgada en la sala junto con varios portátiles y lamentablemente uno de ellos fue el mío. Qué vil desgracia.
—¡Le estoy diciendo que me voy a morir y no quiero eso! ¡Por favor, respóndame! ¡Habla mucho sobre los buenos valores y la excelente educación, pero no es para responderme por lo menos mándeme una diminuta señal! ¡Excelente! ¡Moriré completamente solo y más aparte ignorando!
Sigo negando con la cabeza mientras me alejo de la puerta de aquel sujeto, desde que llegó se la pasa hablando solo y más aparte se queja de absolutamente todo, no sé con quién se queje, pero sin duda alguna esa persona ya debe de estar tan harto de él que lo ignora desde el minuto uno. En toda esta semana no se me despegaba, me hablaba, pero lo ignoraba no quiero nada que ver con él, estoy bastante bien, así como estoy no necesito llevarme bien con aquella persona que se la pasa gritando dentro de su habitación capaz y se me pega lo loco.
Suspiro una vez más y comienzo a bajar las escaleras. Hoy llega mi madre junto con mi hermana, no es como que me emocione mucho su llegada, pero me sentiré mucho más segura estando con ellas que como lo estoy ahora mismo.
Tomo la caja de cereal y echo las hojuelas en el tazón que me regaló mi antigua mejor amiga, la pintura se está deslavando y el diseño apenas y se puede notar. Nos dejamos de hablar hace siete años, fue mi única amiga… que creía que me comprendía y me quería tal y como era, pero nunca sabes lo que las otras personas piensan realmente de ti, yo creí que la conocía, pero resulto ser una completa extraña.
Pero eso no quita que me deshaga de las cosas que me dio alguna vez.
El sonido de la puerta del refrigerador suena a mi espalda sacándome de mis pensamientos, volteo a ver de quien se trata y al ver el loco que habla consigo mismo lo ignoro, pero eso no quita la cara alegre que sostiene.
—¡Buenos días, Katherine Tsolov! —Ruedo mis ojos al escuchar su energético saludo.
No estoy acostumbrada a que las personas me llamen por mi nombre completo, ni siquiera en la universidad.
—No me agradas en lo absoluto, así que no me hables que no somos ni quiera conocidos —le digo, no me tomo la molestia en poner un tono de voz agradable si quiero que se aleje completamente de mí tengo que ser distante y fría.
Solo escucho sus pasos que se acerca cada vez más a mí, por intuición me muevo a un lado, la caja de leche entra en mi campo de visión junto con una cuchara plateada y sin decir una sola palabra se marcha. No obstante, antes de que saliera de la cocina la puerta principal se abre y los escandalosos gritos de mi hermana retumban en mis oídos, casi maldigo por su llegada.
—¡¿Dónde está el lindo chico?!
Se adentra a la cocina en busca del maniático hablantín, antes de que pudiera procesar lo que acababa de suceder parpadeo por el tremendo rechazo que recibió la chica querida por todo el mundo. Braxton le pone la mano en la frente alejándolo completamente de su cuerpo, los brazos de Tiffany quedan colgando a sus lados, de inmediato su ceño se frunce por la acción que ha hecho el “chico lindo” después de todo, todos los chicos se mueren por siquiera entablar una conversación con ella.
—No somos conocidos y mucho menos amigos, así que no te me acerques y mucho menos quieras hacer lo que estabas a punto de hacer. No me agradas en lo absoluto —mi boca se abre por la sorpresa, me esperaba de todo menos eso. Estaba utilizando las mismas palabras que yo le había dicho, pero ahora en contra de mi hermana. Guao.
Quizás ahora me comience a agradar un porciento.