Mintiendo para convivir
Hoy vienen los Nowell, mi casa esta hecha un desastre, no me refiero a suciedad o cosas fuera de lugar, si no desastre que ocurría con las personas, casi todos los días es así, tanto que cuando estamos en armonía, se siente tan raro
Yo aun no me molestaba en hablar o mirar a mi padre, estaba planeando que hacer, podría quedarme callada, pero no con los brazos cruzados
Me funciono, porque pronto llegó la hora en la que los Nowell llegarían, papá salió por ellos, nos colocamos en la entrada para presentarlas, me sorprendí cuando solo vi a Jacob, quien al verme me sonrió ampliamente
—Yaiza, ¿Cómo estás?— Me saluda con un abrazo, como si nos conociéramos de años, ya que no me horrorizaba, mínimo ya no como antes, no me molesto del todo, pues pude sentirlo, sentí el miedo al rechazo que corre por su cerebro y su nerviosismo
—Bien, gracias señor Nowell, ¿Usted?
—Muy bien, pero Harry no pudo acompañarme porque se sentía mal, un resfriado al parecer, y nada de señor, ya te dije que me hables de tu
—Bueno... Jacob, le presento a mi familia, a mi madre ya la conocía según se— Jacob le estira la mano a mi madre y la estrecha— Ella es mi hermana, Royce—hace lo mismo, al igual que con las demás
—Les pido una disculpa de parte de mi hijo, estaba muy emocionado por verte de nuevo Yaiza y conocerlas a ustedes, pero esta mañana su resfriado empeoro
—No te preocupes Jacob, ven, sientate, ofrezcanle algo— ordena mi padre
Ellos hablan por un rato, hasta que llega la hora de comer, nos sentamos como se nos tenia indicado, mi padre a la cabeza, mi madre a la derecha, Jacob a la izquierda, pero con lo demás se rompió, en el momento en el que no hay Harry porque significaba que Royce se tenía que se sentar en su silla
Yo hubiese quedado enfrente de él, pero Jacob habla— Oh, por favor Yaiza, siéntate a mi lado
Al principio no había mucho que hacer, ni de que hablar, así que solo se escuchaban las cucharas contra los platos, sentía la incomodidad de todos—Es una lastima que Harry no pudiese venir— comente
Sentí como el señor Nowell se alegró de que hablase— Lo se, te digo que estaba sumamente emocionado de venir, lo que me recuerda que debo agradecerte, me dijo que lo hiciste sentir muy incluido
—No fue nada, su hijo me agrado— Por decir poco
—Mi madre es buena haciéndonos sentir mejor, ya sabes, remedios de gente mayor— sigue mi padre
Lo que hace que todos la miremos, mi pobre abuela empieza a temblar de nerviosismo— Con los resfriados solo falta tener calor por dentro, comiendo algo caliente se mejorará rápido— logra contestar, jamás la había visto así
—Allá hay más comida, puedes llevarle la que gustes, la sopa le ayudará mucho
—Ah, gracias en verdad, me gustaría llevarle un poco ahora, no se si tiene fuerzas para levantarse solo
—Nada de eso, ahorita te ponen comida y que las niñas se lo lleven
Pude ver a Juddie temer, como si debiese algo, como si al igual que nosotras tuviese miedo a ser asesinada—No, para nada, no quiero molestarlas, a parte digamos que Harry aún se acostumbra a las personas, tener tres lindas mujeres en la casa haría que se orinara en los pantalones
—No importa, Salime ahorita prepara la comida— veo como mi tía procesa lo que le acaban de pedir— Y que Yaiza se lo lleve
Cierro los ojos, aceptando mi sentencia— Con gusto— Me escuche decir, soy una tonta
—De todos modos Yaiza ya terminó— Hasta ahí quedaron mis esperanzas de un segundo plato
Entró a su casa, de inmediato se escucha su pregunta al aire «¿Quién está ahí?» como si tuviese miedo, ambos lo teníamos, pero se me quitó en cuanto le respondí y pude visualizar su casa, mientras lo escucho bajar las escaleras, noto que no hay trampas para brujas o algo que pudiera relacionarlos, pero ¿Quien lo tendría a la vista?
Me voy a la mesa, pongo la comida y lo veo, me sonríe— ¿Qué haces aquí? No te quiero contagiar
Le sonrió— No pasa nada, no me enfermo con facilidad— Le estiro la comida
—En ese caso— se acerca para poner un beso en mi mano— Siento mucho no haber podido ir a tu casa y conocer a tu familia
Es como sentir mi corazón ser feliz—No pasa nada, ya habrá otra oportunidad, mi familia te manda esto, come la sopa de une vez para que te mejores
—Que considerados, esto será mucho mejor que ir con el pastor; Por cierto, te portaste muy linda presentándote a tus amigos— dice mientras da la primera probada— Dios, esto está muy rico, ¿Quien lo hizo?
—No fue nada, si somos vecinos no me importaría ser tu amiga, fueron mi abuela y mi madre
—Me gustaría ser más que tu amigo, Yaiza
Me gusta la manera en la que me mira, es muy dulce, pero no podía emocionarme con él, no sabiendo que fácilmente podría caer en los encantos de mi hermana, estaba tan acostumbrada que dolía saber el final, solo me limite a sonreirle
Jacob habla de su esposa, de cómo la perdió, de cómo murió y por eso decidió mudarse, sobre lo arrepentido que estaba de sus acciones, claro que jamás aclaró ni dijo directamente que era un asesino de mujeres
Entendí en ese momento que Jacob y Harry Nowell no eran un peligro, no por ahora
Me despedí de mi madre para ir a dormir, volviendo a ignorar a mi padre, aun no era capaz de verlo o tenerlo cerca sin que viniese el deseo de maldecirlo por hacer que madre llorara.
Ese pensamiento me atormento hasta que me puse a llorar, me puse a llorar porque si mi padre era capaz de hacerle eso a mi madre, siendo yo testigo de todas esas veces que le juraba amor, eso significaba que ya no existiría hombre que se salvase de eso, ¿Cómo podría confiar en alguien más
Al día siguiente me desperté, la cabeza y el corazón me dolían, baje a desayunar, un «No pude dormir» le sirvio a mi madre; Mi padre se acerca a mi, me coloca las manos en la cara— ¿No te habrás contagiado del resfriado de Harry?
—No me toques— le dije en voz baja mientras quitaba sus manos de mi, la furia aun corría por mi cuerpo, mi padre parecía sospechar, porque no me dijo nada, en cualquier otra circunstancia me hubiese incluso pegado por la falta de respeto, pero solo bajo la mirada