Capítulo 37

Y así me fui quedando sola, guardando odio, un odio que pronto explotaría y causaría el peor de los desastres

Caigo de rodillas al verla, su cuerpo inmovil, mi primer instinto es tomarla en mis brazos, la cargo y la llevo adentro, me acerco a mi familia, se quedan inmóviles al verla en mis brazos

La pongo en el sillón, madre corre, gritandole a la viuda, mis lágrimas me nublan la vista por completo, no tiene pulso

Me acerco a ella, de inmediato me llega el olor

Madre llega con la abuela, quien de inmediato se tapa la nariz, miró que ha sido apuñalada—Parece que bebió en veneno y aparte la apuñalaron, lo siento mucho, hija— mi abuela pone su mano en mi hombro

Me levanto con desesperación— No, no, yo puedo, puedo salvarla—El resto de mujeres se unen a la sala, pero las ignoro— Solo tengo que intentarlo

Ellas me intentan detener, pronto me doy cuenta que me duele el intentarlo, recuerdo que estoy atada

Todas se unen para tomarme de los brazos, para que no lo intente, me enojo demasiado, siento como si fuese a explotar, no son capaces de entender lo que estoy pasando

—“Derrito el hielo en el que me congelaron, levantó un escudo que ustedes no podrán traspasar, cortó el lazo con el que me ataron, acabó con su conjuro, reclamo mi poder de vuelta”

Puedo sentir su miedo, pero no me importa, solo quiero mi magia de vuelta, necesito a Canelita conmigo

Sale de mi una onda muy fuerte, que empuja a las mujeres y a mi padre, siento mi poder en mi cuerpo, quemando mis venas, mi magia materializada, a todo eso le urgía salir

Ellas intentan levantarse, yo giro, regresando a ver a mi perrita

La tomó, pongo mi mano sobre su cabeza y sobre su pancita, empiezo a conjurar, cierro los ojos, logro ver su dolor, lo mucho que sufrió, logró sacar el veneno de su cuerpo, abro los ojos pero ella aún no regresa

Me hecho a su cuerpo— Perdóname por no cuidarte como prometí, perdóname por no estar contigo, perdóname por no poder curarte

Mi padre pone su mano en mi hombro, queriendo consolarme—Tranquila, hija, eso pasa, los animalitos mueren— me dice la abuela, me levantó con furia

—Si, eso pasa, pero no fue lo que le pasó a ella, a Canelita la asesinaron y juro por mi vida que a quien le hizo eso las pagara, yo vengare a mi perrita así sea lo último que haga

El odio me invade de nuevo, me veo interrumpida cuando escuchamos al servicio llegar

Van a la sala a reportarse, tienen una sonrisa que desaparece al ver a mi mascota en el sillon sin vida—Perdonará usted, Duque Wytte, pero un tipo de temblor que hubo en el pueblo nos retraso — comenta Grace, me gano la mirada de mi familia

Adam camina hacía mí, no soy capaz de regresarle la mirada, él va con Canelita, se inca y la acaricia por última vez—Tyler, ve afuera y dile a Valery que no iré a la escuela, por favor— pido

Tyler asiente y sale corriendo— Señor Wilding, por favor saque el cuerpo de la perra al patio — pide mi tía

—¡No!— grito— No me volveré a separar de ella— me vuelvo a acercar a su cuerpo, esperando con todas mis fuerzas volver a sentir sus latidos

...

Salimos al patio, me siento desolada por completo, siempre la había tenido a mi lado, en las buenas, en las malas, ella era la única que me acompañaba, no me podía imaginar una vida donde ella no estuviera

Padre se apresura a colocarla bajo la leña, ellos tratan de consolarme, pero siento que me lo han arrebatado todo

Mi único consuelo es pensar que encontrare a quien la mató y la hare sufrir, fuera de eso la melancolía no me deja respirar

Pasan un par de horas y padre tiene todo listo—Vamos, Yaiza, tu enciéndela

—Si— digo, pero tardo en levantarme, se que quemar su cuerpecito es la mejor opción, sé que es lo que siempre quise hacer, pero ahora todo parece irreal

Tomó la antorcha, mi padre la enciende, me acerco a la fogata—Te ame toda tu vida, y ahora te extrañare el resto de la mía

Un pedazo de mi alma murió con ella

Veo a Harry y Daniel entrar, Nowell corre a mi, me pide que lo espere, se agacha para despedirse de Canelita, gesto que me hace derramar lágrimas

Cuando él se aleja, con la antorcha prender la fogata, madre se acerca a apagar la antorcha, doy unos pasos atrás, viendo el fuego y el humo, me dejo caer de rodillas, mis lágrimas brotan sin parar, quemando mi rostro

Daniel se acerca a mi, intenta consolarme pero solo me hace sentir peor—Ya, Yaiza, cálmate, se que duele pero, pero solo era un perro— Mi nudo en la garganta me impide hablar y pedirle que se calle— Bien puedes pedirle a tu padre que te compre otro y ya está — Sollozo con su comentario

Y de repente, lo siento, pasa a mi lado, va hacía la fogata y pone unas flores, parece que se despide de ella

—Vamos, linda, solo era un perro, no te pongas así, deja de llorar por favor— Quisiera coserle la boca a Daniel

Mientras él sigue queriendo ‘ayudarme’, Kyle se acerca a mi, se inca y me ve—Lo siento mucho, Yaiza, no tenía ni idea— se lanza a abrazarme, sin dudarlo ni un segundo le devuelvo el gesto, lo sostengo con fuerza

Sollozo más fuerte— Murió, Kyle, mi querida Canelita murió— cierro los ojos y me dejo envolver por su aroma

—Lo sé, lo sé, cariño— pasa una de sus manos por mi cabello, tratando de consolarme

Me suelta un poco, nos separamos unos centímetros, limpia mis cachetes—Se cuanto la amabas, no me imagino cuanto te duele, pero si te sirve de algo aquí estaré

Vuelve a enredarme en sus brazos, y yo vuelvo a llorar

Ya no hay nadie más, solo nosotros dos y la fogata, con mi dolor que se ve aminorado mientras me acaricia, no quería que me soltara, no quería que se fuera

Mi corazón se ve consolado, y mi caos toma un poco de calma, solo para darme cuenta de que estoy jodida, pues estoy muy enamorada de él

Me enamore de Kyle, y ya no lo puedo negar, ni ocultar

Estoy enamorada de sus detalles, de sus cartas, de sus flores, de su manera de hablar, de expresarse, me enamore de su manera de verme, de no juzgarme, de su manera de reír, de caminar, de su seguridad e incluso de su forma de coquetear, me enamore perdidamente del chico de la manzana