No era correcto

Capitulo 1

Aquel era el primer día de clase, Valentina corria presurosa por la estrecha habitación que había arrendado cerca de la universidad.— debo llegar temprano, la puntualidad es siempre la mejor carta de presentación— le dijo a uno de sus peluches de dragón ball sobre la única ventana de la habitación. Como si el pequeño muñeco afelpado de Vegeta le fuera a responder algo, ella fijo su vista en él para después correr hacia la puerta.
Antes de salir dió dos pasos hacia el pequeño mini refrigerador en la esquina de su habitación saco rápidamente una manzana y, ahora sí a toda velocidad salió. Bajando a prisa se topó con algunos de sus vecinos, la mayoría hombres mayores o viejecitas de miradas dulces. Si, arrendar aquella habitación en esa casa de retiro había sido una de sus mejores ideas. Era barata, segura y, lo mejor no tendría que lidiar con fiestas de compañeros ni gritos de parejitas rompiendo. La única desventaja seguía siendo el tamaño de la habitación y, por supuesto la falta de elevador.
Aun así bajo las escaleras sin perder su sonrisa. Había obtenido una grandiosa beca en la más prestigiosa universidad de todo baja California.— vida nueva, en ciudad nueva— dijo al salir. Dió dos pasos sobre la acera llenándose los pulmones del aire de aquella metrópoli en desarrollo. Inmediatamente comenzó a toser.— ¡Maldita contaminación!— se quejó, guardando la manzana en su bolso, para comerla más tarde.
El cielo era gris aún así, su día sería magnífico, podía sentirlo. Camino con paso seguro, pensando en lo mucho que estarían asombrados en su pueblo natal de verla ser independiente y autosuficiente— si hasta voy sola y, por mis medios a la universidad— se alabo a si misma.
En ese instante una gota gruesa y, fría le cayó sobre el rostro.— que sea lluvia y, no pipí de un ave— rogó en un murmuró. Caminando más aprisa.
Cinco minutos más tarde rogaba que mejor hubiera sido pipí de un ave, la lluvia caía a mares prácticamente empapando todo, pero Valentina se sabía lista, había conseguido llegar hasta la universidad al centro de la ciudad, casi sin mojarse, caminando rápido aprovechando cada portón o árbol donde resguardarse.
Entrecerró los ojos y, frunció los labios— si corro un poco no me mojare tanto, la puerta está a lo mucho a unos cinco metros— se dijo a si misma, mirando a ambos lados antes de animarse a cruzar la calle.
Cuando al fin se decidió, un auto paso Junto a la acera, a tal velocidad que el agua que se encharcarba ahí, salpicó empapando a Valentina de pies a cabeza. Ella sacudió su cuerpo en un escalofrío por lo helada del agua, para después soltar varios adjetivos poco gratos al dueño del auto.— ¿Debe ser una broma?— gruñó caminando a pasos gigantes y furioso hacia la escuela.
Siguiendo con la mirada al auto negro que la había bañado de agua sucia de pies a cabeza.
Corrió a prisa sin prestar atención a nada más que al auto que la había bañado de porquería en su primer dia en aquella prestigiosa institución.
Cuando la portezuela del auto se abrió, Valentina prácticamente corrió ahi, vio aparecer una mano y en ella un paraguas negro abrirse. 
El paraguas le tapó la visión un instante, aún así no lo dejaría ir, no sin obtener una disculpa antes.
—¡Oye tú!— grito faltandole el aliento.
El tripulante del auto que había bajado se giro a ella. Valentina llegó a donde él, trago saliva ruidosamente al verlo. 
Bajo aquel paraguas se encontraba un hombre, no mucho mayor que ella, pensó nada más verlo. De tez blanca, mentón marcado, pómulos que parecían cincelados y, unos ojos que ocultaban su color tras unas gafas de montura de diseñador.
" ¿Sus ojos son cafés o negros?" Se preguntó hipnotizada por el extraño solo un momento.
El arqueo una ceja negra— son negros— dijo,  Valentina abrió la boca horrorizada de haber dicho lo que pensaba y lo miro sonreír burlón.
Así que compuso el gesto, se señaló de pies a cabeza frunciendo el ceño.—¿Esto te parece correcto?— gruñó tratando de no mirar sus ojos que ahora sabía eran negros.
El arqueo ambas cejas, recorriendola con la mirada— pues ciertamente no— respondió.
Valentina sonrió triunfal aguardando su disculpa solo que entonces aquel hombre abrió la boca de nuevo.
— tiene un pésimo gusto en cuanto a estilo y, ciertamente uno no debe venir a la universidad cubierto de fango.— respondió frunciendo el ceño con desaprobación.
Ella lo volvió a ver incrédula, boquiabierta, su rabia creció haciéndola tiritar un poco.—¿ Es que acaso crees que soy estúpida?— lo confronto apretando los puños a sus lados.
El tomo un aire serio.— sinceramente no lo sé, no tengo el gusto de conocerla lo suficiente para asegurar si es estúpida o no— respondió — pero por lo que se ve, descuidada, poco precavida— dijo señalando lo empapada que estaba por la lluvia— maleducada e irritante si que lo es— agrego  con suficiencia.
Se disponía a girarse para irse, cuando Valentina se dió cuenta de la ropa perfectamente pulcra que llevaba aquello le dió más rabia aún.— tú me empapaste con tu auto, ¡papanatas!— gruñó en un chillido furioso.
El la miro de nuevo con gesto severo, como si fuera a decirle algo grave... Solo que no contaba con que Valentina era inteligente si, pero también espontánea y, atrevida.
Sin previo aviso lo abrazo fuertemente asegurándose de apretarse bien contra él... Mojandolo y manchando sus ropas pulcras con la misma agua sucia que la empapaba a ella.
—¿Pero que mierda cree que hace?— gruñó furioso.
Ella le sonrió con suficiencia para después alejarse rápidamente de él, lo vio resoplar molesto sin duda, se preparó para la disputa. Pero su sorpresa fue grande al verlo girarse para alejarse rumbo a los edificios de la universidad.
— ¡Pesado!— le gritó a manera de despedida sonriendo de su triunfo.
Después de su fugaz victoria se adentro al edificio, respiro de alivio cuando dió con el aula de su primera clase. Para su suerte el profesor aún no había llegado, así que pasó rápidamente buscando donde sentarse.
A su lado una chica de cabellera rubia le sonrio— hola soy Erika— saludo presentándose sin dejar de sonreír.
Valentina le sonrio en respuesta.— soy valentina pero ahora mismo puedes llamarme sopa— bromeo señalando sus ropas mojadas.
Erika soltó una risa alegre, ganándose la mirada de varios chicos, era bonita tuvo que reconocer Valentina, de rizos rubios y, ojos azules.— en mi auto tengo un par de mudas de ropa, saliendo de esta clase te prestaré alguna— prometió.
Las cejas de Valentina se arquearon incredulas—¿De verdad?— pregunto.
Erika asintio— ¡Claro! Serás mi primer amiga aqui— respondio— no conozco a nadie, soy nueva en la ciudad— le confesó en un susurro.
Esta vez fue valentina quien rio ganándose la mirada de los chicos que compartían aquella clase con ellas— yo también soy nueva— confesó y antes de que pudieran decir más todos comenzaron a sentarse y, a guardar silencio.
Ambas chicas centraron su atención a quién entraba al aula. Un hombre de gesto enfadado, que trataba en vano de limpiarse con un pañuelo la suciedad de la camisa blanca que llevaba puesta, se adentro a donde se encontraba el escritorio del que sería su profesor.
Valentina se trató de hacer pequeña en su asiento. " Seguro viene a reportarme" pensó aterrada pues era el mismo chico que la empapará momentos atrás.
— ¡Vaya!— soltó Erika en un murmuro— si que esta bueno— musitó sin dejar de ver al recién llegado— dicen que es el maestro más estricto de toda la universidad— agrego.
Al escucharla Valentina se encogió más en su asiento fijando la vista en el malhumorado maestro, sin contar con que sus miradas se toparian.
Ella se sonrojo apenada y, el la miro con rencor.
" Bienvenida a la universidad valentina" pensó  ella con fastidio.



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En el texto hay: amigos, desamor, romance

Editado: 07.04.2021

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