No era correcto

Capitulo 10

El lunes llego y Valentina dudaba en entrar al aula de su primer clase. " Estará ahí" afirmó para ella, tragando saliva ruidosamente mirando como todos entraban sin advertir su presencia.
Apoyo la espalda contra la pared cerrando los ojos con pesar, estaba física y mentalmente agotada el domingo no había prácticamente dormido nada desde el momento en que bajo del auto de Damián.— lo besé— susurro, elevando una de sus manos a su rostro acarició sus labios. " Si estás allá arriba" pensó abriendo los ojos para mirar al techo de la universidad. " Por favor, por favor ayúdame" rogó a la nada.
Tomo aire para darse valor y entrar a la clase.
Damián estaba centrado en la pantalla de la laptop, sentado tras su escritorio. De reojo cada par de minutos vigilaba la entrada las ansias de verla llegar, el nerviosismo de verla le tenía de malas. "¿Como mierda deje que pasará?" Se reprocho, cerro los ojos un instante y podía ver los ojos avellana de valentina viéndolo, podía recordar su calidez, la tersura de sus labios. " Mierda Damián, para con estupideces de una buena vez" se riño desviando los ojos de nuevo a la entrada solo para verla ahí de pie; mirándolo completamente sonrojada. Y por alguna extraña razón sus ojos se desviaron a los labios rosas de aquella joven que era su alumna. Al darse cuenta de lo que hacía Damián se puso en pie de mal humor, enojado consigo mismo pero descargando su  frustración  en la causante de su confusion.— ¿señorita Roa, piensa entrar al aula?— gruñó ceñudo intimidandola.— si no es así haga el favor de no bloquear la entrada a sus compañeros.— señalo sin mirarla a los ojos,  mostrando lo irritado que estaba. Al escucharlo valentina al igual que todos los presentes supieron que el profesor se encontraba de un terrible humor.
Ella trago saliva nerviosa.— lo lamento profesor— se disculpó un tanto ridiculizada, desviando la mirada adentrándose al aula con un nudo en el estómago, tensa " aquí tienes el resultado de tu borrachera" se riño así misma.
— profesor Urreiztieta— dijo él mirando como ella caminaba con timidez al adentrarse en el salón de clases.— haga el favor de llamarme profesor Urreiztieta.— la corrigió cortando cualquier modo de confianza que ella tuviera hacia él.
Valentina sintió un nudo en la garganta al escucharlo. "¿Que esperabas? " Se pregunto, mirando como Carlos ya se encontraba en su lugar sentado evitando verla. 
—si puede terminar de sentarse para el día de hoy, sus compañeros se lo agradecerían para poder iniciar la clase— gruñó Damián llendo a la puerta para cerrarla dejando fuera a los alumnos que estaban por entrar a su clase.
Una risilla burlona resonó, Valentina no necesitaba girar el rostro para ver de quién se trataba; Ericka disfrutaba el trato que ella recibía, pero su risilla burlona murió en sus labios cuando Damián centro su mirar en la rubia tomándola como el nuevo objetivo de su mal humor.—¿ ha encontrado gracioso algo de lo que he dicho?— pregunto él arqueando una ceja con total altivez.
Ericka comenzó a negar frenética al recordar la última vez que fue víctima del mal humor de dicho profesor.
Damián dió la clase con tal exigencia que dos alumnos lloraron presas de no saber las respuesta de lo que el profesor les preguntaba. Caso contrario preguntaba a todos a excepción de Valentina, trataba de no dirigirle la mirada siquiera, cosa que la hizo sentir por alguna extraña razón dolida.
Que Carlos no le dirigiera la palabra tampoco le ayudaba, así que cuando la clase finalizó Valentina solo quería irse, quería salir de la universidad y arrojarse en una cama a echarse a llorar. " No dejes que esto te quiebre, has pasado por cosas peores" trato de alentarse para no desmoronarse, los compañeros salían y Valentina pudo ver a Damián sentado tras su escritorio poniéndose de nuevo a trabajar en algo en su laptop.
" Solo discúlpate" se dijo ella, poniéndose en pie mientras Carlos lo hacía tratando de no verla, Valentina aferró el tirante de su mochila a su hombro derecho, dando pasos rígidos por el temor a donde Damián estaban.
—profesor— susurro parada frente al escritorio.
El no la miro, su voz le decía quien era, cierto, pero Damián supo antes de que Valentina hablara que era ella quien se acercaba su aroma; su perfume fresco le llegó anunciandole su cercanía provocándole una sensación de anhelo que le causo mucho más mal humor.— profesor Urreiztieta— la corrigió de nuevo, fingiendo que estaba centrado en la pantalla de su laptop cuando lo que menos podía era concentrarse no con ella ahí, parada a pasos de él.
Valentina se mordió el labio inferior incómoda por la corrección y el trato frío que recibía.— lo lamento— balbuceo.— yo de verdad...— quiso disculparse una vez más pero su disculpa fue interrumpida.
Damián arqueo una ceja al oírla, despegó la vista de la pantalla y la clavo en aquella joven de ojos avellana que lo había hecho bajar la guardia, que le había besado y, que para su maldita suerte él había estado cual chiquillo ilusiónado pensando en ella el domingo entero.— si no es algo referente a la clase— la corto con toda la frialdad que había en él.— no me interesa.— añadió para volver su vista al computador.
Las últimas tres palabras le borraron toda intención de disculpa.— trato de disculparme— balbuceo mirando a todos lados, furiosa, incómoda y dolida.
El permaneció quieto como si no hubiese hablado nadie.— le reitero que no me interesa— siseo gelido e indiferente, que Valentina quiso llorar, quiso alejarse de él, pero su indiferencia le dolía y, a la vez la frustraba.—¡ No es como si hubiese querido besarlo!¡ Papanatas!— gruñó furibunda dándose media vuelta alejándose con zancadas largas de la presencia de un profesor huraño que le miraba boquiabierto tras escucharla.
" Es una bocazas" pensó divertido Damián viéndola salir del aula. 
Al salir del aula, Valentina se ganaba la mirada divertida de alumnos que pasaban a su lado, estaba tan fustrada que murmuraba sus quejas.—creido vanidoso.— dijo frunciendo el ceño tanto que los músculos de su frente dolian del esfuerzo.— pesado papanatas.— gruñó de malas.
Daba largas zancadas ignorando todo.  " Para colmo Nuria no ha asistido el día de hoy" pensó antes de entrar a su siguiente clase.— todo el domingo pensando en él— siseo tomando asiento sin prestar atención a que sus compañeros la veían.— no me interesa— lo imitó con aire infantil.
Un sonoro carraspeo llamo su atención y solo entonces se dió cuenta que la profesora de aquella clase estaba frente a ella observándola con fastidio.
— lo lamento— dijo Valentina queriendo hacerce pequeña en el asiento que ocupaba, a la vez que sus compañeros reían de su despiste.
La profesora le dió una mirada de advertencia antes de comenzar con su clase. 
Durante el día, Valentina vageo por los pasillos de la facultad, sin Nuria no tenía con quién hablar y, con Carlos evitandola estaba de nuevo como el primer día; totalmente sola.
La idea de ir a cafetería no le tentaba cuando llegó la hora de almorzar. " Tocará sentarme sola" pensó la imagen de ella siendo observada por los demás a la vez que susurraban le provocó amagura en la boca. " Esto no es como en la preparatoria" se dijo pero sus palabras no aminoraron su nerviosismo termino dirigiendo sus pasos rumbo contrario al comedor estudiantil. " Además no es como si fuera a comprar alimentos." Se recordó, el dinero le era justo y comprar alimentos en la universidad estaba fuera de su alcance, su estómago gruñó y sonrió con pena." Lo bueno que siempre cargo conmigo una manzana" pensó dirigiéndose a los jardines de la universidad.
Solo salir el calor húmedo de aquella ciudad le sofoco al tratar de respirar hondo, aún así observo fascinada el diseño de aquel edificio donde ella tenía la fortuna de estudiar, la manera en que parecía parte misma de los jardines la dejaba maravillada y sin palabras.
Dió pasos lentos, admirando los cetos recortados que delineaban los caminos del jardín, los arbustos con botones de flor a punto de abrir, y al centro rodeado de verde un árbol de bugambilias en flor que cobijaba bajo su sombra una banca de herreria blanca.— escondido de mirones— sonrió acercándose de prisa a ese rincón que le agradaba tanto en aquella facultad.
Aspiro el aroma de las plantas y con una sonrisa se dejó caer sentada en la banca, dejando su mochila a un lado para proceder a buscar la manzana que sería su alimento de ese día.—cuando llegue a casa, prepararé atún salteado con verduras— se dijo  para apaciguar las protestas de su estómago ante la manzana que comería.
— ¿Porque no me sorprende que hable sola?— escucho decir justo a sus espaldas, su corazón dió un vuelco al reconocer la voz, sin evitarlo miro por encima de su hombro a sus espaldas Damián la veía con gesto serio.
Había salido a pasear por los jardines del campus, estaba prendado por ellos desde que fuera un estudiante en aquel mismo lugar, le encantaba sobre todo la manera en que el calor los volvía solitarios, los estudiantes se refugiaban en el edificio refrigerado y, dejaban los jardines solos; permitiendo que Damián paseara en ellos sin distracciones, a excepción de cuando alguna estudiante lo alcanzaba para tratar de declararse o como en ese momento escuchaba una voz entusiasta prometer atún salteado al viento pues no había nadie más ahí con la joven de melena desordenada que le sacaba de quicio la mayoría del tiempo.
— hablaba conmigo misma— se defendió frunciendo el ceño recordando que estaba molesta con él por el trato recibido. 
Damián sonrió justo cuando Valentina giro el rostro, sin que ella notará que lo había hecho sonreír de nuevo.— hablar solo, es una señal de locura— señalo solo por molestarla " ¿Que estoy haciendo?" Se pregunto cuando sus pasos cambiaron el rumbo de su paseo, justo a donde ella estaba sentada. " Debo alejarme" se dijo sin cambiar el rumbo de sus pasos, Valentina le llamaba, le tentaba y el caía atraido por tenerla cerca, por ver su reflejo en aquellos ojos avellana.
—Albert Einstein hablaba solo y, no estaba loco— respondió indignada.
La risa de Damián se escucho.—¿ ahora es usted una genio?— pregunto burlón llegando a donde ella, sus ojos negros la vieron ahí sentada, de Jeans oscuros y una sencilla remera blanca, entonces observo la fruta en manos de Valentina.— ¿De nuevo manzanas eh?— soltó curioso.
Valentina dejo la molestia atrás al reparar en que él hacía referencia a su único alimento.— me gustan las manzanas— susurro en respuesta.
"Damián dejo de verla tentado a alejarse. 
—lamento mucho lo sucedido, profesor Urreiztieta— balbuceo ella con la vista fija en sus pies que comenzaban a balancearse de un lado a otro por los nervios.— lamento mucho haberlo besado.— agrego comenzando a girar la manzana entre sus manos.
—no vuelva con ese tema— la advirtió a la defensiva, dando un paso atrás dispuesto a irse.— no me interesa escuchar lo que sea referente a lo sucedido.— trato de cortar de un tajo el tema. " Aléjate de ella Damián" se dijo.
Sus palabras de nuevo calaron en ella de manera aguda, profunda y de una manera que helaba pero al mismo tiempo quemaba. " no Soy como esas chicas que le siguen para darle su amor" pensó  sintiéndose humillada. Comprendiendo por que las chicas lloraban cuando el las rechazaba con tanta frialdad;  Quiso huir de ahí, llorar y no volver jamás. Pero Valentina era impetuosa, atrevida y sobre todo no podía quedarse callada.— ¡trato de disculparme por haberlo besado!— gruñó poniéndose en pie, con la manzana en manos.
Damián abrió la boca tanto que su expresión fue ridícula solo un segundo, sus ojos negros le dieron alivio al notar que no había nadie más alrededor; solo estaban ellos dos.—¡Esta loca!— la confronto irguiendose tan alto como era tratando de intimidarla.—¡ Alguien puede escucharla! ¡ una estupidez como esa podría costarme mi trabajo!— reprocho frunciendo el cejo tanto que sus cejas negras casi se volvían una.
Valentina frunció el ceño tambien.—¡Me importa un rábano!— lo encaro su labio superior temblaba presa de la rabia y desasosiego que Damián le provocaba—Estoy tratando de disculparme y usted está siendo un completo papanatas.— contraataco irguiendose tanto como podía en su 1,58 de estatura imitando a Damián.
Verla así, escarlata de furia, tratando de intimidarlo con esa pose tan absurda que lejos de causar temor, le daba algo de gracia y ternura, Damián olvidó su furia... Solo un momento porque valentina hablo de nuevo.
— no es como si yo hubiese querido besarlo ¿Sabe?— refunfuño cruzándose de brazos.— los borrachos hacen idioteces y besarlo fue una idiotez monumental— agrego furiosa con él, con ella, con todo.  sus manos apretaban la manzana de tal forma que sus dedos comenzaban a doler.
Aquello hirió el orgullo y vanidad de Damián quien entrecerró los ojos mirando con detenimiento a valentina.— ¿Así que no deseaba besarme?— pregunto sin creerle. " ¿Porque mierda le pregunto eso? Se riño pero su ego y ese sentimiento de decepción ante la afirmación de Valentina enviaron sus precauciones a un rincón lejano de su conciencia.— los borrachos y los niños siempre dice la verdad, así que si me beso fue porque lo deseaba.— la atacó regresando un paso a ella, mirándola negar con la cabeza furiosa con él.
— mi padre bebía y a las dos cervezas juraba que podía hacerle una casa a mi madre con la madera de los árboles de la huerta de nuestro hogar, en solo 15 minutos— respondió encogiéndose de hombros mirando a Damián a los ojos, en  un duelo de voluntades.— los borrachos mienten y, hacen idioteces.— Al ver que Damián se acercaba a ella un paso lento, ella retrocedió uno para mantener distancia " no estoy ebria y quiero besarlo de nuevo ¿Que mierda me pasa?" Se regaño molesta con ella misma.
El la siguió mirando de aquella forma que Valentina sentía que era incapaz de decir más nada.—Así que si yo me acerco ahora y trato de besarla correspondiendo a su ridículo romance imaginario ¿Debo suponer que me rechazará?— señalo sin disimular que no creía lo que Valentina decia.
Él avanzó un paso  más atraído por aquellos ojos avellana que le veían asombrados y, se alejaban al igual que el un paso más tratando de mantener la distancia que los separaba.
—digo la verdad.— se defendió queriendo alejarse más pero la banca de herreria acariciándole las piernas le anunciaba que no tenía a donde alejarse mas— no quería besarlo— murmuró desviando sus ojos incapaz de seguir mirando a Damián. 
El esbozo una sonrisa de victoria. Dando medio paso, cortando toda distancia, estuvo al alcance de ella, podía inclinarse, probar de nuevo sus labios rosas.—señorita Roa es una pésima mentirosa—señalo divertido, la vio fruncir el ceño, sonrojada y furiosa volviendo a enfrentarlo de nuevo, era atrapante pensó  Damián, fijo sus ojos en los labios de Valentina, ella que se percató del rumbo de su mirada.
" Va a besarme" pensó sintiendo su pulso acelerar, cerrando los ojos y ofreciendo sus labios.
Damián pudo ver los tersos labios rosados que conformaban aquella boca que moría por probar, llamando a por un beso suyo, trago saliva nervioso, ansioso, tentado, se inclinó un poco sintiendo el cálido aliento de Valentina acariciándole el rostro. " Mierda detente" se recordó.
Carraspeo un poco alejándose dos pasos  de ella.— como decía, no estoy interesado en sus disculpas.—corto el tema dándole la espalda con rapidez para alejarse de una vez por todas de su alumna.
Ella lo observo irse, mientras su pecho bajaba y subía a prisa, no atinaba a comprender lo que había sucedido.—¿Que ha pasado aquí?— se pregunto sintiendo como sus manos se entumesian de tanto apretar la fruta.
Se sentó soltando un suspiro, para después descargar lo intenso de todo lo que sentía dando un mordisco a la manzana roja que sostenía.



#4833 en Novela romántica
#359 en Joven Adulto

En el texto hay: amigos, desamor, romance

Editado: 07.04.2021

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.