No era correcto

Capitulo 19

-Dime que le has dicho que no- suplico en un susurro contra sus labios. Su aliento cálido sabor a menta dejo a Valentina por un momento pensando que soñaba. ¿ era posible que aquel beso fuera real? Se pregunto incapaz de responder a la suplica de Damián.
Su silencio, su falta de respuesta le lastimaba, recargo su frente contra la de ella sin querer soltarla. Quizá era demasiado tarde pensó él y tenerla así entre sus brazos por breve que fuera el momento seria lo único que le quedaría de su amor prohibido.- ¿ eres ahora la novia de Gomez?- insistió. su voz delataba su tormento.
Sus labios cosquilleaban deseaba no hablar, quería y anhelaba seguir besándolo. Abrió los ojos consciente del dolor cargado en la voz de el profesor que le robaba el sueño y, vio su reflejo en un par de ojos negros que la observaban atentos, con temor, con suplica de que lo sacara de aquel martirio.-¿ como podría decirle si a Carlos si estoy enamorada de otro?- pregunto en respuesta sonriendo con temor , llorosa al confirmar que no soñaba, estaba en brazos del profesor Urreiztieta, estaba en brazos de Damián... Su amor prohibido, su maestro.- estoy enamorada de Usted- murmuro consciente de que tal vez le era patética, su sorpresa fue grande cuando el pronuncio aquellas palabras.
- y yo estoy enamorado de ti.- respondió depositando un suave beso en los labios abiertos de una incrédula Valentina.
Tenia que ser un sueño, un delirio de su mente loca. Pero sentía su calor. Incluso aun podía saborear sus labios.- es la segunda vez que me besa- lo acuso anonada, incapaz de mantenerse callada, sin creerse del todo lo que sucedía.
Damián sonrió al escucharla, su sonrisa fue amplia, satisfecha la misma sonrisa que arrancaba suspiros de Valentina aunque él no lo supiera. - en realidad es el tercer beso.- corrigió con aire travieso.
Ella parpadeo lento, fruncio el ceño e hizo un gesto de sentirse idiota.- claro, tres si contamos el que yo le di primero.- dijo mas para ella que para él. Lo vio sonreír mas, parecía darle gracia su deducción era eso o el sonrojo que estaba segura tenia en toda la cara.
-necesitamos hablar.- indico sin aclarar ni delatarse de aquel beso furtivo que él contaba como parte de los tres besos que había dado a Valentina.
-¿ hablar?- pregunto siendo incapaz de asimilar que él estuviera ahí, que la hubiese besado, que la tuviera envuelta entre sus brazos.
Su cara, su manera de no creer lo que acontecía le provocaba ternura a Damián. Quería decirle, decirle que no quería estar alejado mas de ella. Pero que había que ser claros.
Un carraspeo sonoro los hizo ser conscientes de que se encontraban en la acera, justo fuera del portón que daba acceso a la entrada del edificio donde ella vivía.- tal vez deberían llevar su espectáculo a otro sitio, algunos no tenemos animo de ver arrumacos.- gruño un anciano que les dedicaba una mirada furibunda por que le estorbaban el paso.- ya decía yo que una jovencita en el edificio no era buena idea.- agrego mirando con desaprobación a una apenada Valentina que hizo ademán de safarse de los brazos de Damián solo para toparse con que él parecía divertido y la tenia atrapada sin prisa por liberarla.-¡ piensan quitarse de la entrada algún día!- los riño golpeando el suelo con su bastón. Ante la impaciencia de el anciano y lo avergonzada que se miraba Valentina, Damián intercedió.
- lamentamos el inconveniente- se disculpo, liberando a Valentina, pero dejando una mano en su espalda baja.- no volverá a suceder.- agrego haciéndose a un lado moviendo a Valentina con él para ceder el paso.
El hombre paso a regañadientes.- le hacen perder el tiempo a uno, y tiempo es lo que menos me queda- murmuro irritado al pasar junto a ellos.
De reojo, Damián observo a Valentina. Callada, con la vista fija en la punta de sus zapatos. Estaba nerviosa, asustada quizá, no podía culparla él mismo se había encargado de no darle seguridad en cuanto lo que nacía en ellos.- ahora es el momento perfecto de invitarme a pasar.- instruyo con seriedad.
Ella giro el rostro a verlo, aturdida por sentir el toque inocente que él aun le daba manteniendo contacto en su espalda.-¿usted quiere pasar?- preguntó desconcertada. ¿ que rayos pasaba por su cabeza.?-¿ no piensa huir?- cuestiono temiendo que él se diera cuenta de lo que pasaba entre ambos y rompiera el encanto.
Arqueo una de sus negras cejas, su aire altivo su forma seria volvía a él. - me gustaría pasar, Valentina, eso he dicho- afirmo. Observándola llenándose de su imagen. Envuelta en sus prendas sencillas no dejaba de parecerle simplemente hermosa.
¡adoro como suena mi nombre en sus labios! Pensó soltando un suspiro hizo una seña de invitación, consciente de que temblaba de emoción siguió la indicación de Damián invitándolo a pasar, a subir a su habitación.
***
-¡lo siento!- chillo rascándose la nuca al verla entrar al restaurant.
Sus rizos negros rebotaron cuando ella negó restándole importancia al asunto.- igual estaba aburrida en casa de mi hermano. ¿ puedes creer que se fue dejandome sola?- soltó indignada yendo a donde Carlos aguardaba custodiado por un molesto mesero.
- te pagare en cuanto lleguemos a mi casa- susurro sudando a chorros, rojo hasta las orejas por la vergüenza de haber olvidado su cartera. Agradecía al cielo que Valentina se hubiera ido sin ser testigo del ridículo que hizo cuando quiso pagar la cuenta y se dio cuenta que no llevaba ni un peso encima.- de verdad que lo siento Nuria.- insistió al verla sacar una tarjeta bancaria de su bolso.
Extendió la tarjeta al molesto mesero.- ya dije que no importa.- añadió de nuevo percatándose que Carlos estaba solo.-¿ Donde esta valu?- quiso saber.
El chico bajo la mirada, su rechazo dolía de manera que quemaba.- ella se tuvo que ir.- respondió odiándose por sollozar. Como pudo contuvo las ganas de llorar obligándose a sonreír a la amiga que había acudido a su rescate.
Le habían roto el corazón supo ella, su mirar lo gritaba aunque él se negara a decirlo.- supongo que no has comido nada de lo que acabo de pagar y yo tengo mucha hambre, así que cenemos mientras me cuentas que sucedió entre tu y valu.-ordeno con tal firmeza que Carlos pudo ver que era indiscutible que ella era hermana del profesor Urreiztieta.
Una vez asegurado el pago de la costosa cena, el mesero se dispuso a servirles, frente a los dos jóvenes se extendió un exquisito menú de platillos que Carlos había elegido para impresionar a una chica que le había rechazado y huido.
- el paté esta delicioso- gimió cerrando los ojos tratando de darle tiempo a Carlos de que hablara.
La comida lucia apetitosa, solo que él ya no tenia apetito.- ella esta enamorada de otro.- murmuro incapaz de probar bocado.- algún cabron que no la querrá ni la mitad de lo que yo la quiero.- dijo limpiando con brusquedad la lágrima que se deslizaba por su colorada mejilla.
Nuria sonrió con tristeza, comprendía el dolor de Carlos a la perfección. No obstante ella jamas insultaría a la chica que tenia el amor del muchacho que ella quería. Además estaba segura de saber por quien había rechazado a Carlos su amiga.- no puedes asegurar eso, quizá él si la quiera mas que tu, pero el punto no es ese, el punto es que cuando queremos a alguien aceptamos que ese alguien no nos quiera del mismo modo. Si tu amor por valu es intenso como dices aceptaras verla feliz con otro.- hablo fingiendo no notar que Carlos la miraba asombrado.- el paté es delicioso deberías probarlo.- sugirió de nuevo gimiendo al probarlo otra vez. 
- no tienes idea de lo que dices.- se defendió Carlos.- si estuvieras enamorada del modo en que yo lo estoy comprenderías la rabia e impotencia que siento.- gruño llorando sin remedio.
Los ojos de Nuria se tornaron tiernos.- estoy enamorada de alguien que no me nota, no del modo en que yo lo deseo. El ama a otra chica y yo soy feliz si él es feliz.- confesó tragando saliva ruidosamente. tenia que ser un idiota si no deducía la verdad tras sus palabras.
Él arqueo las cejas, miro a Nuria y después río con ganas.- estas mas jodida que yo, te dio duro ¿huh? Ese tipo es un imbécil si no ve lo bonita que eres, no te merece Nuria.- respondió dejando de llorar, animándose a probar el paté que ella le sugiriera.
Nuria parpadeo rápidamente aclarando las lágrimas que se formaban en sus negros ojos. Sonrió con tristeza. " es un idiota sin remedio" pensó mirándolo comer.
***
Una mueca de horror cruzo su rostro, el departamento, si a eso se le podría llamar departamento, era minúsculo. ¿ como podía ella vivir ahí?-¡ este lugar es horrible!- se quejo al entrar, sus ojos paseaban por el pequeño lugar, desde el mini refrigerador situado en una esquina, la cama individual a unos pasos de él, la única silla que había ahí, una puerta que dedujo daba al baño.-¿ como puedes vivir aquí?- pregunto horrorizado.
- no es tan malo- le resto importancia, de pronto sintiendo aun mas pequeña la habitación.- si ve el lado bueno, en realidad no tengo mucho que limpiar.- bromeo sin éxito. Damián le dio una gélida mirada en respuesta.- es barato- explico encogiéndose de hombros.
- es inaceptable- se quejo de nuevo, con gesto altivo. 
Ella revoleo los ojos ante su quejumbrosa actitud.- es lo que puedo pagar.- se defendió cruzándose de brazos frente a él. Admirándolo en esos pantalones de corte sencillo, una camisa blanca que dejaba a la imaginación sus músculos. " muero por besarlo de nuevo" pensó... O creyó pensarlo.
La sonrisa burlona de Damián apareció, olvidando su descontento.- lo has dicho en voz alta.- señalo tentado a besarla, a cumplir lo que ella deseaba. 
-¡mierda!- chillo cubriéndose la boca con ambas manos. Debía plantearse en serio la manera de terminar con ese habito de no controlar su boca.
La risa de Damián lleno el lugar, era ronca, varonil, sexy.- bocazas- murmuro divertido.
Escuchar aquel apelativo que él usaba con ella la pico a seguir con ese duelo de insultos.- papanatas- lo llamo por lo bajo aun con las manos sobre su boca.
Su infantil insulto despertó por completo lo que sentía por ella. Su mirar se torno intenso, sorbió aire y al dejarlo salir, también dejo salir lo que sentía.- este papanatas no puede estar cerca de ti, eres mi alumna, eres menor, no es correcto si quiera que yo este aquí en este momento.- soltó apreciando como Valentina se descubría los labios para verlo con dolor y decepción.
¿ a que jugaba?¿ porque la ilusionaba así para romper su corazón después de aquella forma?¡ no lo entendía!¡ la volvía loca! La decepción se convertía en rabia estaba a punto de enfrentarlo de nuevo cuando sus palabras se le atragantaron al escuchar lo que Damián decía.
- no es correcto, no debo, pero estar alejado de ti es una pesadilla.- añadió pasando una mano por su cabello negro.- simplemente no puedo, ni quiero seguir alejándome de ti.- finalizo mirándola con suplica de que correspondiera a su arrebatado y prohibido amor.
Su boca se abrió tanto de la sorpresa que Valentina juraría que pegaba con los suelos, quiso hablar pero las palabras no salían de sus labios. Ver los ojos negros de Damián tampoco ayudaba ¡ dios, tenia el poder de dejarla sin habla! -yo...- balbuceo incapaz de formular oraciones coherentes.- tu...- sintió humedad en sus mejillas, lloraba de nuevo, de nuevo por él esta vez de dicha.
-no puedo ofrecerte una relación de amor adolescente ¡por dios! No puedo ofrecerte siquiera pasear juntos ante la vista de la gente, no mereces un amor a la sombra pero yo no soy mas que eso, al menos de momento. - espeto nervioso por su silencio, asustado de lo que hacía, estaba yendo contra lo que creía no obstante no quería seguir apartándose de ella.
Hipo un poco por el llanto, mirándolo con incredulidad y ternura.- me basta con eso, al menos de momento. - susurro imitando las ultimas cuatro palabras que él había usado.
Los separaban un par de pasos, fue ella quien los acorto, titubeando, temiendo que el se retractara.- no me alejes mas.- suplico apoyando su frente contra el pecho de Damián. Sintió sus brazos envolverla con delicadeza y él apoyar la barbilla sobre su cabeza.
- no quiero alejarte, ya no puedo.- aseguro soltando un suspiro de alivio de que ella le correspondiera aun.
Se permitió sonreír sin pensar en nada mas por un minuto hasta aquel él volvió a hablar.
- al terminar el semestre pediré a otro profesor que te acepte en su clase.- indico con su voz seria.- este semestre tu y yo seguiremos igual, prometo no salir con nadie mas si tu prometes hacer lo mismo, esperaremos unos meses para poder intentar tener una relación.- sugirió sin agradarle del todo la idea.
Valentina asintió a lo que él decía pero no estaba dispuesta a ceder no del todo al menos.-acepto lo de cambiar de profesor, eso permitiría que tome todas mis clases al lado de Nuria.- levanto el rostro para verlo a la cara.- pero no acepto esperar, ya no mas, quiero verlo, quiero mas de lo que tenemos ahora.- demando mirando como el fruncía el ceño ante su petición.
- pero tendrás mas al terminar el semestre.- trato de negociar dando un paso atrás para verla mejor.
Ella negó.- citas, quiero citas a escondidas da igual, citas y besos.- pidió valiente, sintiéndose atrevida mas no iba echarse atrás.
¡ estaba loca! ¿ porque siempre le ponía las cosas difíciles?¡ estaba loco! Porque la quería y haría lo que ella pedía aun sabiendo el riesgo, aun sabiendo que seria su destrucción si eran descubiertos.-¿ citas y besos?- preguntó arqueando una ceja.
Ella asintió con aire infantil.- citas, me niego a seguir viéndolo solo en horas de escuela.- hizo un mohín fingido que la premio con una sonrisa de rendición de Damián.
- citas y besos, de acuerdo, pero yo las organizare, y si no estamos en la facultad debes tutearme.- refutó en contra oferta.
Ella fruncio los labios sopesando el trato.- nos turnaremos para organizar las citas.- alego inconforme.- Damián - agrego su nombre tuteándolo tal como él lo pedía.
Estaba cayendo en la tentación, estaba sucumbiendo a lo prohibido, ardería en el infierno que causaría con sus decisiones pero escuchar su nombre en labios de ella le decía que valdría la pena.- la parte de los besos no me representa objeción alguna- bromeo sonriendo burlón.
Ella suspiro presa de amor por él. Estaba enredándose en algo que no estaba permitido, dejaba ganar su corazón contra la razón, miro a Damián inclinarse a ella, cerro los ojos y se dejo besar... Estaba perdida. Ambos lo estaban y no podía importarles menos después de todo al fin estaban juntos.
El beso fue el final de su acuerdo, el principio del amor prohibido de ambos.
Un dulce beso, sus labios la caída a la perdición... Y Damián estaba seguro que por besarla no le importaba quemarse en el infierno.



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En el texto hay: amigos, desamor, romance

Editado: 07.04.2021

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