El reflejo en el espejo seguía siendo el mismo, la misma cabellera castaña que por mas que cepillaba lucia alborotada, sus labios rosas, sus ojos avellanas y su misma nariz. No obstante había algo nuevo, cierta chispa de alegría, de amor. De soslayo por el espejo observo la única silla de su habitación, la misma silla donde Damián estuvo sentado hasta altas horas de la noche del viernes y parte de la madrugada del sábado. — fue real— susurro suspirando, soltó una risita boba recordándolo.
***
—es tarde— dijo al verla bostezar sentada justo al lado de él, ella en la cama y él en la única silla.
Al escucharlo ella negó.— aun no quiero que se vaya— musitó un poco apenada de su exigencia.
Él arqueo una ceja con reproche.
Valentina se mordió el labio inferior, entendiendo su gesto, habían conversado largo y tendido por horas y ella no podía evitar hablarle de usted involuntariamente. —aun no quiero que te vayas— repitió en corrección. Lo vio sonreír y no pudo evitar suspirar por él. — eres hermoso cuando sonríes— soltó admirándolo.
Las negras cejas de Damián se arquearon y un tenue sonrojo cubrió sus mejillas.— lo has dicho en voz alta— señalo sin disimular su diversión, fruncio el ceño fingiéndose indignado.— no creo que hermoso sea un adjetivo adecuado para un hombre— la riño con una fingida mueca de desencanto.
— quería decirlo en voz alta— refuto en respuesta con aire despreocupado encogiéndose de hombros sin dejar de verlo.— hermoso es lo que mejor te define cuando sonríes.— defendió su halago. Sintió claramente sonrojarse cuando la risa de Damián lleno el lugar. Tenían bastante hablando, él se mostraba relajado, alegre, ni altivo ni serio. Era un muchacho, un hombre joven el que estaba a su lado. Sentado en aquella silla no estaba el huraño profesor Urreiztieta.— me gustas cuando ríes.— añadió en un murmuro.
Él dejo de reír, centro sus ojos negros en ella, era relajante, satisfactorio el no huir de lo que sentía, Sin pensar en los riesgos, ni la edad, solo en ella sentada a un lado de él. — a mi me gustas cuando ríes, cuando eres una bocazas, cuando peleas, me gustas siempre.— espeto saboreando el fruto de sus palabras, el tenue rosado que pintaba las mejillas de Valentina solo por él; le fascinaba.— es tarde, debo irme.— añadió poniéndose en pie.
Al instante ella se puso en pie, un aguijonazo de angustia le lleno el pecho. No quería que se fuera.— solo quedate un poco mas— pidió sabiendo que estaba siendo dependiente.
Él fruncio el ceño, sonrió de labios apretados al ver como ella evitaba verlo apenada por su petición.— es tarde y tengo un compromiso en unas horas.— se justifico con sinceridad.— además no es correcto que este a estas horas en tu departamento, ¿recuerdas nuestro trato.?— pregunto acercándose a ella.
Levanto el rostro para verlo. Claro que recordaba el trato. Habían hablado del dichoso acuerdo la gran mayoría del tiempo.— lo recuerdo acabamos de hablarlo.— respondió sin disimular su derrota. Él dio un paso mas y el aroma de su perfume lleno las fosas nasales de Valentina, de manera que no pudo pensar con claridad mas allá de lo mucho que deseaba volver a besarlo.
Se permitió atraerla a él tomándola de la cintura. Como le encantaba poder tocarla. El poder abrazarla justo como lo hacía en ese momento.— el trato es que tu y yo no rebasaremos los limites de una relación de citas y besos, no voy a tocarte de otra manera, no haré nada que nos exponga no mientras aun seas mi alumna. — le recordó de igual forma. Al instante en que Valentina clavo su mirar avellana en él, Damián supo que ese acuerdo seria difícil de mantener. Toda ella le atraía, esa chiquilla bocazas lo sacaba de su centro, ella rompía sus barreras, sus defensas se colaba dentro y lo peor era que él ya no deseaba huir mas. Por el contrario había decidido dejarla entrar y quedarse.
—lo capto, sera como darnos un tiempo para conocernos, aunque no estoy de acuerdo del todo con el trato.— se quejo de nuevo. Había partes del acuerdo que habían hecho que no satisfacían del todo a Valentina.— me gustaría poder contarle a Nuria...— comenzó a protestar tratando de hacerlo ceder.
Él negó con firmeza, mantener en secreto lo que había entre ellos le molestaba demasiado, lo hacia sentir infame, vil.—tiene que ser así al menos en lo que termina el semestre, Nuria entendería estoy seguro que nos apoyaría, pero conozco a mi hermana es demasiado efusiva y en un arranque de emoción lo dirá sin importar delante de quien se encuentre.— defendió su punto, mirando como una vez mas con pesar Valentina le daba la razón.— sólo lo que resta de semestre después podrás decírselo a Nuria.— trato de animarla— a quien quieras.— agrego—terminando el semestre yo mismo me encargare de que Nuria lo sepa, te lo prometo.— aseguro inclinándose en busca de su boca.
Un romance secreto, prohibido en eso se estaba metiendo... Cuando Él la beso, Valentina supo que no había marcha atrás. Prohibido y, a escondidas Damián era suyo, le correspondía, le pedía tiempo para hacer todo de acuerdo al reglamento de la universidad. Podían tener una relación siempre y cuando ella no tomara su clase, al terminar el semestre él la enviaría con otro profesor y entonces podían decirle a todos que se querían, que estaban juntos... Tiempo y espera, por él, por Damián lo haría. Por que lo que nacía en ellos valía la pena.
— debo irme— murmuro sobre sus labios, incapaz de soltarla.
Ella se aferro a él. — no quiero que te vayas.— volvió a decir. Sintió la risa de Damián vibrar a través de su pecho.
— ni a mi me apetece dejarte, pero debo irme.— respondió dándole un casto beso.
—¿ y si cambias de opinión?— soltó la pregunta incapaz de mantenerse callada. A veces juraba que su boca gozaba diciendo las cosas que ella pretendía callar.
Si Valentina hubiese visto a Damián en ese momento sus dudas se hubieran evaporado, él la veía con ternura, con amor. —¿ es por eso que no quieres que me vaya?¿ temes que cambie de opinión una vez me separe de ti?— pregunto en respuesta, ella oculto el rostro contra su pecho y Damián se odio por eso; la había llenado de inseguridad con sus reacciones exageradas en el afán de mantener distancia de ella.—Valentina, no me echare atrás, no me alejaré de ti, no podría, créeme te lo ruego.— prometió.
Adoraba que pronunciara su nombre, levanto el rostro para verlo; ante su promesa quedo sin dudas. cuando se topo con aquellos ojos negros que la dejaban sin habla mirándola con suplica, con amor con ternura; le creyó... Y lo beso.
***
Se observo un poco mas en el espejo, era lunes ya, había estado separada de él desde la madrugada del sábado. Y aunque sabia que él tenia compromisos que no podía cancelar y, ella debía hacer un pesado trabajo escolar mismo que había sido dejado como tarea por un malhumorado Damián días atrás. Pese a que ambos estaban respectivamente ocupados lo había extrañado como loca.— en un rato voy a verlo— chillo emocionada, dio pasos a la única ventana de la habitación solo para poder abrazar al peluche que ella había acomodado ahí.— ¿ crees que él también me haya extrañado?— le pregunto al muñeco de ojos de botón, que no respondió.
Se apresuro a tomar su mochila, tomo una manzana del mini refrigerador y salio con paso veloz hacia la facultad de arquitectura.
El clima húmedo y sofocante no le molesto en lo mas mínimo.
—¡Valu!— chillo una voz femenina nada mas entrar en el edificio de arquitectura.
Ella se giro sonriendo ampliamente a Nuria.—Buenos días Nuria.— saludo sin ser consciente de la felicidad que emitía.
— te grite desde que entraste al campus, estas en otro mundo y no me oías— la riño cruzándose de brazos, entrecerrando los ojos al verla sonreír de aquella forma, —estas como rara— señalo Nuria, mirándola fijamente. Sus rizos lucían extrañamente ordenados en una coleta ladeada que resaltaba sus hombros descubiertos por el vestido rosa que llevaba puesto.
Valentina negó a prisa ante la acusación.— no tengo idea de a que te refieres.— fingió demencia.
— si no supiera que tu cita con Carlos fue mal, juraría que traes una sonrisa de enamorada.— señalo entrecerrando los ojos aun mas.
Al escuchar el nombre de Carlos, la sonrisa desapareció de sus labios.—¿ lo has visto?— pregunto.— no me porte muy bien con él, le debo una disculpa.— musitó preocupada, se ajusto la correa de su mochila al hombro pensando en el daño que había hecho al pobre muchacho.
Nuria estaba por decirle que Carlos estaba bien, cuando la voz de él las sobresalto a ambas.
—buenos días chicas.— saludo sonriendo, en sus manos llevaba una rosa misma que extendió a Valentina.— se que dijiste que estas enamorada de otro, pero mientras estés disponible me gustaría tener la oportunidad de ganarme tu amor.— su declaración lo hizo sudar mas aun, pendiente de la reacción de Valentina fue incapaz de ver la mueca de dolor en el rostro de Nuria.—dejame tratar de enamorarte— pidió con sus ojos cargados de esperanza.
Los ojos de Valentina se desviaron a donde Nuria en busca de ayuda, su mejor amiga le dio una sonrisa de tristeza como respuesta.— yo...— comenzó a decir sin atreverse a tomar la rosa.— veras...—sorbió aire para darse el valor de rechazar una vez mas a Carlos.— no estoy interesada, solo puedo ofrecerte mi amistad.— soltó sincera.
Carlos parpadeo varias veces, como si en realidad esperara otra respuesta.
—¿ tu primera clase no es con Dami?— intercedió rápidamente Nuria. Dándole una vía de escape a Valentina.— deberías correr recuerda que mi hermano es un amante de la puntualidad.— la apremio incitándola a irse, le guiño un ojo asegurándole así que ella permanecería con Carlos un momento.
Con pena por Carlos, Valentina no dudo en tomar el escape que Nuria le ofrecía, tan solo escuchar el nombre de Damián le hizo sentir alegría. Lo lamentaba por Carlos pero ella estaba locamente enamorada del profesor del aula al que entraba en ese instante.
Fue inevitable no verlo, sentado ahí tras de su escritorio, llevaba una camisa azul celeste abierta ligeramente del cuello, las gafas puestas enmarcando mas su perfil. " es hermoso" pensó Valentina sonriendo disimuladamente al recordar lo poco que le agradaba aquel adjetivo al profesor. Se obligó a caminar de manera tranquila
conteniéndose de no ir a él para abrazarlo. Contuvo la respiración y se dirigió a su lugar.
De reojo la vio ¿ como no notarla de inmediato? Si técnicamente había estado contando el tiempo para poder verla de nuevo. Su mirar quedo prendado de los suaves pasos que ella daba envuelta en sus típicos sencillos jeans, una remera lila y su cabello castaño desordenado, quizá fuera eso lo que mas le atraía de Valentina su aire fresco, natural, era preciosa sin pretender serlo. pensó, admirándola maldiciendo estar en el salón de clases, odiando a los demás alumnos que se interponían para que le fuera posible ir a donde ella para abrazarla y besarla. " ¿ Valentina que maldita sea haces conmigo?" se pregunto siguiendo con disimulo su andar hasta el lugar donde solía sentarse. Cerro los ojos para centrarse, sin ponerse en pie echó un vistazo al reloj en su muñeca.— tienen cinco minutos para enviar sus proyectos a mi correo.— anunció al instante el aula se lleno de los ruidos de cierres de mochilas, el sonido de los estudiantes presurosos a enviar su tarea a tiempo al exigente profesor que permanecía impasible tras de su escritorio. Parecía ignorar la angustia de sus alumnos y estar absorto en la pantalla de su portátil.
Valentina acomodo su laptop sobre el mesa banco, a través de sus pestañas le lanzo una mirada coqueta a Damián, él por supuesto parecía concentrado en lo que hacía pero ella no pudo evitar reprimir una sonrisa cuando lo vio esbozar una media sonrisa ante su mirada furtiva. Estaban pendientes el uno del otro, se habían extrañado.
El inbox de su laptop sonó y, detesto tener que dejar de observar a Damián para poner a atención a el mensaje recibido.
<De: ProfesorUrreiztieta@gmail.com
Para: ValeRoa19@gmail.com
Asunto: tus ojos avellana
¿ tienes idea de lo preciosa que luces el día de hoy? Tus preciosos ojos no hacen otra cosa sino invitarme a acercarme... Y no debo.
¿cita hoy al salir de clases?
Deseoso de besarte y aguardando tu respuesta, Damián.>
Tras leer el correo fue inevitable su sonrisa enamorada, levanto la vista en busca de Damián, pero él parecía no mirarla, solo su leve sonrisa lo delato ante ella de que en realidad no estaba pendiente de lo que sea que hubiese en la pantalla de su portátil. De reojo Valentina fue consciente de como sus compañeros se desbarataban por enviar los proyectos. Fruncio los labios dándose su tiempo antes de responder. Incluso se permitió enviar primero su tarea solo por aumentar el juego que había entre el profesor Urreiztieta y ella.
¿ porque no respondía? Se pregunto. Tratando de centrarse en los correos que recibía de sus estudiantes. " no estas siendo precavido" se riño la idea de que era mejor así, sin que ella respondiera de momento le pareció sin duda lo mejor... Pensamiento que se evaporó cuando en su bandeja de entrada apareció la respuesta a su correo.
< De: ValeRoa19@gmail.com
Para: ProfesorUrreiztieta@gmail.com
Asunto: la invitación de mis ojos.
Mis ojos te invitan a mi en un momento no muy oportuno, aunque muero por un beso tuyo... Me temo que estoy en clase, el profesor que imparte esta materia es demasiado insufrible ¡no te haces una idea! Lo tolero porque es hermoso. Pero debo salvar mi calificación así que no me distraigas mas, y cita hoy después de clases... ¡por supuesto!.
Deseosa de tus besos, Valentina.>
Damián tuvo que disimular la risa que le provoco parte del mensaje de Valentina fingiendo que tosía. Apretando los labios para no reír, se acomodo las gafas y respondió rápidamente.
Casi esperaba ansiosa la respuesta a su correo, mientras sus compañeros trataban de repasar una última vez sus tareas antes de enviarlas, ella se apresuro a leer.
<De: ProfesorUrreiztieta@gmail.com
Para: ValeRoa19@gmail.com
Asunto: ¿ profesor insufrible?
Insisto en que hermoso no debería usarse jamas para describir a ningún hombre. ¿ así que un profesor insufrible? Seguro que lo compensa siendo terriblemente apuesto.
Paso por ti a las 7:00 p.m. ¿ esta bien?
Un insufrible Damián que aun desea besarte.>
Valentina soltó una risita, cosa que sus compañeros no notaron de momento estresados como estaban no prestaban atención a nada.
Al llegar la respuesta de Valentina, Damián fingió seriedad.
<De: ValeRoa19@gmail.com
Para: ProfesorUrreiztieta@gmail.com
Asunto: insufrible y apuesto.
No tienes idea de lo hermosamente apuesto que es mi profesor.
Sigo usando la palabra hermoso.¿ que le vamos a hacer? soy una rebelde sin causa. A las 7:00p.m. es perfecto.
Desesperada porque pase el tiempo rápidamente y se hagan ya las 7:00p.m. Valentina.>
El resto de la clase, Damián la dio despejando dudas de sus estudiantes, que al ver el humor de su profesor parecían relajarse al instante. Cada par de preguntas, no podía evitarlo su mirar la buscaba y sentía un vuelco en el estómago al toparse con sus ojos avellana. " precavido, Damián, sé precavido" se recordó al terminar la hora. La vio salir y, deseo lo mismo que ella, que el tiempo corriera rápido y les dieran ya las 7:00p.m.
No abandonaba del todo el salón de clases, cuando Valentina se topo con el rostro de disculpa de Nuria y a su lado un lloroso Carlos abrazando una maltrecha rosa. Flor víctima de su despecho.
—¿ es por que estoy un poco sobrado de peso?— pregunto con tono herido. A su alrededor algunos curiosos sacaban sus celulares para grabar al chico haciendo drama de amor.
—¡Carlos!— lo riño Nuria.
Valentina se sorprendió por la acusación. —¡¿que?!— cruzo los brazos al darse cuenta de la ofensa.— ¡por supuesto que no! No soy tan superficial, el que no te corresponda no tiene nada que ver contigo, es por mi.— explico armándose de paciencia tratando de entender el drama que Carlos hacia a causa de su corazón herido.— no puedo corresponderte, en el corazón no se manda.— susurro en disculpa.
—¡te quiero Valentina! ¡ de verdad te quiero!— chillo sorbiendo las lágrimas. Nuria estaba tentada en abrazarlo no obstante sabia que no podía, no debía, Carlos lo tomaría como gesto de lastima y, ella sentía muchas cosas por él a excepción de eso.—¡¿ porque no puedes decirme simplemente si?!— exigió rojo por el llanto.
Valentina no supo que responder, sintió su piel erizarse cuando la voz severa de Damián sonó fuerte y clara a sus espaldas.
— la señorita Roa, no puede decirle si, Porque ella tiene novio, ya sale con alguien.— las miradas se fueron a él, el silencio se hizo y Damián supo que había sido impulsivo, protector, celoso... De todo menos precavido.