—¿ no piensas abrir? — pregunto. Frunciendo el ceño al ver que Valentina no hacía ademán de ir a la puerta.
La pregunta de Nuria, el que ella la mirara con curiosidad no le hacía fácil la situación a Valentina, trago saliva ruidosamente, mirando la puerta. " por favor, vete, por favor" suplico deseando poder comunicarse mentalmente con Damián.
Un resoplido y el ruido del colchón anuncio que Nuria se ponía en pie.— abro yo, te has quedado rara— señalo yendo a la puerta. Estaba segura que había llegado en un momento inadecuado, pero la curiosidad le podía mas.
Valentina negó con horror, yendo a la puerta, tratando de abrir antes que Nuria, pensando como hacía para salir librada de aquel infortunio.— Nuria yo abro, no es necesario que te molestes.— dijo ella ganándole la puerta.
Un toque se escucho de nuevo y, Nuria fruncio el ceño, entrecerrando los ojos a su amiga.— pues abre, siguen tocando.— arqueo una ceja, sin disimular que le picaba la curiosidad.
Valentina tomo la perilla de la puerta, cerro los ojos con resignación y la abrió tan lento como pudo.
—¡ son flores!— chillo Nuria, asomándose por encima del hombro de su amiga. Sin señalar nada mas, haciendo que Valentina abriera los ojos sin entender que pasaba.
Frente a ambas, se encontraba un chiquillo con aire cansino. En manos llevaba un elegante ramo de flores.— ¿la señorita Roa?— pregunto mirando a una y otra, esperando por saber quien era la indicada.
Valentina dejo escapar un suspiro de alivio, en sus manos su celular vibro.— soy yo.— balbuceo, él chiquillo chasqueo la lengua y extendió el ramo a ella.
Nuria soltó un chillido de emoción arrebatando las flores de manos de su amiga.— son orquídeas y, gardenias, tienes a alguien muy romántico tras de ti.— dio brinquitos con las flores en manos yendo a sentarse de nuevo, mientras Valentina despedía al chiquillo que le había hecho la entrega.
Mientras Nuria olía las flores, ella reviso a prisa su celular, un mensaje en su pantalla la hizo sonreír.
≤ desearía haberte entregado las flores yo.>
Una sonrisa se pinto en su rostro, desconocía como, pero Damián se había percatado de la presencia de Nuria aun antes de que ella le avisara. Con disimulo miro el remitente en su celular, una idea le cruzo la mente. " debo cambiar el nombre" pensó de reojo en la ventana aprecio el muñeco de Dragón ball, su personaje favorito, de cabello negro y ojos del mismo color, sonrió traviesa y cambio el nombre del remitente en su celular.
— las flores no tienen tarjeta.— se quejo Nuria, revisando por segunda vez el arreglo floral.
Valentina se encogió de hombros, tratando de ignorar la queja de su amiga.— no se tu, pero yo si tengo hambre.— soltó acercándose a la cama, justo donde la pizza la llamaba.
Nuria resopló, pegándole un manotazo juguetón en las manos, impidiéndole que tomara una pieza de pizza.—¿ no dirás nada? ¡has recibido flores! Y no cualquier tipo de flores.— riño a su amiga.
Valentina tomo las flores de las manos de Nuria, se permitió aspirar el suave aroma y, sonreír con amor. — son preciosas.— susurro sin poder evitar sonreír enamorada.
— preciosas y con un significado muy fuerte.— señalo Nuria, tomando un trozo de pizza, sin dejar de observar a su mejor amiga.— las orquídeas rosas significan pasión y amor inocente, naturaleza y simplicidad.— explico entre bocados, siguiendo con su mirar a Valentina que se encontraba en una encrucijada al no tener un florero o recipiente digno de aquellas flores.— pero las gardenias blancas significan amor puro, amor fuerte, y amor secreto.— explico con cierto aire de travesura.— así que quien te las envió es alguien muy romántico que sabe el significado de las flores o un idiota que las eligió por costosas. ¿ cual de las dos cosas es con quien sales?— pregunto metiéndose en la boca casi la mitad del trozo de pizza que tenia en manos.
El significado de las flores, le pareció demasiado bello, se sintió expuesta por un momento. Ignoro la pregunta de Nuria y respondió cambiando el tema.—¿ como sabes el significado de las flores?— preguntó, colocando las flores en un enorme recipiente que utilizaba para hervir agua y fideos.
Se acerco a la cama sentándose al lado de su amiga, tomo un trozo de pizza y aguardo a que Nuria respondiera.
— mi madre tiene un invernadero, adora las flores y habla sobre ellas por horas.— se relamio los dedos llenos de salsa de pizza, dispuesta a tomar otra pieza, de reojo miro a Valentina a su lado.— ¿así que amor secreto eh?— pregunto divertida.
Valentina dio dos bocados a la pizza en sus manos y evitó responder. Trituró con lentitud el bocado en su boca. " sera una tarde muy larga" pensó con pesar, estaba segura que Nuria la interrogaría sin parar.
El móvil de Valentina vibro y Nuria no disimulo que fisgoneaba, incluso se acerco mas para ver quien texteaba a su amiga.— ¿ Vegeta?— pregunto sin entender.
Valentina río, pero no le explico.
***
El regreso a casa, fue pesaroso, su tarde había sido frustrada, deseaba estar con ella, besarla de nuevo, verla reír y escucharla señalar detalles que él no notaba de algunos edificios. Bajo de su auto, entrando con desgano a casa, arrojo las llaves en un bol encima de una mesita en el recibidor y se dirigió a la sala. La idea de imaginar el rostro de Valentina al ver las flores le hacía sentir cierta desilusión, había querido ver su rostro, sus mejillas sonrojarse y quizá verla callar cuando le explicara el significado de aquellas flores.
Fue una suerte que notara el auto de su hermana menor aparcado a las afueras del edificio donde vivía Valentina.— juego con fuego.— se dijo dejándose caer sentado en el sofá mas cercano a un librero empotrado en una pared de ladrillo rojo.—solo un semestre y después, no tendremos que ocultar nada.— se repitió para animarse.
Sonrió al recordar su astucia, había pagado un par de billetes a un chiquillo cualquiera sólo para que subiera al edificio y entregara las flores que había comprado para ella, así en anonimato recibiría su regalo y Nuria seguiría ignorando lo que sucedía.
Tentado en llamarla o enviarle mas mensajes, se contuvo sabia de sobra lo pesada que podía ser su hermana, y no podía exponerlos, no aun.
***
Al día siguiente Valentina reía de su amiga, Nuria había pasado la noche con ella y en ese momento la escuchaba renegar una vez mas de su ropa.—¡ no te mataría tener un par de vestidos lindos! — gruño mirándose por cuarta vez en el espejo, unos pantalones cortos y una remera era su atuendo. Casi idéntico al que llevaba Valentina.
— me gusta la comodidad — se defendió acercando las flores a la ventana, colocándolas al lado del muñeco de ojos de botón que le recordaba a cierto profesor.— aquí recibirán sol.— les hablo a las flores, no pudo evitar pensar en que al menos ellas verían la luz no tenían que ocultarse, porque su significado era bello pero la parte de amor secreto dolía un poco.
— Valu, se nos hará tarde.— apremio Nuria halandola suavemente de una mano.
Valentina asintió y con cierta melancolía la siguió.
La mañana en el campus transcurrió sin prisa, entre las platicas constantes de Nuria, sus bromas y a veces sus silencios ante comentarios que la señalaban a un por su incidente fotográfico.
Fue un suplicio, hasta que llego la hora de su clase, no podría acercarse, no podría tocarlo, pero podría verlo... Y eso seria un alivio a la desesperación que sentía.
— nos vemos para almorzar— se despidió Nuria, poniendo los ojos en blanco ante lo despistada que estaba su amiga ese día.
Sin reparos, sin detenerse, se dirigió al aula, sintió su corazón bailar de emoción cuando pudo verlo desde la puerta, él se encontraba sentado tras de su escritorio, centrado leyendo ciertos papeles que le ofrecía Ericka. Ni la presencia de la rubia importuno la alegría que Valentina sentía, llevaba la camisa doblada hasta los codos, el cuello desabotonado de manera sexy, sus gafas puestas enmarcando su perfil.— hermoso— balbuceo consciente de que se sonrojaba. Se adentro al salón de clases, sin notar que Carlos la observaba con detenimiento desde su asiento.
Durante la clase, la decepción la lleno, desconocía que le mostraba Ericka a Damián pero él permanecía centrado en los papeles, la rubia a su lado. y él había mandado a todos a leer una lección de un libro que Valentina simplemente no lograba entender.¿ porque esta con ella? Se pregunto, tratando de no mirarlo tanto, molesta porque no había recibido ni una mirada, ni media sonrisa nada de parte de él.
— apuesto a que se la folla, Ericka ha hecho una apuesta, diez de los grandes contra sus amigas a que se tira al profesor Urreiztieta.— siseo con aire malicioso Carlos. Había observado a Valentina, era evidente que le gustaba el profesor. Como era evidente que el profesor no reparo en ella de la misma forma para complacencia de Carlos.
Valentina lo ignoro, tratando de centrarse en el libro. No podía reclamar, no podía escandalizarse no podía hacer nada porque seria delatarse.
La risa de Ericka le llego y agradeció que la clase terminara, tomo a prisa sus cosas empacandolas con brusquedad en su mochila." es un papanatas" pensó sintiendo un nudo en la garganta.
Dio zancadas largas para salir, ignorando a Carlos que le pedía esperarlo.
— Señorita Roa.— se escucho la voz severa de Damián llamarla. Ella se detuvo en el marco de la puerta.
Algunos alumnos miraron con pena a Valentina, ser llamado por el profesor era estar en problemas por lo regular. Pero no sintieron curiosidad saliendo del aula sin mas.
— si, Profesor.— se obligó a responder, estaba fastidiada con él.
Damián la miro arqueando una ceja, hizo un gesto a Ericka que sonrió coqueta para después alejarse con provocativos contoneós.— me gustaría verla en mi despacho en un momento.— ordeno, poniéndose en pie sin mas explicación.
Carlos sonrió burlón, la actitud fría que recibía Valentina en cierta manera le divertía.
No respondió, simplemente asintió secamente, molesta. Se giro para salir de ahí y retraso todo lo que pudo su camino al despacho de Damián, era seguro que él ya estaría ahí, no llevaba mas de cinco minutos llegar ahí desde el aula.
Furiosa como se encontraba, finalmente se dirigió al lugar. Toco dos veces y la puerta se abrió. — adelante.— dijo él abriendo la puerta para ella.
Valentina decidió no verlo, ignorarlo tal como él había hecho con ella. Entró abrazando su mochila, él cerro la puerta tras de ella.— no tengo idea de que le sucede, es bipolar y yo no estoy dispuesta a tolerar...— comenzó a protestar. Solo para ser halada con un firme movimiento a él. Damián. Sonrió divertido y la calló con un beso.
Beso que Valentina no resistió. Pese a estar furiosa lo correspondió.— estaba ignorandome— reprochó contra sus labios.
El le beso dos veces con suavidad.— estábamos en clase.— se defendió.— tuteame, Valentina. — le recordó.
Sus besos, la forma en que le hablaba la dejaba aturdida, deseosa de él, prohibido pensó al reparar donde se encontraban, no obstante sublime y delicioso.— te extrañe.— confeso aferrandolo por el cuello, perdida en la suave caricia sobre su boca.
— no tienes idea de lo desesperante que es no poder ir a buscarte y besarte.— respondió dejando de besarla recargando su frente contra la de ella.
Ella sonrió, dejando ir sus celos, su angustia. Y lo beso atacándolo con añoro, de manera que Damián le correspondió en intensidad, la sujeto de la cintura, trastabillando hasta dar con la pared mas cercana, ella no dejaba de besarlo y él no podía dejar de responder. " no es correcto" se recordó pero entonces ella le mordió con suavidad, con aire juguetón — jugamos con fuego. — dijo él antes de besarla de nuevo, con pasión con anhelo.
Valentina sonrió ante la afirmación se apretó mas a él, ansiosa, deseosa. Estaba mal, no era el lugar ni el momento.— pues quememonos juntos.— respondió entre besos haciéndolo reír.