No era correcto

Capitulo 32

La suavidad de los labios de Damián le acarició la frente. Valentina no pudo hacer más que suspirar. 
-se siente tan bien cuando estamos así- pensó en voz alta, provocando que él sonriera contra su piel.
-lo has dicho en voz alta- señaló divertido. Ella separó su rostro de la cercanía de su boca para elevar la vista hasta poder apreciar aquel par de ojos negros que le robaban el habla.
-me alegro de haberlo dicho en voz alta- confesó. Lo vio sonreírle más amplio y, ante su sonrisa y el brillo intenso de su mirar ella simplemente se sonrojo.
Las manos de Damián acunaron las mejillas de su alumna. Deslizó sus pulgares por la tersa piel acariciando el sonrojo causado por él y, solo por él.
-No es correcto lo que hacemos- dijo y ella sintió ganas de llorar al escucharlo-, no es correcto, pero no quiero alejarme de ti, soy egoísta-. La miro fijamente y, entonces le sonrió de una forma tan tierna que a ella le dio un brinco el corazón-. Tengamos una cita, no hemos tenido una.
Por un instante creyó que escuchaba mal. Sólo que entonces él repitió lo que acababa de decir.
-tengamos una cita- pronunció por segunda vez.
-¿Nosotros?- pregunto en respuesta. Pensando que quizá el espacio tan pequeño de la cabina fotográfica afectaba el raciocinio de Damián.
-obviamente nosotros- soltó sereno, frunció un poco los labios y, Valentina supo que Damián se divertía a su costa. 
Petulante profesor, pensó. Aún así, sus miedos tomaron control pese a que quería gritarle que sí, en su lugar dijo:
-Nos podrían ver...
Damián la observo desviar la mirada, apesadumbrada. 
-deja que yo me preocupe por eso- respondió ganándose al instante de nuevo la atención de Valentina-No tendremos una cita en un romántico centro de videojuegos-soltó con fingida pena y ella sonrió ante su sarcasmo-pero te prometo que será memorable.
Valentina quiso decirle que todo a su lado era memorable para ella. Qué no había ni un solo recuerdo de él que no atesorara; incluso los malos porque esos los habían guiado hasta ese momento. Pero no pudo decir nada, Damián se inclinó a ella y el roce de sus labios fue el remedio perfecto para callarla.
Minutos más tarde, cuando los besos calmaron la angustia de Valentina y apasiguaron la duda de ambos enamorados. Salieron de la cabina de fotografías. No sin ganarse algunas malas miradas de la pareja que estaba por entrar antes que ellos y, que fueron despojados de su turno por el arrebato de Damián. 
Agradecieron en ese momento, ambos en silencio, la oscuridad discreta de aquel arcade. Qué la luz de las pantallas tuviera embobados a los presentes que jugaban sin prestar atención a nada más. Por un momento la idea de volver a la cabina les tento; dentro podían tocarse, besarse, ahí; fuera debían guardar distancia. 
-¡Se fue!- retumbó la voz entrecortada de Nuria. 
Al instante ambos viraron la atención a donde ella; que se acercaba abrazándose a si misma, hipando sin importar que le vieran llorar. Pues Nuria a diferencia de Valentina era mucho más sensible, menos dura y sobre todo incapaz de disimular lo herida que estaba por el fallido plan.
-¿Carlos?- preguntó Valentina. Al ver a su mejor amiga asentir no fue capaz de decir nada en consuelo.
-me dejo, no le interesó ni un poco- sollozo buscando refugio en los brazos de su mejor amiga.
-¿Gómez? ¿En serio?- arqueo una ceja con desaprobación y revoleo los ojos al ver a su hermana asentir a la par que chillaba en el hombro de Valentina quien le susurraba palabras de aliento al oído.
Mas tarde, pese a que Damián se sentía fuera de lugar en aquella amplia casona, accedió a ir ahí porque Valentina iría y por supuesto porque su hermana menor lloraba a lagrimones por sentir el rechazo amoroso de Carlos. ¿Gómez? Pensó recargado en el marco de la entrada de la sala negándose a ponerse cómodo, mirando con horror a su hermana menor que era consolada sobre el más mullido sofá de aquella lujosa sala de estar.
-quiza le salió algo...
Trato de justificar Valentina por decima vez.
-¡No!- chillo, Nuria-. En cuanto noto que no estabas se fue, no le importó dejarme atras- sollozo y las lágrimas acudieron a sus ojos de nuevo.
Valentina suspiro resignada, mientras abrazaba de nuevo a su mejor amiga. De soslayo miro a Damián que le lanzó una sonrisa compasiva. Sí, él no envidiaba ni mínimamente su posición de pañuelo de lágrimas.
-¿En serio Gómez?- preguntó arqueando una ceja.
La respuesta no se hizo esperar, Nuria despegó el rostro del hombro de su amiga y con la cara roja por el llanto confronto a su hermano mayor.
-¡Sí!- Respondió sin dudar- tú mejor que nadie debería saber que el corazón no elige a quien amar- sus labios hicieron un ridículo mohín.
A Damián el señalamiento de su hermana no le dio pizca de gracia, no obstante guardó silencio lanzando a Nuria una mirada resentida.
-Anda, Nuria, seguro que estamos montando drama y Carlos se fue por algún motivo, cuando los dejé solos parecían la mar de divertidos...
-no,Valu, no, él solo tiene ojos para ti y...
-no tengo necesidad de escuchar esto- refunfuñó entre dientes Damián, interrumpiendo el lloriqueo de corazones rotos- iré a la cocina por algo de helado, veremos alguna película de esas que tanto te gustan Nuria y dejaras de mencionar a Gómez en mi presencia- ordenó.
Ambas chicas viraron el rostro a él le miraron atónitas. Lo siguieron viendo cuando se giró para ir a la Cocina dejándolas solas. 
-Dami, siempre me consuela con helado- susurro limpiando las lágrimas de sus mejillas-. Pero nunca acepta ver películas conmigo sin que yo le haga un acoso intensivo de meses- añadió con una sonrisilla, la primera desde que Carlos la dejara votada en el arcade.
Cuando Damián volvió con helado y cucharas para ellas las encontró acurrucadas a espera de él. No pudo evitar pensar en ese momento al ver que Nuria le había dejado espacio justo al lado de Valentina, que en realidad jamás había visto películas con ninguna chica en casa de sus padres,siempre fue maduro y reservado, también dedicado al estudio, se perdió así la mayoría de los romances adolescentes que le tocaban con la edad. 
-Valentina estará de salero, así la compartimos hermano- bromeó Nuria, estirando sus manos ansiosa por recibir el helado.
-crei que estabas demasiado deshecha para bromas- arqueó una ceja al darle el helado a su hermana.
-bromeo, hermano, pero por dentro sufro- dramátizo llevándose a prisa una cucharada de helado a la boca.
-si no te das prisa, Nuria se comerá todo- señaló dando a Valentina una cuchara.
Ella le Sonrió- ¿no hay cuchara para ti?- preguntó al momento que él se sentaba a su lado.
-hay otras formas en que puedo probar el sabor de ese lado- le pareció a Valentina que Damián respondió. Pero no pudo asegurarlo porque en ese momento Nuria le dio play a la película que eligió.
-¿Un musical? Por el amor a mi cordura- se quejó después de unos minutos Damián.
-no es solo un musical, Dami, es El musical- dramátizo aún hipando mientras se llevaba otra cucharada de helado a los labios-Lalaland es la película perfecta para ver con el corazón roto- explico con gesto gracioso haciendo reír a Valentina.
-haz el favor de no hablar con la boca llena- la riño su hermano mayor.
Nuria revolea los ojos y se metió dos cucharadas más solo para molestar a Damián.
Aquella era la cita más extraña a la que Valentina hubiese asistido, pensó animándose a meter la cuchara en el helado, sentada justo en medio de ambos hermanos, de pronto le dio gracia todo el revuelo. Deseo tanto que así hubiese sido siempre su vida, con dramas de hermanos, con revuelos de musicales por corazones rotos, deseo que Damián hubiese llegado a ella antes, mucho antes de tener que padecer... Sus pensamientos se evaporaron cuando sintió la mano de Damián buscar la suya. Lo tengo ahora, se dijo y dejo que su mejilla se apoyará en el hombro del hermano mayor de su amiga, se perdió en la calidez que emitía de aquel hombre que era su novio, y se dejó envolver por el amor desesperado y prohibido que crecía a desmedida por el profesor que le sostenía la mano.
-¡No me gustó!- chillo Nuria de visible mejor humor un par de horas después.
-tú elegiste esa pelicula- le recordó sonriendo Valentina. Encogiéndose de hombros.
A su lado Damián le soltó la mano y, se puso en pie, estirándose un poco.
-la película es buena- comentó.
-¿Pero de que hablas?- frunció el ceño su hermana- ese final apesta- lloriqueo.
-es triste- le dio la razón Valentina.
Damián las miro a ambas y negó divertido.
-eso es porque no captaron la esencia de la historia- señaló.
Valentina apretó los labios al notar que él tomaba ese aire autoritario, que tenía siempre que explicaba algo en clase.
- No es una película de romance- dijo él.
-¿Ah, no?- lo reto Nuria- ¿Entonces de qué es? Explica experto en películas de romance- siguió molestando a Damián.
-El tema principal de La la land es la pasión por los sueños de ambos protagonistas, por ese trabajo deseado, la realización del yo que quieren ser. El amor y la profesión se mezclan en un cóctel tan difuminado que apenas son capaces de ver qué pasa realmente- al decir eso ambas lo miraron interesadas, Damián apenas le dio importancia- No es casualidad que ambos protagonistas sean capaces de alcanzar su sueño cuando se separan.
-pero eso no tiene sentido- se quejó Nuria.
-te recuerdo que las cosas les empiezan a salir bien tras la ruptura por la pelea. Porque no pueden esperar al otro, no pueden esperar a que pase el tiempo. Es una imposición de su amor a su profesión por encima del amor a otra persona. El director quiere decirte que algunas veces, en la vida no se puede tener todo. 
-menuda mierda- vociferó una voz risueña- ahora le rompes las esperanzas románticas sobre películas a jovencitas, Damián, hijo- carcajeo el recién llegado.
La mirada de todos se volvió hacia la entrada de la sala. Ahí de pie se encontraba un hombre moreno, de galante porte, y un aire de orgullo que solo tenía ojos para Damián.
-padre- saludo de un modo respetuoso, Damián.
Sin embargo Valentina noto que no había un solo ápice de emoción o cariño al decirlo. No pudo evitar comparar los recibimientos que ella daba a su padre nada más verlos, solía arrojarse a él a plantarle un beso y esperar con ansia que le levantará un poco para hacerle cosquillas y después ir a la cocina a con su madre donde ambas escuchaban atentas el día de trabajo del hombre que ambas querían.
-buena tarde, papá- saludo Nuria. Se acercó a su padre y espero a que él le saludara.
-¿Cómo has chantajeado a tu hermano está vez para que viniera?- pregunto sin ocultar que le divertía.
Solo al verlo sonreír Nuria se acercó a besarle una mejilla.
-Dami vino por voluntad propia- respondió con picardía lanzando una miradita a donde su hermano permanecía incómodo.
- solo pase porque quería ver a Nuria- corto el tema Damián.
Al escucharlo a Valentina se le encogió el corazón, ¿Siempre sería así? Se preguntó. Siempre tendría que ocultar su relación. No, no él ha dicho que es cuestión de tiempo se recordó.
-¿Y esa preciosa jovencita?- cuestionó notando a Valentina solo en ese momento.
-es mi mejor amiga.
-pues una preciosidad de amiga- dijo el padre de Nuria acercándose a saludar a Valentina.
Damián apretó la mandíbula tanto que un músculo le saltó en la quijada.
-tambien es mi novia- gruño de pronto.
El silencio se hizo en la sala de la casa de la familia Urreiztieta.
***
No le llevo mucho pensar en su plan, no tenía nada que pensar. Al día siguiente en plena clase los confrontaria. Lo haría. Y ojalá despidan al profesor,y ojalá expulse a la zorra de Valentina. Y ojalá sufran pensó lleno de rabia. 
Hipo tan dolorosamente que juro que su corazón se detenía. Pero no fue así. Era solo un sollozo que se abría espacio en su pecho buscando salida hacia su garganta llegando a sus labios que no lo dejaron huir al comenzar a insultar de nuevo a los causantes de su llanto.
Bebió escondido bajo la sucia sábana de su cama y solo hasta que terminó los botes de cerveza que compró a escondidas se permitió dormir; soñando con revanchas y, lágrimas de quien sentía le debían.
***
Las mentiras que se dijeron ese día bajo aquel techo a Valentina le supieron a medias verdades. El padre de Damián resultó ser un hombre de carácter efervescente idéntico al de Nuria, que parecía asombrarse más y más al escuchar los breves detalles que Damián dio.
Al final Valentina quedó presentada como su novia, misma que conoció por medio de Nuria, aquello era mentira, pero Valentina decidió que sin Nuria ellos jamás se hubiesen acercado.
-es una lastima que tu madre no esté aquí, me hubiese gustado conocerla- susurro al darle alcance fuera de aquella casa.
-es mejor asi- dijo él frotando el puente de su nariz.
-¿No querías que lo supieran? No tenías porque presentarme como tú novia- susurró.
Damián la miro de soslayo. Se abrazaba así misma y parecía confundida. No la culpaba él tambien lo estaba.
-al final del semestre nos verán juntos por todos lados y en algún momento se habrían de enterar mis padres, mejor temprano para que sepan que deben tratarte bien- respondió con simpleza, extendió una mano a Valentina invitándola a seguirlo.
-tu padre parece agradable- señaló al darle la mano.
- jamás dije que no lo fuera.
-¿Aceptaremos quedarnos a pasar la noche?- pregunto dejando que él la guiará por los amplios jardines de aquella casona.
-tú si. Yo vendré mañana por ti- respondió cuando cruzaban un arco de rosas que llevaba a un invernadero.
La fragancia de las flores pico en la nariz de Valentina haciéndola estornudar 
Aquello hizo reír a Damián.
Recorrieron el resto del camino en silencio fue justo cuando Damián abría la puerta de cristal para ella.que Valentina hablo.
-la película en realidad era triste- susurro.
-era realista- corrigió con una sonrisa tierna.
Entraron. Sin soltarse de las manos.
-es triste, Damián, ¿No lo ves? Qué cruel juego es ponerte en el mismo camino del amor de tu vida sino puedes estar a su lado porque entonces ambos arruinan sus sueños- suspiro con pesar.
Damián supo que Valentina no hablaba de aquella película o quizá sí, y él la malentendia.
- antes de ti, Valentina Roa- dijo él adentrándose en aquel invernadero donde solía jugar cuando niño- mi único sueño era ser lo que soy.
-¿Un profesor gruñón y papanatas?- preguntó aguantando la risa.
Él la miró con severidad fingida.
-esa Bocota un día la meterá en problemas señorita Roa- siguió el juego-pero no hoy, ahora solo quiero que veas a tu alrededor- pidió.
Delicadamente posó sus manos en los hombros de su alumna y la giro para que observará el lugar.
Paredes de cristal cubiertas con enredaderas verdes. Flores blancas formaban una columna al centro del lugar y, rosas, orquídeas y lirios armonizan a su alrededor. El perfume de todas las flores lleno los pulmones de Valentina. El lugar parecía un pequeño pedazo de paraíso.
-mi abuelo diseño este invernadero, en realidad diseño la casa completa, pero este lugar lo hizo para mi madre, justo en el centro del terreno, en el corazón de la mansión, porque mi madre era el corazón de mis abuelos- explico.
Valentina no supo que decir.
-siempre quise poder hacer algo así, diseñar un lugar como este que albergará a los que quiero. Claro que en aquel tiempo pensaba en poner dentro a mis padres, a mis abuelos, Nuria aún no nacía, así que quería hacer un lugar así para ellos, aquí, Valentina nació mi sueño de estudiar arquitectura.
A Valentina le temblaron los labios. 
-lo que has dicho es hermoso-murmuro prendida de la forma de cada arco de cristal que era abrazado por flores.
-algun día, quiero diseñar un lugar así, en medio de un hogar para que albergue mi corazón- susurró él cerca del oído de Valentina, abrazándola desde atrás.
-a ellos les gustara- asintió conmovida de lo mucho que significaba que Damián se abriera así con ella.
-no hablo de ellos, Valentina- respondió divertido- hablo de ti, tú eres mi corazón- añadió besando tiernamente el lóbulo del oído de la mujer en sus brazos.
A ella los ojos se le desbordaron en lágrimas. Aquel amor por más prohibido que estuviera, era puro. Era honesto. Se viro entre sus brazos tan rápido buscando sus labios con desesperación que golpeó con fuerza el rostro de Damián con el suyo.
-vas a matarme uno de estos dias- rio frotando la zona que ella le golpeó.
-lo siento, lo siento- se disculpo.
-torpe y despistada- la llamo y aunque no eran palabras tiernas, Valentina sintió como si la voz de Damián la acariciara. 
Dejo de frotar su rostro y sus manos rozaron las mejillas sonrojadas de su alumna, se perdió en sus ojos avellana- eres mi corazón- dijo de nuevo mirando sus ojos.
Hechizada por aquel mirar negro Valentina respondió sin pensarlo, porque su boca tenía vida propia.
-Damian Urreiztieta, eres mi corazón, mi sueño.
Y solo entonces Damián la beso.
-helado de chocolate- murmuro sobre sus labios.
Valentina sonrió y fue ella quién profundizó aquel beso.
Rodeados de cristales, sus besos se hicieron más tiernos, más llenos de anhelo.
El aroma de las flores los embriagaba, fue quizá por eso que Valentina perdió el miedo de la inexperiencia y Damián olvidó un juramento.
La luna se coló por los cristales y las estrellas iluminaron aquella entrega. 
Sus manos permanecieron entrelazadas, mientras Damián le hacía el amor por vez primera de forma tierna y vehemente. Delicado y apasionado.
Ambos cobijados por la noche, rodeados de flores en un pedazo de paraíso terrenal pecaron cayendo en lo prohibido.



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En el texto hay: amigos, desamor, romance

Editado: 07.04.2021

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