—¿Qué tengo doctor?¿Es algo muy grave?—pregunto preocupada con mis ojos llenos de lágrimas.
—Tranquila.
—Quiero hacerte algunas preguntas.
—De acuerdo —asiento angustiada.
—Señorita Envés salga de la habitación por favor—le habla a la enfermera.La chica sale dejándonos a solas.
—¿Tus padres?¿Ellos padecían alguna enfermedad?
—No tengo ese conocimiento.Mis padres me dejaron muy pequeña en un orfanato.
—Lo lamento mucho.—agacha su cabeza.—Señorita usted tiene cáncer.
—¿Cómo?—pregunto conmocionada.No puedo creer lo que oyeron mis oídos.
—Lamentablemente le hemos echo una pruebas las cuales demuestran que tienes cáncer de páncreas.
—Pero doctor... Yo nunca presente síntomas de nada.
—Es posible que algunos cánceres no presenten síntomas.En ciertos cánceres, como el pancreático, los síntomas a menudo no se presentan sino hasta que la enfermedad alcanza un estado avanzado.
—¿No pueden hacer nada?—a este punto ya no tengo ni voz y mi rostro está lleno de lágrimas.
—Podemos mandarte un tratamiento.Pero como ya te dije tu enfermedad está bastante avanzada.
—¿Cómo es posible?
—Puede que tus padres padezcan de esta enfermedad y tener tú antecedentes familiares de cáncer pancreático y ciertos síndromes genéticos.
No puedo más.Esto no me puede estar pasando a mí ¿Que hice para merecer esto?
—¿Ya me puedo ir ?—le pregunto con evidente tristeza.
—Si, señorita Jones.Pero tiene que...
—¿Cuánto tiempo de vida me queda?
—Tal vez unos meses o un año? Pero si ...
—¿Meses? Doctor, con ese tiempo no se siembran árboles… mucho menos se deshacen errores.
—Hay tratamientos paliativos.
—¿Paliativos? Usted quiere decir para morir más lento. Prefiero vivir rápido.
...
Salgo del hospital destrozada no puedo parar de llorar.Mi cabeza palpita muy fuerte, mis piernas tiemblan, con pasos vacilantes camino a casa destrozada por dentro.¿Cómo se supone que debo reaccionar? ¿Con rabia? ¿Con lágrimas? Solo siento… silencio. Como si mi alma ya empezara a despedirse.
Matthew
Estoy estresado. Está mañana Cintia me ha traído a rastras a su casa.Mi cabeza quiere explotar no soporto a esta mierda de familia presumida.Me duelen los oídos de oír a este hombre regordete hablar frente a mí.
—¿Que te parece jugar un poco de golf mi querido yerno?—me golpea la espalda a modo de admiración.
—Por supuesto señor —hablo con alegría fingida.
Harper Jones
Mi cabeza es un lío mis ojos están rojos e hinchados de tanto llorar.Me levanto de la cama y me tomo una de las pastillas que el doctor me recetó.Me dijo que tal vez esto disminuya un poco el avance de la enfermedad.Pero me dejó muy claro que ya no hay solución, que no hay esperanza.
El lunes con mi frente en alto me dirijo a mi trabajo, después de un fin de semana deprimente y adaptación a mi enfermedad.Aceptando que mi fin está cerca y no tengo a nadie junto a mi.Tengo el rostro todo maquillado ocultando la hinchazón de mis ojos de tanto llorar.Un corazón abatido y sin esperanzas.Al entrar como siempre a la empresa, tomo el elevador hasta mi piso de trabajo, ignorando el dolor en mi corazón, tal vez llenandome de trabajo olvide un poco el rumbo de mi vida.Estoy tan metida en mis pensamientos que no me doy cuenta cuando choco con una chica de más o menos mi edad.
—Eres estúpida—me habla con desprecio y voz chichona.Es de tez blanca y cabello rubio.Es una de esas mujeres plásticas que parecen muñecas, presumida.—¡Acaso no ves!!—grita.—¡Quitate de mi camino estorbo!!—Me quedo callada, quiero evitar una pelea en la oficina y como está el jefe de furioso conmigo no quiero acabar desempleada.Camino a la oficina del jefe quiero que me indique mis nuevas funciones en el camino acabo encontrándome a Naila la asistente de Matthew.
—Señorita Jones la estaba buscando.El señor me mandó a ver si ya había llegado.Esta furioso la espera en su oficina.
—Gracias Naila.
Me encamino a la oficina del jefe con rostro neutro.Toco la puerta antes de entrar no quiero que se arme un malentendido de nuevo.
—Adelante—habla con su habitual voz molesta.Entro cerrando la puerta tras de mi.Me le quedó observando, la verdad es que ha cambiado un montón estos años.Su voz está más áspera sus fracciones más marcadas, una pequeña barba que le da un aspecto más maduro y se ha vuelto un hombre cruel.Recuerdo que antes era un hombre totalmente diferente, era dulce, amable y más educado ahora solo queda un hombre sin corazón y no quiero pensar que todo ese cambio a sido por mi culpa no quiero darme tanta importancia como para pensar que todo eso ocurrió luego que yo lo dejé.
—Naila me dijo que me buscabas.—Su rostro se mantiene neutro, frío y profesional pero no deja de ser perfecto, Matthew es un hombre hermoso, de rasgos muy masculinos, tez blanca, cabello negro y ojos de un azul profundo.
—La nueva jefa ya está aquí.
—Si, creo que ya la conocí tuve un desagradable encuentro con ella.—frunce su ceño.Tocan la puerta.
—Adelante—la puerta es abierta por la misma mujer con la que había chocado en el pasillo.
—Permiso señor—camina moviendo sus caderas hasta estar junto a mí.
—Ella es la señorita Esmeralda.La nueva jefa de marketing.—asiento incómoda—Pasale todos los proyectos a ella, necesito que urgentemente la pongas al día de todo.En breve tenemos una reunión, me urge que ambas asistan.
—Esmeralda esta es Harper Jones.Será tu guía durante la transición.
—Por supuesto —contesta la mujer frente a mí, mirándome de arriba a abajo.Se inclina un poco, los primeros botones de su camisa están abiertos por lo que el jefe puedo ver perfectamente sus senos.¡Que mujer tan descarada!
—Pueden salir.Señorita Jones asegúrate de que tenga todo lo necesario Esmeralda dirigirá el nuevo proyecto.Ambas asistirán a la reunión con los nuevos inversores a las 10am.No quiero ningún tipo de estupidez.
Esmeralda sonríe satisfecha, yo solo puedo suspirar.Ambas salimos de la oficina del jefe.Esmeralda delante de mi con sus tacones resonando por los pasillos.Abre la puerta de su nueva oficina y se sienta en mi anterior silla como si fuera la dueña de este lugar.
Revisa la computadora delante de ella.
—Vaya que desordenado.Con razón te han reemplazado tan rápido.
Respiro, no quiero perder el control y cogerla por los pelos y limpiar el piso con ella aunque en vez de limpiar lo que voy a ensuciar ya que está mujer es una escoria.Mi vida ahora mismo es una mierda no tengo porque aguantarle ofensa a nadie.
—Los proyectos están actualizados.Si tienes duda puedo explicarte.—se ríe una risa corta pero cargada de veneno y repulsión.
—No te necesito, si una... Puedo hacerlo mejor.
Me mantengo firme y tomo un informe en mis manos mostrándole.
—Este es el informe financiero trimestral.Tienes que revisarlo antes del viernes.
—Dejame explicarte algo que aún parece que no has entendido ya no eres la jefa.No me des órdenes.
—No te estoy ordenando solo te estoy advirtiendo—le dedicó una mirada desafiante.
La puerta es abierta por Naila quien nota la tensión entre ambas.
—El jefe las manda a buscar la reunión empieza en cinco minutos.
—Gracias —le sonrío a la chica en la puerta.
Salgo de la oficina de la víbora y me dirijo a la reunión con ella detrás.
La sala de juntas está impecable como siempre, iluminada por la luz fría de la mañana.Los inversores —hombres trajeados con sonrisas falsas y calculadoras— hablan entre sí.Me siento lo más alejada del lugar del jefe.Traje los documentos del proyecto, ando vestida con un traje elegante en azul marino algo sencillo.De pronto, Matthew Cargill-Macmillan cruza la puerta y un silencio algo incómodo se forma.Todos se sientan quedando él de pie, las manos en los bolsillos de su traje mirándome directamente y no puedo negar que esa mirada me pone nerviosa.
Él todo frío y sin romper contacto visual conmigo habla.
—Harper ¿Podrías servir el café por favor?
Un silencio pesado.Los inversores me miran incómodos y Esmeralda, que está sentada en el lugar que antes yo ocupaba esboza una sonrisa triunfal como si disfrutase que me humillaran.Sostengo su mirada y con mi voz calmada pero siempre firme contesto.
—Por supuesto, señor Cargill-Macmillan.—si piensa que va a humillarme se equivoca haré esto sin ningún tipo de problema.Me levanto decidida y tomo la bandeja en mis manos sirviendole el café a todos con mi frente en alto.
Uno de los invasores que ya me conocen, un hombre mayor con gafas frunce el ceño.
— Matthew¿Ella no es la es la jefa de marketing
—Ya no, ahora la nueva jefa es la señorita Esmeralda.—la presenta ante todos.
—Mucho gusto señores es un placer estar con ustedes.—El hombre asiente confundido y algo de incomodidad.
—¿Le incómoda algo señor Peter? En esta empresa, todos contribuimos donde se necesita—habla Matthew con su sonrisa calculadora retandome .Me observa, quiere que reaccione, que proteste, pero yo no me inmuto terminando de servir el último café.Coloco la bandeja frente a él con un movimiento firme.Hablo bajito solo para él.
—¿Satisfecho?—Él solo me mira y puedo ver algo en sus ojos ¿Ira? ¿Arrepentimiento? Antes de quitar sus ojos de mi y mirar a los inversores, forzando calma.
—Comencemos.Harper, siéntate.—me señala la silla vacía junto a el—no con los empleados, sino en la mesa principal.
No me muevo enseguida perturbada por su repentino ofrecimiento.Luego tomo asiento lentamente, cruzando la piernas con toda la elegancia que me caracteriza.Lo miro sonriendo.
—Gracias.Pero la próxima vez, pide el café antes de intentar humillar me.
Todos nos miran intrigados.La reunión comienza...pero el verdadero juego de poder acaba de empezar.
#179 en Joven Adulto
#3478 en Novela romántica
amor, enfermedad grave, separación reencuentro amor deceo olvido
Editado: 17.07.2025