Capítulo 5. Papá sobreprotector.

Cuando desperté a la mañana siguiente todos ya se habían ido, bajé a la cocina y ahí estaban mis padres junto con Hunter desayunando.

—Buenos días, familia—solté sentándome en mi silla.

— Buenos días, cariño— respondió mi madre poniendo un plato de fruta frente a mí.

—¿Cómo la pasaron anoche? — preguntó mi padre leyendo el periódico.

—Muy bien, vino Aaron, el vecino—dijo Hunter mientras se atragantaba con todos los waffles que le pudieran entrar en la boca.

—Se ve que es un buen muchacho— dijo mi madre mientras se sentaba para desayunar con nosotros.

—No lo quiero cerca de mi princesa— exclamó mi padre mientras se levantaba de su silla.

—Papá, Aaron no está para nada interesado en Sara— explicó Hunter.

Yo tampoco estoy interesada en él.

—No me importa, lo quiero lejos de ella—dijo mi padre con un tono divertido.

— Y a ti— soltó para luego señalarme con su dedo índice— eres demasiado para cualquier hombre, nadie merece tener tu corazón más que yo.

Reí suavemente ante su comentario.

—Te amo papá.

— Y yo te amo a ti princesa— susurro.

Mi padre se dirigió a un espejo cercano para arreglar sus castaños cabellos con una que otra cana en él, se despidió de mi madre con un cálido beso.

—Bueno, familia, los veo en la noche, mi representante, tiene unos nuevos talentos que quiere que vea—explico mi padre.

—¿Puedo ir papá?, por favor— supliqué.

—No— regaño mi madre.

— Cariño, ese mundo no es para ti, necesito que estés al 100 en la empresa.

—Pero sabes que yo no quiero eso.

—Cariño, es muy temprano, no quiero discutir de nuevo el porqué de la danza no vas a vivir y punto.

Todos nos quedamos en silencio, y seguimos en lo nuestro, sabíamos que cuando mi madre decía y punto era porque se estaba conteniendo de darnos el regaño de nuestras vidas o bueno en esta ocasión darme el regaño de mi vida.

Tras el desayuno, nos dirigimos hacia la escuela, sumergiéndonos en la rutina diaria. Fue entonces cuando nos encontramos con Noah y Norah en la entrada, listos para enfrentar otro día de clases, estábamos hablando un poco, cuando llegó Aaron a unirse a la conversación.

—Amigo, ¿Lo pensaste? — preguntó mi hermano.

—No sé si está interesado en ser parte del equipo de soccer— respondió dándole una calada a su cigarrillo.

—Será divertido—intervino Noah— seríamos los tres mosqueteros del soccer.

Noah y sus apodos extraños.

—¿Eres tan malo que no quieres intentarlo? — pregunte llamando la atención de los chicos.

—Soy mejor de lo que crees— respondió soltando el humo de su cigarrillo en mi cara.

—Idiota— susurré.

— Bien, entonces inténtalo.

Lo pensó por unos segundos.

—¿Me estás retando?

—Así es, si eres tan bueno como dices inténtalo.

—Bien lo haré, no tengo nada que perder— dijo.

—perfecto, las pruebas son mañana— explicó Hunter.

El día siguió transcurriendo bastante rápido, cosa que agradezco, ya que no soy fan de que las clases pasen lento y supongo que nadie es fan de eso. Íbamos saliendo todos de la escuela cuando una chica llamó nuestra atención estaba recostada en la moto de Aaron. Así es, tiene una. Era una KAWASAKI Z400, no tenía ni idea de como era, los chicos habían hablado de eso ayer en la noche y lo único que recordé fue el nombre, la chica que estaba junto a la moto se percató de nuestra presencia y nos saludó agitando su mano a lo que nosotros respondimos con la misma acción, algo confundidos. Debo admitir que se veía como toda una supermodelo, es alta, de piel blanca preciosa con pecas en su rostro, un cabello rojo y lacio como los de los comerciales de champú y eso no es todo, tiene unos ojos verdes hermosos, definitivamente esa chica es toda una diosa.

—No nos dijiste que tenías novia—dijo Norah sin dejar de ver a la chica que nos había saludado solo hace unos instantes.

—No es mi novia— respondió Aaron esta vez mirándome fijamente.

—Entonces no te molestará si te pido que me presentes con ella—dijo Noah.

—¿Es en serio? —exclamé poniéndome una mano a la cara.

La presencia de la chica junto a la moto de Aaron desencadenó emociones contradictorias en mí. Me sentí invadida por un inexplicable resentimiento hacia ella, aunque sabía que no tenía motivos para sentirme así, ya que ni siquiera la conozco. ¿Por qué me molestaba tanto su presencia?

—No es tan malo, mira, Hunter y Norah algún día estarán juntos, tú tienes novio y yo... — no pudo terminar porque lo interrumpimos.

—Hablando del rey de roma—exclamó Hunter señalando a unos centímetros de la moto de Aaron.

Abrí los ojos como platos cuando vi que Marco se acercaba, así es mi amado novio que se había ido por fin había vuelto y yo no estaba muy feliz de verlo.

—Bueno Aaron, si no es tu novia ¿Quién es ella? —preguntó mi hermano.

—Ella es Jessica—respondió algo dudoso— mi... Ella es... Bueno no sé.

—¿Cómo no vas a saber? — preguntó Norah.

—Ella y yo somos amigos, creo, no lo sé realmente, nos hemos acostado un par de veces, pero somos como una alianza para las empresas de nuestras familias—respondió—pero luego mi padre...—se detuvo en seco en cuanto dijo esa última frase— en fin creo que somos amigos.

Hombres, todos son iguales

—Bueno, chicos nos vemos mañana—se despidió Aaron, antes de darse la vuelta para irse.

—Mañana es la práctica—dijo Hunter mientras Aaron caminaba hacia la moto.

Levantó el pulgar en señal de aprobación mientras se retiraba.

En cuanto él se fue, Marco se acercó a nosotros, dándome un fuerte abrazo y levantándome del suelo, al ver que yo no respondí el abrazo, me bajo enseguida.

—Hola, mi amor—soltó dándome una sonrisa de medio lado y rascándose la nuca.

—Hola, cariño —respondí con un tono de voz más áspero de lo habitual, sintiendo la tensión aumentar entre nosotros con cada palabra— tenía muchas ganas de verte. Pero creo que tenemos algunas cosas que discutir— solté tomándolo del brazo, lo guié hacia la escuela, preparándome mentalmente para la conversación que estaba por venir.