No eres mi primer amor.

Capítulo 24. Nuestra canción.

Mientras guardábamos las maletas en el auto, una mezcla de emoción y nervios me recorría el cuerpo. Sentía que cada maleta que cerrábamos me acercaba un paso más a esa casa junto al lago, al descanso que tanto necesitábamos y a los días de risas interminables con mis amigos.

—¿Todo listo? —preguntó Hunter cerrando la cajuela con un golpe seco.

—Todo en orden —respondió Noah, ya acomodándose en el asiento trasero.

—Entonces, vámonos —dije, pero mis ojos se detuvieron en mamá, que nos observaba desde la puerta principal. Me acerqué un poco, sin poder evitar esa punzada de preocupación—. ¿Segura que estarás bien sola?

—Claro, cariño —respondió, sonriendo mientras me acomodaba un mechón detrás de la oreja—. Ya soy grande, ¿recuerdas?

—Igual, si necesitas algo, nos llamas —añadió Hunter desde atrás, con su tono protector de siempre.

—Tranquilos, vayan y disfruten —dijo mamá, pero luego alzó una ceja—. Solo... por favor, compórtense. No quiero saber qué vomitaron, qué rompieron o qué hicieron algo malo en esa casa.

Reímos todos.

—Prometido, mamá. Te amamos —respondimos al unísono antes de subir al auto.

Apenas nos acomodamos, Norah sacó de su bolso un puñado de tapones para los oídos y los fue repartiendo sin explicación alguna.

—En caso de que quieran dormir y los demás estén despiertos —dijo ella recostándose en su asiento—, o en caso de que Noah no se calle, sirven para ignorarlo.

—Oye, atrevida —protestó Noah—, mi voz alegra los viajes.

—Y también los arruina —replicó ella.

Las risas llenaron el auto justo antes de que Aaron encendiera el motor y el viaje comenzara finalmente.

El motor rugió suavemente y salimos a la carretera. Yo iba de copiloto, con la ventana entreabierta y el aire jugando con mi cabello. Los chicos atrás peleaban por espacio y buscaban una posición cómoda para dormir, pero no llegamos muy lejos antes de detenernos.

Entre la emoción y las prisas, ninguno había comido desde la tarde, así que paramos en una gasolinera, con las luces blancas del lugar iluminando el camino como si marcara una pausa obligada en el viaje.

Noah y Norah entraron por la comida mientras nosotros esperábamos en el auto, el cual estaba cargando gasolina. No sin antes recibir unas indicaciones de Aaron que no logré escuchar.

—¿Emocionados por el viaje? —pregunté. Aaron y Hunter se echaron una mirada de complicidad, pero solo mi hermano respondió.

—Sí, ya quiero llegar —respondió mi hermano.

—VOLVIMOS —gritó Noah acercándose con bastante comida—. Aaron, sabes que me gusta meterme en donde no me llaman, así que ¿para qué trajiste la guitarra?

Aaron me miró y luego miró a Noah. Se rascó la cabeza y lo miró con una expresión entre resignación y amenaza.

—Para nada importante —respondió, pero Noah ya sonreía como quien ha descubierto un secreto—. He estado practicando una canción y quería que la escucharan —confesó Aaron al final.

—Y por cierto, aquí están las flores que pediste; no tienen la cantidad que necesitabas, pero conseguí esto —dijo Noah estirando su brazo hacia Aaron con un ramo de flores en sus manos, a lo que mi hermano le dio un golpe en la cabeza como si fuera un reflejo.

—¿Flores? —pregunté arqueando una ceja.

Aaron le lanzó una mirada asesina a Noah antes de improvisar

—Es para mi mamá. Me pidió que cambiara las flores de la casa.

—Ajá, claro —dije con una sonrisa divertida, aunque parte de mí no terminaba de creerlo.

—Bien, demasiada charla, mejor comamos y nos vamos —interrumpió mi hermano.

Terminamos de comer y, mientras los demás apenas podían mantener los ojos abiertos, yo seguía con la adrenalina a mil. Tenía tanta energía que podría haber corrido una maratón. Decidí que sería la copiloto perfecta (aunque no por mis dotes para dar direcciones, sino por mantener despierto al conductor).

En cuanto subimos al auto, los chicos se acomodaron como si fueran un montón de gatos somnolientos. Norah fue la primera en colocarse los tapones en los oídos, seguida por Noah y Hunter. En menos de cinco minutos, los tres dormían como bebés.

El silencio llenó el auto, pero no era incómodo. Solo quedábamos Aaron y yo, acompañados por el murmullo del motor y las luces que se deslizaban por la carretera. De repente, una melodía familiar comenzó a sonar en la radio. Subí el volumen sin pensarlo.

Y ¡sí! Era "Always Remember Us This Way", mi canción favorita. Tenía muchas ganas de cantarla, pero no quería molestar a los demás.

Era mi canción favorita. Las primeras notas me envolvieron como un abrazo; cerré los ojos y dejé que el viento, entrando por la ventanilla, jugara con mi cabello. Empecé a cantar en voz baja, solo para mí. Pero cuando el coro llegó, escuché otra voz uniéndose a la mía.

Era Aaron.

No quise abrir los ojos, solo sonreí. Durante esos minutos no existía nada más: ni el cansancio, ni el viaje, ni el resto del mundo. Solo nuestras voces y el reflejo de las luces cruzando su rostro. Cuando la canción terminó, él me dedicó una sonrisa tranquila.

—Además de bailarina, resultaste cantante —dijo, sin apartar la vista del camino—. Eres toda una cajita de sorpresas.

—Y tú no cantas nada mal —respondí, jugueteando con mis dedos—. Es de mi película favorita... Me gustaría verla contigo algún día.

—Yo... bueno... podría ser una no-cita —balbuceé—. O la vemos todos, da igual.

¿Qué es lo que me pasa?

—Me gusta la idea.

—Todo lo que viene de mí te gusta —solté con una sonrisa.

—Me alegra que lo sepas.

—Por cierto, anotaré eso en la lista de cosas que nunca debo olvidar —comentó fingiendo anotar algo en el aire—. ¿Cómo se llama la película?

—Nace una estrella, tonto —respondí viendo cómo fingía anotar algo en el aire.

—Lo anotaré como nuestra canción —comentó Aaron volviendo a poner la mano que tenía en el aire en el volante.

Su comentario me dejó con una sensación cálida en el pecho. Eran esos pequeños instantes los que quería guardar para siempre.



#3525 en Novela romántica
#1080 en Chick lit

En el texto hay: amor, amor adolescente

Editado: 24.10.2025

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.