No eres mi tarea...eres mi propósito

Plz don't be sad

Las siguientes dos semanas fueron buenas gracias a Haru. Hablábamos de todo un poco: K-pop, datos curiosos sobre la vida, tonterías y cosas profundas. Me ayudaba a aligerar los días malos, a sentir paz... a ser feliz. Poco a poco sentía que comenzaba a volver a ser yo.

Lucas notó el cambio, pero pensó que era por la ilusión de ser padres pronto. No sabe que el mes pasado su mamá me regaló tres cajas de anticonceptivos "en promoción", según ella. No sabe que los tomo con disciplina militar, todos los días, a la misma hora.

Y aunque me veía más alegre, más viva, tenía que tener cuidado. Empecé a cantar de nuevo, a bailar mis canciones favoritas cuando estaba sola, mientras hablaba con Haru. Me sentía ligera... libre, aunque fuera solo un rato.

Esa mañana, estaba especialmente feliz. Lucas llevaba cuatro días sin tocarme porque me bajó el periodo, le da asco, dice, pero para mí, es un descanso bendito, aunque aún me besaba, sí, pero eso era mucho más soportable que sus manos.

Tan feliz estaba, que empecé a cantar mientras preparaba el almuerzo:

-오늘따라 유난히 웃지 않는 네가
왠지 슬퍼 보여
무슨 일이 있냐는 나의 말에
괜찮다며 고갤 돌려

(Hoy más que nunca, tu silencio sin sonrisa es un eco frágil que delata tu dolor.
Cuando pregunto qué te ahoga, giras tu rostro y dices que estás bien.)

Me detuve en seco. Me había dejado llevar demasiado. Miré a mi alrededor, asegurándome de que Lucas no hubiera bajado. Seguí tarareando, ahora apenas en un susurro.

-너의 눈물 한 방울에
내 하늘은 무너져 내려
깊게 내쉬는 한숨이 내 맘을 찢어
난 너의 빛이 될게 그림자를 거둬줘
이제 그 천사 같은 얼굴에

(Con una sola lágrima tuya, mi cielo se derrumba.
Un suspiro profundo desgarra mi corazón.
Seré tu luz, recogeré las sombras.
Ahora, en ese rostro angelical...)

-¿Qué haces?

Me sobresalté.
Su voz.
Me giré de golpe.

Estaba allí, brazos cruzados, mirándome con esa mirada que congela la sangre. No sé si está enojado, pero rezo que no me haya escuchado. La voz no me sale.

Se acerca, lento.
Pone la mano detrás de mi cabeza.
Aprieta mi nuca.
Me acerca a su rostro. Baja la cabeza hasta que quedamos frente a frente.

-¿Qué estabas bailando? -su tono pretende ser tranquilo, pero la molestia asoma entre las palabras.

-Nada...

Nada más se me ocurre.
Sé que la música "autorizada" no se baila, o tal vez si... Pero no he visto a nadie bailar música clásica más que en pareja.
Ni siquiera estoy segura de haber hecho la coreografía exacta.
Pero eso ya no importa.

Su mano aprieta más. Me duele.
Me aprieta contra él.

-¿¡Qué bailabas!?

-Nada... solo estaba feliz porque... hoy llegan los resultados de mis estudios.

Su mirada cambia. Ya no es tan dura. Ahora parece escudriñar mis palabras, buscándome la mentira en los ojos.
Pero yo ya soy experta en mentir.

"Estoy bien."
"A tu lado me siento segura."
"Me encanta estar contigo."
"Tendré un orgasmo."
"Soy feliz."
"Te amo."

-¿Y por qué bailabas? -pregunta finalmente, soltándome mientras se aleja apenas un poco.

-Porque estoy feliz -respondo, forzando una sonrisa que no siento-. Hoy sabremos si podremos tener un bebé. El fruto de nuestro amor, pronto en nuestros brazos.

Mientras hablo, ruego.
No, suplico.
Suplico que las pastillas no fallen.
Que Dios no me castigue con un hijo.
Que no me encadene más.

Lucas sonríe. Y en ese gesto, mi cuerpo se permite relajarse. La tormenta, parece, ha pasado.

Comienza a almorzar con entusiasmo.
Pero de pronto se detiene.

-¿A qué hora llegan los resultados?

-A las diez. Dijeron que los mandarían a tu celular.

-Cierto. Entonces te llamaré en cuanto lleguen.

-Por favor hazlo, estoy muy ansiosa.

Eso sí era verdad.
Estaba ansiosa. Rogando que saliera mal. Que me dieran más tiempo. Que pudiera pensar en una salida.

-Claro, amor.

El resto del almuerzo transcurre con aparente normalidad.
Cuando por fin se va, corro a mi cuarto.
Cierro la puerta con seguro.
Y solo entonces me permito respirar.
Llorar.
Sentir.

Me toma tiempo calmarme. Pero cuando lo logro, miro la hora: 8:19.

Ya puedo hablar con mi amigo.

Emily: Holo, Haru.

Haru: ¡Holo, Mily! ¿Cómo estás hoy?

Emily: Nerviosa, muy nerviosa. ¿Recuerdas que te conté que me hicieron un Papanicolaou y unos análisis de sangre para ver si estaba "lista" para concebir?

Haru: Claro que me acuerdo... ¿Ya te dieron los resultados?

Emily: Aún no... los resultados le llegarán a Lucas. Y esa es la peor parte. Si todo sale bien, no podré hacer nada para evitar que insista en buscar un bebé... pronto.

Haru: ¿Pero todavía tienes las pastillas que te dio tu suegra, no?

Emily: Sí, pero ya no ha comprado más. ¿Qué voy a hacer cuando se acaben? Si con ellas ya vivo con ansiedad cada mes... no quiero imaginar cómo sería sin esa mínima barrera.

Haru: Entiendo que tengas miedo, Emily, pero mientras tengas esas pastillas contigo, todavía hay esperanza. Y si algún día se terminan... no estás sola, lo enfrentaremos juntos, paso a paso.

Emily: Pero solo me quedan 2 cajas... ¿qué voy a hacer cuando se acaben?

Haru: Entonces buscaremos una solución, siempre hay un camino. No te preocupes por eso ahora.

Emily: Espero que sí haya otro camino...

Durante las horas que quedaban, antes de que nuestro tiempo se agotara, Haru intentó una y otra vez levantarme el ánimo, recordándome que siempre hay otra salida. No lo decía claramente, pero sé a cuál se refería. Y aunque entiendo que esa opción existe -es difícil, casi imposible, pero una opción al fin-, siento que me ahoga el solo pensarlo.

Vivir con Lucas es una pesadilla constante, un infierno del que no sé si podré escapar... pero, asumiendo que lo logro... ¿irme sola? No tengo nada en esta vida. Sin nadie, sin dinero, sin un lugar donde esconderme, sin una mano a la que aferrarme, sin alguien que me busque con esperanza en vez de con furia... esa idea me carcome por dentro. Porque Lucas no es solo alguien que me lastima: es alguien capaz de perseguirme con una rabia que no se apaga, con un odio que arde más que cualquier fuego.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.