— Mira, llego tu cliente favorito
Dice Zoe con una risita malévola. Frunzo mi entrecejo sin entender su sarcasmo y giro sin disimular, ¡Error!
— ¡Mierda! está mirando hacia acá.
Digo apretando los dientes y llenando uno de los servilleteros.
—Supongo que debes ir a su mesa, a fin de cuentas, está en la zona VIP. Suerte con el bombón
Dice Zoe en tono cantarín y dándome unas palmaditas en el hombro. Ruedo los ojos en blanco y tomo una de las cartas.
—Hola, buen día bienvenido.
Dejo la carta sobre la mesa, y el sigue observándome con sus intensos ojos oscuros
— ¿Estudias teatro?
Su pregunta me toma fuera de base y realmente me sorprende que quiera conversar.
—Sí, estudio en The Acting Studio.
— ¿Cuantos semestres llevas?
—Voy en tercero.
Entrecierra sus ojos y sin sentido alguno cambia la conversación.
—Tráeme un café con crema y galletas de vainilla.
—Enseguida.
Tomo la carta de la mesa y me retiro de allí con la piel de gallina. Su mirada me pone nerviosa. Es un hombre muy seguro de sí mismo, imagino que se cree el amo y señor del universo.
Me acerco al mostrador y le doy la orden a Fred ya que no hay mucha gente el día de hoy y este es un pedido sencillo.
—Pero el buenorro no te quita los ojos de encima
Dice Zoe entre dientes en un tono muy bajo, para que solo yo escuche.
— ¿De qué hablas Zoe?
Digo limpiando mis manos en el delantal.
—El chico te sigue a todos lados con la mirada, no sé si le gustas, o de verdad le desagradas, es muy difícil de descifrar.
—Solo es un engreído que quiere jugar a que la chica del café se enamora del guapo e irresistible cliente, con mucho dinero. Pero ¿qué crees? no me van los hijos de papi y mami, soy mucho más salvaje.
Digo con todo el sarcasmo del mundo. Tomo el pedido del engreído y voy directo a su mesa.
—Buen provecho.
— ¿Todos los días tomas autobús?
Frunzo mi entrecejo y esta vez no me quedo callada.
— ¿Por qué tanto interés de repente?
—Porque sé que es una academia muy costosa, y supongo que, si trabajas aquí y vives en un lugar como ese, es porque el dinero no te sobra.
Su tono es de total arrogancia. Pobrecito, piensa que me va ofender. ¡idiota!
—Pues tiene razón no puedo darme el lujo de pagar una academia como esa, por esa razón soy becada. Bueno en realidad solo tengo media beca.
—Entonces debes ser muy buena, solo aceptan a los mejores en TAS (The Acting Studio)
—Pues eso depende lo que para ti defina "buena" ¿y cómo es que sabe tanto de TAS?
—Digamos que me muevo mucho por el sector.
¿Trabajara por ahí?
—Bueno que tengas buen provecho.
Me retiro sin mirar atrás y con una rara sensación en el estómago. ¿Ahora resulta que es mi amigo? ¡Ja!
Termino de atender mis otras mesas, evitando a toda costa mirar al molesto chico de ojos oscuros. Se preguntarán. ¿cómo es el chico misterioso? bueno es muy alto, mide como 1.80 cuerpo musculoso, bien definido, cabello liso bastante corto y tiene solo un poco de barba. Me resulta bastante intimidante.
Por fin el día ha terminado, solo quedan dos parejas en el local. Estamos por cerrar, y por suerte Alana se ha quedado para hacer el cierre conmigo. El idiota de su ex Brad hizo lo que me temía, le rompió el corazón a la mujer más buena de este planeta. ¡Imbécil!
El último tío del que hace un momento nos estábamos riendo, es todo un galán, pienso que es justo la persona con la que Alana debería enrollarse. Pienso que, para su edad, vive la vida de una anciana. Y a lo mejor con ese casanova tiene un buen encontrón de una sola noche. Me despido de mi jefa y la dejo cerrar sola por petición propia.
Salgo del local en dirección a la parada de autobús y ahora que recuerdo debo hablar con Alana, le pediré un adelanto para comprar la medicina de Tomi.
Por fin mi autobús aparece y subo para ponerme de camino a casa.
…………
— ¡Mamá ya llegué!
Grito para hacerle saber que estoy en casa, camino en dirección a la cocina y allí está sentada junto a la ventana, mirando a la nada. Su estado es... deprimente, otra vez está drogada.
La llevo hasta su habitación y la cubro con una manta. De inmediato voy a la habitación de Tomi y efectivamente está dormido. ¿Mamá le daría de comer?, Suspiro cansada y niego. Supongo que si lo hizo, porque de lo contrario mi pequeña sabandija estaría despierta esperando a que yo le diera la cena. Apago la luz de su habitación y voy directo a la mia.
Me deshago de la ropa, los zapatos y me deslizo en mi pijama. Me dejo caer en la cama y si... así se siente estar en casa. Enciendo mi teléfono y reviso las notificaciones que tengo en este. Reviso mi aplicación favorita un juego llamado Lord Mov y reviso los mensajes que me dejo el cazador.
— ¡Hey! te perdiste la acción, quemamos varios castillos
—Podemos cazar monstruos más tarde si quieres
Sonrío y contesto sus mensajes.
—Me encantaría, pero hoy estoy algo cansada. ¿Mañana me esperas para cazar? Estaré disponible a las once
Cierro la app y sonrío como una idiota, hace meses hablo con un desconocido por el chat del juego y al parecer tenemos muchas cosas en común. Pero ninguno de los dos se atreve a revelar su identidad, y creo que es mejor así.
Le doy un vistazo a mi última publicación de Instagram y ya llevo trescientos likes. ¡Wao! eso es bastante. Llevo el atuendo que utilice en la última obra de teatro en la que participe. Soy una asesina serial.
Dejo el teléfono a un lado y luego tomo mi computadora, debo realizar el ensayo que nos pidió el maestro de puesta en escena. Quiere saber qué significa el teatro en nuestras vidas. Bueno, no es tan complicado.