¡no, es amor! #2

3 ( La fiesta de Fox)

—¡¡¡Ay!!! ¡No puede ser!! ¿qué hace otra vez aquí? 

Digo apretando mi pequeña libreta de apuntes. Respiro profundo y cuento hasta diez antes de acercarme a la mesa cuatro. 

—Buen día. ¿Qué vas a ordenar? 

Se quita sus costosos lentes y me atraviesa con esa mirada oscura que hace que cada bello de mi cuerpo se erice. Trago grueso y trato de disimular lo incomoda o afectada que me siento. 

—Quiero un omelette y café sin azúcar. Y unas galletas de vainilla 

Anoto el pedido en mi libreta y me giro rápidamente para caminar en dirección al mostrador, pero su voz me detiene. 

— ¿De verdad iras a mi fiesta? 

Elevo mi ceja derecha cuanto puedo y lo observo con un deje de orgullo. 

—Por supuesto que sí. Fui invitada, no perderé la oportunidad de fastidiar a niñitos fresa. 

Frunce sus cejas y la expresión de su rostro es épica. ¡Ja! en tu cara fresita. Ok es tiempo de huir. Camino de prisa al mostrador y dejo el pedido sobre la pizarra, me escondo detrás del mostrador y me rio en secreto. 

— ¿Qué haces ahí Holly?

Me pregunta Roger uno de los cocineros. 

—Nada es que se me cayó algo y… olvídalo. ¿Tienes mi orden? 

—Sí, aquí está. 

—Gracias bombón. 

Le guiño un ojo y en automático sus pronunciadas mejillas se tiñen de rojo. Roger es una ternurita. Dispongo el pedido en una bandeja y camino en dirección a la mesa cuatro. Si, voy directo a mi peor pesadilla. 

—Aquí está tu pedido. ¿Necesitas algo más?

Pregunto realmente solo por cortesía porque lo que quiero es huir lejos de este engreído. 

—Puedes servir mis galletas por favor. 

Levanto ambas cejas. No puedo ocultar mi expresión de asombro. ¿Qué mierda se cree este? 

—Con todo respeto, pero no sería… 

— Solo te estoy pidiendo que sirvas unas cuantas galletas no es como si te estuviera pidiendo que pagues mis cuentas. Anda sírvelas  

Aprieto mis manos en puños y respiro profundo. Tomo el paquete de galletas y lo abro con cuidado. Esparzo las galletas en el plato y temo preguntar si quiere algo más. 

—Puedes agregar un poco de azúcar a mi café.

Entrecierra los ojos y creo ver un atisbo de sonrisa en sus labios 

—Pero lo pediste sin azúcar. 

—Sí, pero cambié de opinión. Ahora quiero una cucharada de azúcar

—Enseguida regreso. 

Camino hecha una fiera hasta la barra y tomo el frasco de azúcar y una cucharita. Regreso a la mesa cuatro y dejo el frasco de azúcar a un lado, tomo la cuchara y elevo una de mis cejas 

— ¿Cuántas quieres?

—No lo sé, tu eres la experta. Dicen que un hombre es tan dulce como el café que toma. ¿Qué tan dulce crees que soy Molly?

—En ese caso deberías tomarlo tal cual está

Digo con todo el odio del mundo. 

—Siempre tan antipática. 

—No, cuando duermo soy buena onda. 

Frunce su entrecejo y toma un sorbo de café. 

—Ponle una cucharada. 

Tomo una pequeña cantidad de azúcar con la cucharita y se la agrego al café que me extiende. 

— ¿Puedes probarlo por mí? 

Lo miro con cara de espanto y no sé si lo escuché bien. 

— ¿Que? 

—Lo que escuchaste. Pruébalo por mí. 

—A mí me gusta con dos de azúcar, solo así lo tomo, de otra manera no puedo tomar un café. 

—Entonces agrégale otra. 

—Pero... no es correcto que yo beba de la misma taza que tú...

—Solo le darás un pequeño sorbo, el cliente siempre tiene la razón

Agrego una más de azúcar y revuelvo con la cucharita. Tomo la taza con mis dos manos rozando un poco sus dedos con los míos. Acerco la taza a mis labios y doy un sorbo. 

Disfruto del rico olor y el sabor exquisito. Me olvido por completo de quien está frente a mí y cierro los ojos disfrutando del momento. En realidad, hace mucho no disfruto de un buen café. 

Despego la taza de mis labios y abro los ojos, la deposito en la mesa y aparto la mirada tanto como puedo de Fox. 

—El sabor es exquisito. Por lo menos a mí me gusta. 

Fox toma la taza de café y antes que pueda advertirle que ha tomado del mismo lado en que yo lo hice ya está pegado a la taza. 

—Ya te puedes retirar chica del café. 

Su expresión fría y petulante hace que me hierva la sangre. Es un arrogante de mierda. 

Y lo peor es que todos los días viene a la zona vip. Mi zona...

…………….

Me observo en el espejo y sonrío. Se me ven las bubis enormes. Y me da un poco de vergüenza, pero ¿qué más da?, solo es un disfraz. Me aplico el labial y sonrío una vez más. Yessica rabbit solo te falta tu Roger. 

Tomo mi cartera y reviso la dirección que Aquiles me paso hace unas horas. Antes de salir observo que Tomi esté bien y le doy un beso en la frente, ya está dormido al igual que mi madre. 

Mi taxi ha llegado así que salgo de casa y subo a este. 

Mi teléfono suena y reviso. Es una notificación de Lord Mov. 

—No olvides nuestra cita de las 11 

—No lo olvido iremos a quemar a esos castillos grandes :)

Guardo mi teléfono y empiezo a jugar con la falda del vestido rojo. No sé porque me he puesto nerviosa. Solo es una fiesta, llena de gente a la que le importo un carajo. 

Solo espero no tropezarme con el cumplimentado, me pegaré de Logan como una sanguijuela, es con el único que tengo confianza. Saco el pequeño cuadrado de mi cartera y sonrío al ver el obsequio que le he comprado al niño rico que lo tiene todo. Apuesto a que no tienes una de estas. 

Finalmente, el auto se detiene y estúpidamente mi corazón se acelera. Camino en dirección al edificio y me detengo frente al elevador. Presiono el botón del piso que me indicó Aquiles. 

Cuando las puertas se abren mis ojos no dejan de mirar a todas partes. Pensé que un lugar así solo existía en las películas. Esta fiesta está dpm. 

Aquiles sí que sabe de fiestas. De inmediato el disco amarillo de JBalvin invade mis oídos. Camino hasta el área de la piscina y al instante diviso a los chicos incluida Alana. Está estupendamente preciosa. 



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En el texto hay: amoryodio, clasesocial, egoyamor

Editado: 01.08.2023

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