Una vez más estoy sentada junto a mi madre, quien yace dormida en aquella fría cama de hospital.
Al igual que Tomi, nunca conocí a mi padre y mamá nunca habla del tema, es un completo misterio. Pienso que a lo mejor ella tampoco sabe quién sea.
Por órdenes del doctor mamá debe permanecer sedada debido a sus adicciones, podría tener una crisis de ansiedad estando aquí y eso no sería bueno para su recuperación. Tomo una de sus manos y susurro suavemente
—Desearía con todo mi corazón que fueras una madre normal, por lo menos para Tomi, cada vez me es más difícil ocultarle la verdad, es un niño bastante listo y me temo que en cualquier momento la realidad podría golpearle, cuando ya no tenga más mentiras que decirle.
Seco las lágrimas de mi rostro y me pongo de pie, es hora de ir a casa.
Unos minutos más tarde estoy en mi habitación mirando hacia la nada, preguntándome porqué debo cargar con los errores de mi madre. Suspiro pesadamente y rompo en llanto.
Los ojos me pesan cada vez más y termino rindiéndome ante el cansancio.
………………….
Estoy terminando de acomodar mi delantal cuando la voz de Zoe me sorprende.
—Adivina quién está esperando por ti en la Zona VIP.
Junto mis cejas y de inmediato mis ojos van hasta esa zona, pero extrañamente me decepciono un poco al ver que se trata de mi viejo cliente el señor Olaf.
—Oh, sí enseguida llevaré su orden.
Zoe me lanza una mirada aguda y dice
—¿Acaso te decepcionaste? ¿pensaste que podría ser el chico de lentes oscuros?
Ruedo los ojos y niego
—Estas completamente loca
Preparo la orden del señor Olaf y camino en dirección a su mesa
—Buenos días señor Olaf. ¿Cómo está el día de hoy?
—Muy bien cariño, esperando mi delicioso pan y café
—Pues aquí lo tiene, buen provecho
Dejo la orden sobre la mesa y después de ofrecerle una amplia sonrisa me giro en mis talones para retirarme, pero choco con un pecho duro.
—Lo siento, yo no lo vi…
Digo esto y me quedo pasmada observando la cara de limón de mi cliente favorito. Y si lo último es sarcasmo.
Enarca una ceja y camina en dirección a la mesa del rincón. Toma asiento y me hace un gesto para que me acerque.
Camino a paso lento hasta finalmente llegar a su mesa
—Buen día ¿Qué puedo servirte hoy?
Fox me observa a través de sus lentes y dice
—Un café negro sin azúcar y unos huevos revueltos con tostadas de avena.
Anoto su pedido en una libreta y me retiro antes de que otra cosa se le ocurra y me haga la vida imposible. Me acerco a la pizarra y cuelgo allí su pedido.
—Ahora sí, llegó tu cliente favorito
Dice Zoe con una risa pícara.
—No seas tonta, el tipo me odia al igual que yo a él. A kilómetros se puede ver que no le caigo nada bien.
Zoe frunce sus labios y luego enarca una de sus cejas. Suspira y dice
—En realidad la tensión entre ustedes es evidente, ¿no te das cuenta que solo viene para verte? Pero sé que me vas a decir que estoy loca, porque ni siquiera él podría aceptar algo como eso, que solo viene aquí para verte Holly. A metros puedo ver su ego. Y pienso que eso es lo que más le molesta ¿sabes? Que la chica que él cree que “no está a su nivel” es la misma que no le da ni la hora. Le gustas, y podría apostar que está loco por tenerte para según él satisfacer su antojo del momento, pero créeme serás su perdición linda Holly.
Zoe me guiña un ojo y sigue su camino dejándome completamente atónita después de todo lo que me ha dicho. Nada de lo que ha dicho es posible. Recuerdo muy bien aquella conversación entre Logan y Fox hace unos días, estoy segura que no le inspiro ni un mal pensamiento a ese chico. Creo que por esta vez Zoe está equivocada. Aunque sus predicciones nunca fallan. Ella predijo que Brad el ex novio de Alana era una mala persona y todo resultó ser cierto. Luego dijo que pronto conocería a un hombre muy guapo con el que viviría muchas cosas que jamás pensó, y es justo lo que está sucediendo ahora con Aquiles.
—Orden lista linda Holly
La voz de Fred el cocinero me saca de mis pensamientos y asiento. Dispongo todo en la bandeja y camino en dirección a mi peor pesadilla.
—Que tengas buen provecho
Digo esto luego de servir su orden sobre la mesa, pero no obtengo respuesta. Me marcho de allí.
Estoy concentrada rellenando algunos servilleteros de las mesas cuando una linda chica alta, de ojos miel y cabellos oscuros entra en el café. Observa el lugar y al mirar hacia el rincón sonríe. La mujer de figura despampanante camina en dirección a Fox y este al verla se pone de pie. Ambos se dan un beso fugaz en los labios y toman asiento.
Yo trago grueso al ver aquella escena y en ese momento comprendo lo insignificante que puede verme Fox frente a la hermosa mujer que estoy segura es el tipo de chica que acostumbra tener muy cerca.
Pero esto no debería importarme, Fox es solo un cliente del café, uno más como los chicos que acostumbran a venir a este lugar, niños ricos que solo buscan a niñas ricas como ellos. No una chica como yo, llena de problemas y bueno alguien que no tiene una vida económica como ellos.
Tomo mi pequeña libretita de apuntes y camino en dirección a la mesa.
—Buenos días señorita, ¿Qué desea ordenar?
La chica sonríe y dice
—Unos panecitos de avena con queso bajo en grasa y una botella de agua estaría bien.
—En un momento se lo traigo.
Digo esto y me retiro de inmediato, la chica es más bonita cuando la miras de cerca. Le entrego la orden a Fred y aprovecho para acercarme a otras mesas y seguir tomando pedidos.
Minutos más tarde Fred me avisa que la orden está lista, dispongo todo en la bandeja y camino en dirección a la mesa de Fox y la mujer bonita.
—Aquí está su orden, espero que tenga buen provecho.