FOX
Hay ocasiones en las que nos cuestionamos todo lo que hemos hecho a lo largo de nuestra vida, no siempre hemos sido malos o buenos pero la realidad es que nadie es perfecto. Siempre tuve claro que las chicas que entraran a mi vida solo serían pasajeras y eso se los dejé en claro a todas desde el principio. Claro, siempre hubo una que otra que quiso hacerme cambiar de opinión, pero eso nunca pasó. Nadie nunca me ha tentado a pensar quizá un poco más allá. Todas las veces que he venido a este departamento han sido para cuestionar mi vida de mujeriego. Pensando en que tal vez nunca llegará a mi vida una mujer que lo cambie todo, una con la que yo quiera todo.
Pero irónicamente la he traído aquí, a la única chica que no soporto tener cerca, pero que al mismo tiempo no quiero que se aleje. Esa mujer que me trae alucinado hace algunas semanas. Esa que desde la primera vez que besé me embrujó y ahora solo deseo tenerla en mis brazos desesperadamente.
Observo sus bonitos ojos y puedo ver un poco de miedo en ellos. Piensa que luego de esta noche ambos seremos libres de este raro sentimiento que nos une, pero yo Eliot Fox, estoy completamente seguro que no será así. Sé que después de esta noche me uniré a ella para siempre y sí es una completa locura, pero simplemente no puedo evitarlo. Lo que dije hace un rato es cierto, está matándome, lenta y dolorosamente está acabando conmigo el deseo de tenerla.
Acabo de decirle que me gusta, pero la realidad es que me encanta, me vuelve loco… nunca admitiría esto en voz alta, pero espero que mis ojos puedan decírselo. Sé que también le gusto o de otra manera no habría accedido a venir conmigo esta noche.
Tomo el vaso vacío que tiene en sus manos y lo dejo junto al mío en la mesa. Me acerco poco a poco y relamo mis labios.
—Estas a tiempo de marcharte
—No lo haré
—¿Entonces estas dispuesta a entregarte a mi esta noche?
—Llevo meses tratando de descifrar por qué me tratas de esta manera, parece que apareces en todos lados solo para hacerme la vida imposible y creo que esta es mi oportunidad de que dejes esta rara obsesión de hacerme la vida de cuadritos. Sé que me ves cómo alguien inferior a ti, y que ni en mi más loco sueño tu podrías sentir amor por mí, tengo claro que me deseas solo físicamente y que de alguna manera tu… también me atraes y la idea de estar en tus brazos no me parece tan descabellada. Sé que me voy arrepentir en algún momento, pero también sé qué sino lo hago seguiré sintiendo lo que siento en este momento.
¡Joder!
Tomo a Holly entre mis brazos y hago que enrolle sus piernas alrededor de mi cintura, uno mis labios a los suyos y me pierdo en un necesitado beso. Nunca me había sentido de esta manera, Holly hace que me sienta seguro, que me sienta en el lugar correcto.
No puede ser que este sintiendo todo esto… yo simplemente me siento completamente perdido. Y entonces recuerdo la primera vez que la vi en la cafetería. Esa sonrisa maravillosa que irradia luz, entonces me dije que tenía que seguir viéndole porque me molestaba ver que alguien aparentara ser tan feliz y amable. Poco a poco descubrí a una mujer fuerte, talentosa y llena de virtudes. Luego llegaron los celos y es ahí donde todo se fue a la mierda, empecé a buscar las maneras de acercarme, pero soy un completo desastre en eso. Nunca he tenido la necesidad de flirtear con nadie porque por lo general las mujeres son las que se acercan a mí. Pero claro con Holly Martínez las cosas no serían nada fáciles, ella no es como las demás.
Aprieto su trasero con fuerza y mi miembro se pone duro. Camino hasta mi habitación y la dejo caer suavemente sobre mi cama, observo su figura embelesado y empiezo a deshacerme de mi ropa.
Quedo solo en ropa interior y ella me observa con ojos cristalinos, me acerco con cuidado y tomo una de sus piernas para desabrochar su zapato de tacón negro, luego paso al siguiente.
Deslizo mis manos por sus muslos hasta llegar a sus caderas, al sentir su ropa interior cierro los ojos y muevo mi mano lentamente a su intimidad, me escabullo en el interior de sus bragas y toco su centro. Siento su humedad y abro los ojos para conectarlos con los suyos.
—Estas… mojada…
Me ofrece una sonrisa tímida y veo como sus mejillas se sonrojan. Tomo las orillas de su vestido y lo deslizo por su cuerpo. Observo el bonito juego de lencería que lleva puesto y muerdo mi labio inferior.
Ambos estamos sentados en la cama frente a frente, me acerco a sus labios y empiezo a besarla, ella posiciona sus manos en mi pecho y los vellos de mi piel se erizan.
Cierro mis ojos con fuerza y apoyo mis manos en su trasero, siento que es la primera vez que le haré el amor a una mujer. Este sentimiento me aterra, acepto que estoy muerto de miedo porque en el fondo sé que le estoy por ceder control total sobre mí, y eso es totalmente inaceptable para mí. Pero como ya lo dije, es inevitable…
Hay un antes y un después de todo, y creo que hoy he cavado mi propia tumba. Deslizo mis manos detrás de su espalda y deshago el broche de su sujetador. Este cae suavemente de sus pechos y yo los observo embelesado, trago grueso y tomo uno en cada mano, Holly cierra los ojos y jadea. Me inclino un poco y succiono mientras acaricio el otro.
Poco a poco recuesto su cuerpo en la cama sin despegar mis labios de los suyos. Me levanto con cuidado y tomo su pequeña braga para deslizarla lentamente por sus piernas, observo su intimidad y no puedo evitar relamer mis labios.
Me deshago de mi interior y me posiciono sobre ella, observo su mirada asustadiza y sonrío al ver lo tierna que puede llegar a parecer.
—¿Estas nerviosa? Pareces un ciervo asustado en garras de su depredador.
—Es porque si estoy asustada, es que…
Aparta la mirada y yo siento que está a punto de arrepentirse.
—¿Sucede algo? Ya no quieres…
Holly vuelve sus ojos a los míos y dice