No es hemolacria

Brad

Brad es un chico que conocí en la universidad, era uno de los más callados de la clase. Pero practica la magia oscura y lo mejor es no meterse porque cuando lo hacen enojar puede desatar el mismo infierno en tu vida, es como si fuera el chico de la mala suerte. Brad es un chico de 1.70 de altura. Rubio de ojos marrones oscuros y una sonrisa torcida que te causa cosquilleos en la columna vertebral...

Una historia sobre Brad:

Era octubre, Brad Kouriff, un chico que todos conocían en el barrio, salió con un disfraz que nadie sabía de qué era cuando se encontraba en las sombras. Pero cuando salió demostrando su disfraz era lo más sencillo, un simple cuchillo de plástico clavado en el estómago con una mancha a los alrededores. Y el rostro pálido, era un disfraz sencillo pero perturbador. Si hablábamos de niños pequeños.

—Eh, Brad! ¿De qué estás disfrazado? le pregunté vistiendo un disfraz de la muñeca Tiffany. Es obvio, concuerda perfectamente con mi nombre.

—¿Qué, acaso no ves que estoy disfrazado de cadáver? ¡Qué pregunta más estúpida!

—Ay, pues lo siento, no sabía exactamente. Sí, imaginé algo así, pero quería asegurarme de que así fuera.

Brad puso los ojos en blanco mientras se acercaban a su casa para pedir dulce o truco. Brad regalaba los caramelos con mucho gusto hasta que llegó la hora de que él también quería divertirse. En realidad, su motivo de salir a pedir dulce o truco era esperando a que le hicieran un truco porque los dulces nunca le faltaban en su casa.

—Espero que me hagan un truco. No espero más dulces.

—Yo sí espero dulces, este año mis padres no compraron. En realidad, ni siquiera me querían dejar salir, sabes que mi madre es cristiana y no cree en esto, dice que son cosas del demonio.

—En realidad sí, Halloween es el día de las brujas, pero como ellas son mis amigas, pues no me afectan nada.

—Eres un jodido imbécil, dije mientras le daba un golpe en el hombro. Y llegábamos a una casa bastante lujosa, nunca falta la casa bonita en el barrio.

—Dulce o truco!" gritó Brad al ver a la señora que se asomaba en la puerta, la cual al parecer también era de la misma religión que mi madre.

—Lo siento, jovencito, aquí no damos nada de eso... VÁYANSE!

La sonrisa de Brad se desvaneció de inmediato y levantó ligeramente una ceja al igual que yo.

—Muy bien, pero no era necesario que nos hablara de esa forma. No hay necesidad de gritarle a las personas.

—Niño, vete, no tengo tiempo para esto... y llévate tus cosas del demonio a otro lado.

La señora cerró la puerta con fuerza en nuestra cara y Brad apretó su calabaza con las dos manos, la cual se reventó.

—Sabes algo, Tiff? Hay personas que no conocen a quién tienen frente a ellas. Porque vengo con una carita inocente y dulce y piensan que así es por dentro...

—Ya, tranquilo, no le hagas caso a eso... solo es una vieja amargada que no sabe querer niños.

—Tú y yo no somos niños, Tiffany, que salgamos a pedir dulce o truco no quiere decir que lo seamos, simplemente nos estamos divirtiendo. Ella tiene que tratarnos con respeto porque no sabe de dónde venimos.

Brad me dio lo que quedaba de la calabaza rota y yo me quedé con ella en las manos para luego tirarla a la basura, se fue de allí rápidamente dejándome sola.

—Brad! Espera!

Volví a mi casa después de haber recorrido varias calles pidiendo dulce o truco, cuando a las 4 de la madrugada se escuchó el sonido de una sirena... por un momento creí que era la policía, pero en realidad era la ambulancia.

Me asomé por la ventana de mi habitación y la ambulancia estaba cerca de la casa de la vecina que nos había corrido esa noche.

Cuando sacaron un cadáver que estaba vuelto nada en el suelo, las tripas estaban aplastadas, el cerebro estaba vuelto añicos y la pude reconocer porque era la misma ropa que ella tenía cuando fuimos allá. No pude aguantar la curiosidad y fui corriendo, ya que también estaban mis padres.

—Qué ha pasado aquí?

—Ay, hija, todo está bien, todo está bien...

—Mamá, no estoy asustada, solo quiero saber qué pasó".

—La vecina fue arrollada por un autobús...

Dijo mi madre secando sus lágrimas.

—Qué carajos? Y acaso no vio para los lados o qué?

—Todo fue muy rápido. Ella salió un momento, al parecer estaba corriendo a un gato de su casa con una escoba. Y fue cuando el autobús apareció de la nada, toda la calle estaba vacía y ese autobús apareció...

Mis ojos se abrieron de par en par. Típico de la vecina odiar a todo el mundo, incluyendo un pobre gato que seguramente tenía meses sin comer. Llamé a Brad por teléfono y él me contestó riendo.

—Ya te enteraste de lo que pasó, verdad?"

—Sí, creo que fue la Santa Muerte quien se encargó, me dijo Brad riendo a carcajadas como si le hubiera contado un chiste.

—Por qué te estás riendo? Fue injusto que nos haya corrido, pero no puedes alegrarte por la muerte de una persona".

—Cuando quieras te paso foto de la muñeca que preparé para ella y el conductor. Fue algo tan sencillo

¿Qué?

—¿De qué estás hablando? ¿Cuál muñeca? Brad contesta

No hubo respuesta él me había colgado. Y el día siguiente en la universidad cuando lo vi guardando unas cosas en su casillero lo tomé del brazo

—explícame qué fue lo que pasó...

Con la mayor tranquilidad del mundo me respondió

—Magia negra. Es De todo lo que puedo decir que lo demás averigualo por tu cuenta...

Se soltó de mi agarre Pero antes de irse se volvió a mirarme y me dijo

—Y Tiffany... A ti no te voy a hacer nada pero... Espero que tampoco te pongas pichacosa ¿No lo harás verdad?

Me dio mucho miedo lo que dijo solamente asentí con la cabeza y él me dio un beso en la mejilla antes de irse

—te quiero Tiff



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En el texto hay: thriller, @suspenso, @vudú

Editado: 25.04.2025

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