Tiffany:
Estaba en mi habitación preparándome mental y emocionadamente para lo que Brad y yo haríamos esta noche. Nada más de imaginar que me tenía que involucrar en esas cosas hacía que mi cuerpo temblara. Me estaba mordiendo las uñas cuando escuché que tocaron la puerta. Me levanté para abrir y allí estaba mi mamá con su expresión de seriedad, como siempre.
—Déjame adivinar, ¿vienes a reclamarme por el insulto?
—Últimamente no me está gustando para nada tu actitud y créeme que hoy te pasaste de la raya. Mañana tienes otra cita con el doctor. Espero que estés preparada.
Mi mamá aún no lo entendía y, si lo entendía, no quería admitirlo.
—¡Por milésima vez, mamá... no es nada médico!
—Tiffany, por favor, basta...
—¡No! Ya déjame entender lo que está en juego y yo no puedo seguir viviendo encerrada en el hospital sin disfrutar mi juventud. ¡Imagínate cuando me gradúe de la universidad! En lugar de abrazarme, ¡me van a tirar agua bendita!
Mi mamá suspiró y se sentó a mi lado en la cama, intentando acercar su mano a mi cabello, a lo que me alejé y me crucé de brazos.
—Hija, existen cosas que tú todavía no entiendes...
Hay algo más. Algo que mi mamá no me ha contado. Pero debo descubrirlo.
—Entonces, ¿qué es, mamá? Dímelo por favor.
—Hay algo que Brad no te contó... Él te contó la historia a su manera para no complicar más las cosas... Pero en realidad es que... No solamente no quise alquilar mi vientre, sino que también comencé a creer tu versión ahora que recordé lo que pasó hace muchos años... Yo no me negué a no alquilar mi vientre por maldad. Lo hice porque sabía el tipo de persona que era la madre de Janna.
Años atrás:
Una vecina nueva llegó al vecindario. Se veía como una persona amable, pero en realidad era una bruja... Una verdadera bruja que tenía pactos con el diablo, una bruja de esas que podían convertirse en animales... Pero ella ya tenía un solo problema: no podía tener hijos... Un día ella tocó mi puerta.
—¡Vecina! ¿Cómo está?
—Hola, buen día. ¿Qué se le ofrece, vecina? —le pregunté intentando mantener la distancia ante la sonrisa malévola que ella tenía en su rostro.
—Vecina, venía a preguntarle, ¿usted estaría dispuesta a alquilar su vientre? Le pagaré muy bien. Usted solamente deme un precio y yo lo pagaré sin pensarlo. Es que no puedo tener hijos porque cada vez que salía embarazada los pierdo, es como un problema que tengo...
Obviamente, yo me negué de inmediato ante su oferta, intenté hacerlo de la manera más amable posible.
—No, vecina, es que yo no puedo alquilar el vientre, me da un poco de miedo hacer eso y además los dolores y la cosa...
—¡Ay, así no se preocupe por eso! ¡Yo le voy a dar mi mejor cuidado, me haré responsable de todo, usted solamente tiene que dar a luz y entregármelo y ya está!
Ella parecía emocionada, la verdad sentí un poco de lástima de que ella no pudiera tener hijos, pero sabía el tipo de persona que podía llegar a ser, pero nunca imaginé que tú fueras a pagar el precio de mi negativa...
—Lo siento, vecina, pero no puedo acceder...
Ante mi respuesta, su sonrisa se desvaneció y me apuntó con el dedo diciéndome:
—Las malas personas suelen pagarla bien caro cuando llegue el momento de su karma.
—Esas palabras me hicieron temblar y retroceder, me metí a la casa rápidamente y a los meses me enteré de que estaba embarazada de ti... Como eras una criatura inocente, jamás imaginé que ella iba a cobrárselas contigo y como yo he sido evangélica casi toda mi vida, lo que menos me imaginaba era eso...
Hasta que empezaste a crecer y creí que tenías una enfermedad... Pero ahora que vino Brad y que mi suegra te ha estado llevando hacia los santeros, me di cuenta de que tenías razón, esa mujer te hizo algo... y su hija solamente se está dejando llenar la cabeza de sus ideas, su madre la está manipulando para que te odie...
Literalmente, mis ojos se abrieron como platos, mis manos comenzaron a temblar, pero no del miedo, sino más bien de la impotencia que sentía en ese momento. ¿Qué culpa tenía yo de los problemas que había tenido mi madre?
—Entonces, ¿todo esto ella lo hace para vengarse de ti?
—Así es. Como yo sí pude tener a mi hija biológica y ella tuvo que adoptar, entonces ahora quiere vengarse y quitarme la vida perfecta que ella no pudo tener...
—Tú tuviste la vida perfecta, madre, pero yo no la tengo... Por eso te voy a pedir permiso para que me dejes ir, para que me dejes de revertir todo esto... Por favor, solo confía en mí.
Mi madre bajó la cabeza por unos segundos y supe que estaba orando por mí, yo le puse una mano en el hombro porque sabía que también era difícil para ella lo que estaba ocurriendo.
—Prométeme que vas a cuidarte... No quiero que te acerques a esa mujer, solamente haz lo que vayas a hacer y regresa, mantenme informada, llévate el teléfono... y llámame cualquier cosa, ¿okay?
—Lo haré, mamá. De todas maneras, creo que voy a ir con mi abuela. Así pondré fin a esto de una buena vez, o al menos la mitad de ello.
—Está bien, mi reina... Ve con cuidado, ¿sí?
—Te lo prometo, mamá...
Editado: 25.04.2025