Kendall:
Soy Kendall... La madre de Janna, supongo que nadie más me conoce ya que me mudé a un nuevo vecindario, alejándome de donde vivía antes para no verle la cara nunca más a la vecina que se negó a alquilar su vientre. O al menos era la madre de Janna... Esas personas la mataron y, aunque esté hablando aquí muy normal, estoy destrozada... Pero esto no se va a quedar así... Esto apenas empieza y esta vez a la maldita zorra de Tiffany le va a ir peor con el escuincle que lleva en el vientre.
Brad:
Iba a enterrar el cadáver de Janna en el patio de mi casa, aprovechando que no había ningún chismoso cerca. Además, mis rejas son altas y selladas, como para que alguien las vea.
—Aquí es donde siempre tuviste que estar. Pero no te preocupes, Janna... Aquí dejaré este pequeño espacio para cuando traiga a tu madre a hacerte compañía.
Me quedé pensando un momento y luego se me prendió el foco.
—O mejor... no hago agujeros en mi patio. Imagínate cuando llueva y el olor inunde mi casa. No, no, no.
Fui adentro a buscar la gasolina y le tiré completa sobre el cuerpo de Janna, y luego lancé un fósforo.
—¿Quieres café o algo? —pregunté con sarcasmo, como si una muerta pudiera oírme.
Volteé la mirada y Tiffany estaba detrás de mí, mirándome con un poco de miedo.
—Ven, muñequita... O mejor voy yo. Este humo es malo para el bebé, además las ratas son venenosas.
—¿Por qué hiciste eso, Brad? Yo no estoy feliz con que te conviertas en un asesino... Yo no...
—Tiffany, al menos es una menos... Era la única forma y ahora más debo ponerme atento que tú estás embarazada.
—¿Soy una asesina, Brad?
Me detuve un momento y volteé a mirar a Tiffany, quien tenía una expresión de tristeza.
—No, Tiff... No es tu culpa, yo actué, no lo hiciste tú ni tampoco por órdenes tuyas. Yo también tenía pensado hacerlo. Y que agradezca que al menos no lo hice lentamente, un solo golpe y ya está.
—Pero todo esto lo estás haciendo por mí, porque si así no fuera entonces tendrías las manos limpias...
Hice una expresión divertida al escuchar a Tiffany hablando de mí como si yo antes hubiera sido un santo.
—¿Sí recuerdas lo que pasó en Halloween, verdad? No es la primera vez que mato a una persona, princesa...
—Eso no tenías que haberlo hecho, la verdad. Había otra manera de solucionar las cosas, pero tú preferiste recurrir a la violencia o, mejor dicho, preferiste recurrir a tu maldita magia negra.
—Bueno, bueno, ya no es necesario que te enojes. Lleva como 4000 años muerta, no es para tanto...
—Fue hace un año... Así que sí.
—Bueno, no hay tiempo para andar pensando en gente que ya está más abajo de la tumba. Mejor debemos pensar en cómo vamos a encontrar a Kendall.
—Yo también quiero ayudar, todo lo has estado haciendo tú y yo solamente estoy aquí sentada haciendo vaya a saber qué.
—¿Por qué no mejor vas a tu casa y descansas un rato? Es bueno para el bebé que te mantengas quieta y no que estés caminando de aquí para allá y de allá para acá.
—No quiero dormir. Solo quiero...
Tiffany se retorció hacia adelante y me asusté de inmediato, arrodillándome a su lado.
—¡Tiff, ¿qué pasa?! ¡Habla, por Dios!
Kendall:
Sufrirás cada minuto de tu embarazo, llorarás cada vez que camines y te desplomarás de dolor cuando tu parásito se mueva adentro de ti.
—Ay, vecinita... No debiste negarte a convertirme en madre, y Brad... No debiste quitarme a mi única hija.
Madre de Tiffany:
—¡¿Hasta cuándo, suegra?! ¿Hasta cuándo? Ella sigue saliendo todos los días y ya me está preocupando que esté en algo peor.
—Está en la casa de Brad, acabo de dejarla allí...
—¿Pero qué tanto hace? Aparte se está poniendo gorda... No sé si sea por el estrés, porque a esa niña ni siquiera le gusta comer tanto.
La abuela de Tiffany se quedó callada un momento, pensando si decirle o no. Pero al final ella se iba a enterar cuando a Tiffany le comenzara a crecer la barriga.
—Tiff está embarazada y no te lo ha dicho, yo soy la única que lo sé...
Me llevé la mano a la frente porque mis sospechas eran ciertas. Sabía que esa barriga estaba sospechosa, ahora aparte de la maldad que le están haciendo, está embarazada. ¿Qué le espera al bebé?
—Eso es lo de menos ahora, suegra. ¿Usted ha sabido si lograron hacer algo en contra de Kendall?
—No, mija, no han logrado nada, ni siquiera pueden verla, no saben dónde está y aparte mataron a Janna.
Eso fue un golpe directo, la muerte de una persona... ¿La policía? ¿Los vecinos? Estábamos en un gran lío.
—¿Qué hicieron con el cadáver, suegra?
—Todavía no lo sé. Tiffany solamente me contó por llamada que Brad había matado a Janna, pero ahora no me contesta las llamadas, no sé dónde estará metida esa niña.
Brad:
Tiffany se retorcía de dolor en el suelo, tanto así que comenzaba a llorar. Las lágrimas de sangre empaparon mi camisa mientras la cargaba, llevándola hacia adentro. Y yo mismo sentí un dolor de cabeza horrible que me hizo marear, y casi dejé caer a Tiffany de mis brazos.
—Ya no aguanto, Brad, debemos ir a buscar a esa mujer. Y no vas a decir que vas a hacerlo todo tú solo, porque aquí la más afectada soy yo.
—Tiffany, sabes que no te voy a dejar ir...
—A mí no me importa lo que tú digas... Esto se va a acabar hoy mismo.
—¡¿Ni siquiera sabemos dónde está escondida Kendall y estás diciendo que se va a acabar hoy mismo?! Por favor, Tiffany, piensa un momento con esa cabeza que tienes, no creo que tengas todas las malditas neuronas quemadas.
Me dio una cachetada que me hizo voltear el rostro, suspiré y volví a mirarla porque era lo que menos me importaba en este momento. Mi preocupación en este momento era el niño.
—Me puede hacer daño a mí, pero no al que llevo en el vientre, porque él no tiene la culpa de nada. No puedo dejar que se cometa el mismo error que esa mujer haya pagado su molestia con mi madre... Conmigo, con mi hijo no... Así que, ¿o comenzamos a buscarla o qué hacemos?
Editado: 25.04.2025