No es lo que parece[completa]

Capítulo 17

Después de desayunar, decidimos mandarle un mensaje a Susana para quedar a comer con ella. Marcos se despertó tarde y tras beberse un café con prisa, se fué con su compañero de trabajo para ayudarle con una mudanza. 

Me metí a la ducha para relajarme un poco. Yo sabía de primera mano lo que sentía cuando te traicionaban así, pero me hubiera cambiado por ella en ese momento para no hacerla sufrir de esa manera. Salí del baño con la toalla en la cabeza y busqué algo para ponerme. Me decidí por unos vaqueros, mis converse y un jersey de punto. Me sequé el pelo y cuando salí, Darío ya me estaba esperando. 

—¿Vamos señorita? —me preguntó mientras me ofrecía su brazo.

—Dime que estás igual de nervioso que yo. —dije agarrándome de él.

—Igual nosotros estamos haciendo un drama y ella no le da tanta importancia. —nos dirigimos hacia la puerta —o a lo mejor se lo ha contado ya Alberto y nos ahorramos el mal rato.

—Con este aún tengo que hablar, no ha respondido a mis mensajes y se supone que mañana a las cuatro de la tarde nos vamos de viaje. —ya estaba enfadada y aún quedaba mucho día por delante.

Cogimos mi coche y pusimos rumbo al centro comercial. A Darío le apetecía ir al McDonalds, y no se lo discutí. Cuando llegamos, Susi estaba esperando en la puerta. 

—¿En serio no había otro sitio? —dijo refunfuñando.

—Dime que no te apetece una buena hamburguesa con sus patatas. —le contestó Darío.

—Sí, pero es que así no me va a cerrar la ropa y yo tengo que cuidarme. —respondió ella.

—Vamos Susi, por una hamburguesa no pasa nada. Por cierto, ¿Qué tal estás? —le pregunté mientras nos sentábamos. 

—Yo voy a pedir, esperaros aquí. —Darío se levantó y nos quedamos solas.

—Pues super contenta tía, ¡Qué nos vamos de vacaciones! —dijo con entusiasmo.

—Ya ves, me muero de ganas. Ya tengo la maleta hecha y todo preparado. —verla tan feliz me alegraba y entristecía a la vez.

—A mi sólo me queda arreglar la ropa de Alberto, porque es tan desastre que siempre lo deja todo para último momento. —mierda, ya había aparecido el nombre de Alberto en la conversación y yo no estaba preparada. 

—¡Aquí está todo! Vuestra hamburguesas con patatas y coca-cola zero, y mis tres hamburguesas con doble ración y Sprite. —Darío dejó la comida en la mesa.

—No entiendo como te puede caber todo eso ahí dentro. —le señalé la barriga.

—Son años y años de práctica. —dijo con risas —la comida está para disfrutarla, y tú sabes que me mantengo activo, así que por un día no pasa nada. 

—En eso tienes razón. —dijo Susi.

—Bueno, ¿de qué habláis? —preguntó Darío mientras se metía un par de patatas a la boca. Empezó a resoplar por que se estaba quemando pero no las sacó de la boca. 

—Del viaje. —respondí yo. 

—Por cierto, Azucena, ya me ha contado Alberto lo que te pasó ayer. Siento mucho que hayas pasado por ese mal rato. —espera, ¿estaba oyendo bien? ¿lo sabía y me lo decía tan tranquila? No puede ser.

—¿Qué te ha contado? —Darío y yo nos miramos como si hubiéramos visto un ovni pasar por delante nuestra. 

—Que lo pillaste con otra chica en mi casa. —se echó a reír.

—Pero Susi, no lo entiendo. No sé que te ha contado él pero es verdad, lo ví con una chica en tu cama. Perdóname por no habértelo dicho al momento, pero me dijo que te lo quería contar él. 

Ella le pegó un trago a su refresco.

—Me ha contado eso, pero es que yo ya sabía que me estaba siendo infiel. —miré a Darío en busca de ayuda y menos mal que lo captó al instante. 

—¿Y te da igual? —preguntó él. Yo no daba crédito a lo que estaba oyendo. 

—Tenemos una relación abierta, así que no pasa nada por que se acueste con otra chica. —afirmó.

Todo esto era muy raro. Nunca nos habían dicho que tenían una relación abierta, y de haber sido así, Alberto me lo hubiera contado ayer en vez de ponerse tan nervioso. Algo se me estaba escapando pero no sabía el qué.

—¿En serio? —dije yo. Seguía sin palabras.

—Si, yo también me puedo acostar con otros sí quiero. Lo único, —hizo una pausa para seguir comiendo —que no le digas nada a él porque lo queremos mantener en secreto. Ya sabes que su familia es muy tradicional y si se enteraran no lo verían con buenos ojos. 

—Joder Susana, llevó desde ayer con unos nervios increíbles por tener que contártelo y resulta que teneis una relación abierta. —respiré hondo y empecé a comer. 

—Lo siento mucho nena, cuando me lo contó ayer casi me muero de la risa de imaginarme la situación, por eso estabas tan rara cuando viniste a devolverme las llaves, ¿no?

—Sois más raros… —dijo Darío. 

—Anda, vamos a comer y a relajarnos un rato, ¡qué mañana será un gran día! —dijo Susi con entusiasmo.

—Por cierto, —miré a Darío —el miércoles vienen a traer los muebles para el vestidor, estate atento porfa. 

—¿Te vas a hacer un vestidor? —me preguntó Susana.



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En el texto hay: infidelidad, traicion, amor

Editado: 18.08.2022

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