No es lo que parece[completa]

Capítulo 37

—Déjame hablar contigo. —su voz me hizo reaccionar y alcé la mirada —No quiero molestarte, pero entiende que no te puedo perder así como así. No ahora.

—¿Por qué cuando te fuiste no pensaste en eso? ¿En que me estabas perdiendo? 

—Pensaba que me habías engañado, Azucena. Que lo habías elegido a él. Mi error fue irme antes de tiempo,  pero no podía soportar verte en sus brazos. —No sé si fue por la tensión acumulada, por tantos días de cambios o por el simple hecho de tenerlo tan cerca pero lo entendí. 

No entendí su cobardía, si el sentimiento que le empujó a huir. Porque durante toda esa semana yo había deseado lo mismo. Huir. Huir lejos. 

Durante esos meses no paraba de imaginarme a Marcos con otra mujer, rehaciendo su vida y siendo feliz y eso me mataba por dentro. Yo no había sido capaz de estar con nadie, porque lo que Marcos me hacía sentir era demasiado especial como para reemplazarlo. 

—Lo pasé muy mal, Marcos. Me pasé días y noches llorando… —con él era tan fácil desnudarse emocionalmente que daba miedo. Le estaba ofreciendo en bandeja todos mis puntos débiles, pero con él siempre me sentía libre de expresar lo que sentía. Con las consecuencias que eso conllevaba.

—Yo me pasaba horas y horas viendo tus fotos.

—Creo…Creo que necesito un tiempo para pensar en todo. 

—Lo entiendo —se sentó a mi lado y me apoyé en su hombro. Había echado tanto de menos su olor… 

—En este último mes me he enterado de muchas cosas y siento que necesito desconectar. ¿Sabes de Susi se acostó con Víctor cuando aún estábamos juntos? Siempre fué un capullo. 

—Olvídate de todo eso. De los dos. Ya no forman parte de tu vida. —me sonrió y sentí un cosquilleo dentro de mi.

—Me iré de vacaciones unas semanas, Marcos. Después ya veremos que pasa entre tu y yo —me incorporé y fui a por mi ordenador para poder buscar algún vuelo barato. 

—¿Y por qué no nos vamos los dos juntos? Quizá un poco de tranquilidad a solas nos venga bien… —me rodeó con sus brazos por detrás y dejó un rastro de besos por mi cuello que hizo que se me rompieran todas las barreras. —¿Qué me dices? ¿Nos vamos?

Lo miré detenidamente y sopesé las opciones. 

Irme sola.

Irme con él.

Olvidar todo lo que había pasado y empezar de cero. 

Las dos últimas me hicieron sonreír. 

—No sé si es lo mejor… 

En el fondo estaba deseando que insistiera un poco más. 

—Pequeña, mírame. Nunca he querido a nadie como te quiero a ti. Te miro y pienso en la suerte que he tenido de que te cruzaras en mi camino. Creo que me enamoré mucho antes de conocerte, cuando vi tu foto por primera vez. No quiero estar con nadie que no seas tú, y si me dejas, quiero demostrarte que jamás volveré a desconfiar de ti. Te lo prometo. 

Sus ojos verdes me miraban expectantes esperando una respuesta, y siendo sincera, ¿Quién le podría decir que no? 

No sé qué será de mi vida, pero lo que sí sé es que la quiero compartir con él.



#4347 en Novela romántica
#1220 en Chick lit

En el texto hay: infidelidad, traicion, amor

Editado: 18.08.2022

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.