No es tan fácil como parecía

22/03/2024

Todo de mí es lo peor

Quería que esa forma de ti permaneciera

¿Qué hago con estos recuerdos?

Hachigatsu, Bou, Tsukiakari[1]

N-BUNA – YORUSHIKA

Estudiamos Medicina en la misma universidad. Demasiada mala suerte, ¿no? Aunque lo bueno es que ambos vamos en diferentes semestres, pues ella tiene 23 y yo cumpliré 21 este 4 de mayo.

Cuando éramos novios, solíamos juntarnos entre clases libres o hablarnos durante los cambios de salones. Ahora que ya no estamos juntos, no la he visto tan siquiera en la parada de auto­bús, esa donde pasó nuestra gran tragedia.

Los primeros días estuve tan mal como Elma en Hole In The Heart. Ni siquiera el silen­cio de mamá pudo consolarme del todo. Hoy, viernes, las clases terminaron más temprano de lo habitual, así que lo primero que hago es montarme en mi bici para aprovechar esas 2 horas y adentrarme en un camino desconocido. Quiero alejarme bastante, mucho como para afirmar que salí de mi zona de confort; quiero pensar las cosas, darle más vueltas al asunto; quiero martillar cada uno de esos mortales clavos hechos con mis propias inse­guridades y que hacen que me pregunte qué hice mal para que Harumi-san se aburriera de mí. ¿Por qué? ¿Será que no fui tan honesto o expresivo como ella hubiera querido que lo fuera? Ahora estoy destinado a lamentarme como Elma en Say It.

Basta. ¿Cuál es la necesidad de torturarme? ¿De sentir el huracán de Amy en Hachigatsu, Bou, Tsukiakari? Si salí es porque quiero relajarme.

Termino llegando al parque Kamogawa y tan pronto como bajo de mi bici, me siento en una de las bancas vacías, cierro los ojos y trato de pensar en otra cosa. Yorushika. Es mi grupo favorito. Siempre tienen una canción con la que puedo entender mis sentimientos. Ahora que lo pienso, creo que todo esto hace que me sienta como Amy. Él se suicidó por Elma. Creo que soy más como él que como Elma. ¿Él estaría enamorado de ella?

No puedo suicidarme. Los funerales son caros y los abuelos gastaron en uno hace no mucho tiempo. Además, nece­sito encontrar el taiko de mamá… se lo prometí a Hanako. También tengo que ir a una audiencia la semana entrante.

Siento la brisa de alguien con olor a cigarro. Esa persona se sienta al lado de mí y por inercia me acomodo adecuadamente.

—Oh, por favor, no. Hay espacio para ambos y, ciertamente, sus largas piernas no estorban. —guarda un efímero silencio—. ¿Fui descortés? Lo lamento mucho —hace una espontánea reverencia con su torso.

Lo miro de pies a cabeza y no puedo afirmar haberlo he­cho con discreción. Se trata de un hombre limpio, posiblemente un secretario por su vestimenta. A pesar de que hacemos contacto visual por un instante, sé que lleva lentes.

—No, no. No hay problema. Lamento haber estorbado —murmuro.

Miro a la mariposa que se posa sobre las hortensias de en frente. El único ruido que hay es el de los pasos de los demás y las pasajeras conversaciones.

—Son hermosas, ¿no? —comenta el hombre.

—¿Las hortensias?

—Sí. —sonríe ligeramente—. Leí en algún libro que significan “abundancia”.

—¿Qué tipo de abun­dancia?

—Me gusta pensar que puede ser la que más necesita la persona.

—Me vendría bien un poco de todo —suspiro—: abun­dancia en dinero, suerte y un buen amor. —y me callo por un instante—. Perdón, fui bastante avaro.

El hombre mira el reloj de su muñeca, luego voltea a verme.

—Está bien ser ambicioso ¿o cómo podría cumplir sus metas entonces? Por cierto, trabajo en la academia de in­glés llamada Fortune, está cerca de aquí. ¿Por qué no prueba suerte ahí?

—Suena costoso. A parte, la universidad me tiene esclavizado.

—Déjeme adivinar: ¿Medicina?

Asiento. ¿Se notará en mi cara lo que estudio?

—De todas formas, gracias —me levanto y me acerco a mi bicicleta.

—El sábado. ¿Qué le parece? Las clases se imparten en la mañana, duran 6 horas y termina en un año. Em­pezamos a las 8:00 a. m.

—6 horas… —replico pensativo.

Considerando el semestre que curso, las clases de inglés me servirían para aprobar el examen de idioma. Incluso podría tramitar una beca para estudiar un semestre en el extranjero.

Acepto y él me una tarjeta con la dirección de la academia. Por último, me revela su nombre: Hajime Hara. Sé que lo recordaré.

***

Volvemos a vernos la mañana siguiente en la re­cepción de Fortune, en el examen de colocación y en el salón. Es mi maestro.

Por lo que entiendo, cada mes nos realizarán un examen para saber si podemos avanzar o tenemos que repetir. Qué aterrador. Ah, hoy también entran nuevos estu­diantes de primer nivel, que podían confundirse fácilmente con estudiantes de otros salones porque la edad es lo que menos importa en este lugar. Creo que mi salón tiene alumnos de 14 a 27 años.

Agradezco a Hachiro del pasado por haberse levantado temprano para tomar la prueba 20 minutos antes. Ahora estoy sentado en un pupitre que escogí con mucho cuidado, es perfecto. Digamos que me encuentro a una buena distancia para ver las palabras del profesor, ya sean pequeñas o no. El sol no lastimará mi vista porque no estoy cerca de la ventana, pero sí algo próximo a la puerta por si llega a haber un accidente.



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En el texto hay: gay, boyslove, drama amor

Editado: 22.08.2025

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