No es tan fácil como parecía

29/03/2024

Si pudiera, vendería dos años para poder ir a ese pueblo

A recuperar mis recuerdos sobrantes junto a ti.

Utagaki To Coffee[1]

N-BUNA – YORUSHIKA

Hoy es domingo. Acabo de despertarme bañado en sudor frío antes de que salga el sol o de que mi alarma suene. Tuve una pesadilla y no con lo que pasó en el salón hace 8 días, sino con la pequeña conversación afuera de la tienda. En ese sueño lúgubre estacionaba mi motocicleta frente al lugar, me quitaba mi casco y guardaba mis lentes de sol en una chamarra de cuero viejísima y anticuada. Alguien picaba mi hombro con una aguja, así que volteaba porque me molestó ese instantáneo dolor. Era el chico del lápiz. Las puntas de sus dedos estaban mordidas. Se disculpó conmigo.

De pronto su cuerpo se deformó hasta parecerse a mí. Yo adopté la imagen de un cuervo monstruoso y mi voz cambió; se escuchaba más ronca. No sé si fue cómo lucía o si mis crueles palabras fueron las que hicieron que unas miradas fantasmagóricas, llenas de odio y de temor se clavaran en mi existencia. Luego se escucharon gritos.

Ese falso Hachiro empezó a llorar. Sus ojos se volvieron tan grandes y aguosos que explotaron en un alarido que me dejó congelado y con una fuerte necesidad de volar hacia el crepúsculo que se escondía detrás de mí.

Tengo taquicardia y mi mente está aturdida. Mi respiración está demasiado agitada, como si hubiera corrido una carrera. Aun cuando mi cuerpo no responde por el terror, muevo mis ojos rápidamente, en búsqueda de esa bestia emplumada. Intento tranquilizarme, pero ¿cómo? Ni siquiera considerando que es un sueño estúpido logro hacerlo.

Inhalo y exhalo. Nada. Mi cuerpo está temblando como si tuviera frío. ¿Molestaría a Hanako si le hablo? Por supuesto que sí. Y llamar a mamá sería en vano y vergonzoso.

Inhalo y exhalo. Poco a poco recupero la movilidad de mi torso y luego la de mis manos. ¿No es ese el sol el que ilumina mis cortinas? Creo que sí. Las luces de la calle no son tan luminosas como esa, además, se ve demasiado cálida. Gracias, Amida-sama.

Inhalo y exhalo. Miro mi escritorio, ahí están regados mis cuadernos, libros de la uni y marcatextos.

Inhalo y exhalo. Estiro mis brazos y mi columna. Algu­nos de mis huesos truenan.

Inhalo y exhalo. Mis piernas temblorosas me ayudan a abandonar mi futón y a darme una vuelta por toda la habitación.

Si aún mantuviera contacto con Harumi-san, le hubiera pedido ayuda. Siempre le han gus­tado ese tipo de temas y es muy buena interpretando sue­ños. Tal vez me hubiera dicho que nos reuniéramos después de mis clases de inglés y yo hubiera aceptado. Y tan pronto como nos encontráramos, me hubiera abrazado y yo me hubiera dejado amar.

Mi querida Elma.

Harumi-san, ¿por qué quisiste terminar?

Harumi-san, ¿crees que fui muy grosero con el chico del lápiz?

Es inevitable pensarte en este tipo de situaciones, Elma.

Seguiré preguntándome ambas cosas y muchas más. Sé qué tanto puede mortificarme un tema y también que aunque intente detenerme, será como incitarme a pensar más en ello.

Los días pasarán y no podré comunicarme con ninguno de los dos, ¿verdad?

***

Difícilmente llegué a lunes.

Es la primera vez que nos vemos, Harumi-san, pero prefieres pasar de largo, como si no existiera. Me dejaste helado y con el corazón herido. ¿No po­demos ser simplemente amigos? No lo sé, hablar de vez en cuando si eso no te incomoda.

Pensándolo bien y considerando todo el séquito que siempre te sigue, creo que no encajo al lado tuyo ni como amigo.

Y no sé cómo es que termino convirtiéndome en Amy en Utagaki To Coffee: me haces sentir mejor por un instante, solo por un momento, y des­pués tu ausencia me hace incapaz de seguir viviendo. Qué frío es el amor. Basta.

Parece que mi mente me odia hoy más que otros días; vuelvo a pensar en lo cruel que fui con el chico del lápiz. Él debe pensar que soy un monstruo. Basta, basta.

Me estoy volviendo loco.

Llega miércoles y el resultado de la audiencia es lo único relativamente bueno que ha ocurrido hasta ahora

Llega viernes. Estoy desesperado por lo que pasará ma­ñana. Mi hermana lo nota e incluso me lo echa en cara. No puedo mentirle, tenemos una ley dorada: no hay secretos entre nosotros y siempre seremos los primeros en saber lo que ocurre en nuestras vidas. Y sí, sí reac­cionó terrible cuando se enteró de mi ruptura. Harumi-san era la única persona, ex­ceptuándome junto con mamá, a quien Hanako, o Tamagotchi, confiaba de manera ciega.

Sé que hoy no podré dormir, pero haré el intento.

—¿Comerás algo antes de dormir, Hacchan?

Niego con la cabeza. Estoy demasiado nervioso como para comer.

—Voy a estudiar hasta tarde. ¿Te quedarás despierta un rato más?

—¡Sí! Ya va a empezar mi serie.

—Apenas tienes 12 años. No deberías ver ese tipo de series.

rueda los ojos al mismo tiempo en que suelta un re­soplido, que provoca que su flequillo se levante un poco.



#5360 en Novela romántica
#457 en Joven Adulto

En el texto hay: gay, boyslove, drama amor

Editado: 22.08.2025

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.