La cara se le ilumino a Makoto, aquella mirada de Aaron la hacía sentir extraña pero feliz, era una linda sensación y sentimiento, sentía sus mejillas algo calientes y agachaba un poco la mirada evitando contacto visual pues estaba avergonzada. Para Byron ese fue un extraño momento, si bien le parecía una muy buena idea, pero no era para tanto, solo se dedicó a observar sin comprender del todo que estaba pasando, se volvió un momento incomodo en el que todos ya miraban en diferentes direcciones sin saber que decir o hacer hasta que a Aaron pareció llegarle algo de pronto.
—¡Lázaro! —Grito exaltado—. ¡Nos hemos olvidado de Lázaro!
Ante aquel grito Makoto y Byron fueron tomados por sorpresa, Makoto sintio que si no fuese por aquella gorra que cubría su cabeza sus pelos estarían de punta. Makoto respiro profundo intentando que los latidos de su corazón volvieran a su ritmo normal y le bajara el susto.
—¿Quién es Lázaro? —Pregunto mirando a ambos.
—Si... —Byron pareció pensarlo y meditarlo un poco—. ¿Qué Lázaro? —Termino preguntando un tanto distraído.
—¿Qué? —Lo miro severamente—. ¿Es en serio? —Torció la boca—. Nuestro amigo. ¿En qué mundo se supone que vives?
—Ahh... ¡Espera! —Parecía que la iluminación le había llegado— Ohh... —Mas iluminación había llegado a él— Ya sé, nos olvidamos del menso ese.
—Sí, sí, sí. El menso ese, Lázaro.
Makoto estaba desconcertada ante lo que decían, no se lo podía creer, ¿se olvidaron de un amigo? Ciertamente se había comenzado aburrir ante su conversación absurda, ni siquiera sabía quién era Lazaro, no lo conocía, pero en su cabeza ya era "el menso de Lázaro" así que hastiada decidió interrumpirlos.
—¿El menso de Lázaro? —Bufo—. ¿Quiénes son más mensos? ¿Lázaro o aquellos que lo olvidaron? —Enarco una ceja mientras los miraba como si fueran a ser regañados y castigados por ella.
—¡Él! —Respondieron sínicamente y al unísono, sin gesto mínimo de culpa.
—Sinvergüenzas, eso es lo que son ustedes. —Torció la boca y termino lanzando un suspiro mientras se rascaba una ceja pues sabía que no iba a conseguir nada molestándose—. Entonces... ¿Quién es? —Pregunto calma y seria.
Parecía que por fin Byron y Aaron se habían puesto serios.
—Un amigo...
—De la infancia. —Completo Byron. —Es un año mayor que yo. —Agacho la mirada pues la preocupación y recuerdos del pasado iban en aumento dentro de él.
—Y uno menor que yo. —Un nudo se le formo en la garganta, pero se esforzaba por hacerlo desaparecer—. Los tres crecimos prácticamente juntos... Y... Bueno, eso no importa... —Trago en seco y miro a su hermano para que continuara por él.
—Con todo el caos... —Se detuvo un momento para no dejar salir sus mocos y lágrimas. —Bueno, nosotros tres sobrevivimos, corrimos con todas nuestras fuerzas y terminamos escondiéndonos aquí, pero Lazaro...
—Que es un menso y presumido con sus conocimientos en cartografía. —Aaron interrumpió a Byron para decir eso y torció la boca, pareció pasársele la tristeza por unos segundos—. Lázaro nos dejó decidido a seguir solo, dijo que iba a verificar la zona para poder hacer una ruta de alcantarillado, un mapeo de los alrededores lo cual, supuestamente a palabras de él le tomaría como mucho dos días.
—No quiso que lo acompañáramos porque según lo íbamos a distraer y molestar, pero ahora ya han pasado más de dos semanas. —Anunció con una voz melancólica Byron.
La pesadumbre había invadido al trío; Byron y Aaron por Lázaro y Makoto porque no terminaba de comprender, para ella no tenía sentido aquello, el tiempo no encajaba.
—¿Cuánto? —Se pregunto en un murmullo—. Yo... No pude estar inconsciente mas de dos semanas, es imposible...