—¡Agua va! —Grito con dificultad pues intentaba no carcajearse.
Aaron había encontrado una cubeta que lleno con el agua que pasaba por la alcantarilla, al principio lo hizo solo por curiosidad, pero después pensó que sería muy divertido arrojarles aquella agua hedionda a Makoto y Byron. Tanto Byron como Makoto se quedaron estupefactos por unos segundos hasta que Byron contagiado por las carcajadas de Aaron comenzó a reír.
—Que estúpido. —Dijo Byron entre risas.
Makoto se había quedado en una especie de shock, nunca se imaginó que sería bañada con aguas pestilentes, ella sabía que aquellos dos eran brutos, pero nunca pensó que tanto, un gesto de disgusto comenzó a formársele, apretó los labios mientras miraba al suelo, luego su alrededor, miro sus manos y luego miro a Aaron con cara de reproche y genuino interés en asesinarlo, sentía los oídos calientes, estaba privada de coraje. Ser bañada de esa forma era algo extremo, si antes estaba sucia pues ahora olía también muy mal, apestaba e incluso ella no estaba aguantando su propio olor; las tripas se le revolvían, era como si sus entrañas quisieran escapar de esa pestilencia. Mientras aquellos reían como locos desenfrenados Makoto intentaba no vomitar, pero no podría aguantar mucho pues estaba comenzando a tener arcadas.
—Vámonos. —Aaron había recobrado la compostura—. Tenemos que buscar y encontrar a Lázaro.
—Está bien, pero si crees que me quedare así estas muy equivocado, me vengare al triple y lo sabes. —Hablo en serio mientras mostraba una sonrisa ladeada que parecía gritar "venganza".
—Yo no voy... —Una arcada apareció y se cubrió la boca con ambas manos— Hasta darme un baño. —Sus cachetes se inflaron ante una nueva arcada.
Byron y Aaron miraron con atención escasos segundos a Makoto antes de volver a estallar en risas, ambos querían hablar, decir algo, pero las risas se los impedía.
—Pareces una nena. —Dijo Byron entre risas mientras limpiaba con su dedo índice una pequeña lagrima que se le había asomado por el rabillo del ojo gracias a las carcajadas.
—¿Cómo puede darte asco? —Pregunto Aaron de forma burlona mientras negaba con la cabeza y rodaba los ojos—. Solo es agua. —Le sonrió.
No es que se tratara de si era una reacción de niña o no, era una reacción de cualquier persona normal, los raros eran aquellos dos que tenían una extraña forma de jugar, de llevarse, de darse los buenos días. ¿Qué podía decir o hacer Makoto ante aquellas acciones? ¿Qué podía responder ante las palabras que ellos decían? Nada, realmente nada porque ya no aguantaba, se estaba muriendo del asco, estaba intentando no dar un espectáculo de vómito, pero cuando sintió la emesis en la boca se le olvido todo y a toda prisa salió de la alcantarilla sin importar siquiera si se le atravesaba un alien en el camino. Como la emesis estaba ahí no pudo seguir reteniéndola así que lo dejo salir pero siguió corriendo, se metió a la primer casa que pudo buscando con prisa el baño, tenía que limpiarse, se tropezó y tiro cosas varias veces mientras buscaba, hasta que dio con el baño, recorrió la cortina de ducha, abrió la llave y dejo correr el agua de la regadera, no se tomó la molestia de quitarse la ropa e incluso así sintió que el agua era algo maravillosa, no sabía o por lo menos no recordaba que el agua sobre el cuerpo aun con todo y ropa se sentía tan bien.