No es tiempo de Marte.

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Makoto lo observo y fue ahí donde se dio cuenta que él también tenía los ojos azules como Aaron pero los de él eran muy obscuros y por eso no lo había notado antes, respondió a esa sonrisa con una más pequeña.

 

—Cuando termine Aaron y ambos estén vestidos avísame. —Soltó un estornudo y se dio media vuelta dispuesta a irse.

—Yo ya terminé, tú estás todo mojado, deberías ir con Aaron o te resfriaras.

 

Makoto comenzó a sonrojarse, no lo había hecho al ver a Byron pero la idea de tan solo imaginarse lo que él había dicho hacía que sus mejillas ardieran tanto que dolía, sus orejas estaban calientes e incluso el vientre le hacía cosquillas, en ese instante Makoto noto que Aaron realmente le gustaba así que agradeció estar de espaldas pues así Byron no veía su reacción. Se fue negando con la cabeza repetidas veces en respuesta a las palabras de Byron.

 

Byron no la vio de frente, pero, de todas formas, de alguna manera sintió que algo raro había ahí. El alto muchacho dejo de pensar en eso pues sentía que Makoto ya era su amigo y si era algo importante ya se lo diría, se comenzó a vestir y espero a que Aaron saliera para entregarle su ropa y que este también estuviera vestido para finalmente llamar a Makoto.

 

Cuando Byron llamo a Makoto y esta comenzaba a dirigirse al baño discretamente con la mirada buscaba a Aaron, quería ver cómo le quedaban aquellas ropas que había escogido, estaba feliz, emocionada y ansiosa ahora que se había dado cuenta que él le gustaba, pero en su camino no lo vio. Entro resignada, al salir lo tendría que ver y cerró la puerta con broche para asegurarse de que esta vez nadie le iba a interrumpir. Se quito toda la ropa incluyendo la gorra y se observó un rato por el espejo, tal vez su cuerpo no era el mejor o el más voluptuoso, pero de ninguna forma creía tener cuerpo de hombre y en realidad era muy bonita, esas ropas y mugre sabían ocultarle muy bien sus pequeñas curvas y feminidad, aunque esta última fuera poca. Para mirarse una última vez giro la cabeza a la derecha para ver su cuerpo desde ese ángulo y luego a la izquierda para la misma razón, deseaba por vez primera ponerse en ese momento algún vestido y que Aaron la viera, que notara que no era ningún niño, pero el deseo no le duro mucho, agito la cabeza para quitarse esas ideas pues ella tenía algo mucho más importante que hacer, su misión, su promesa. Se metió a la regadera dejando que el agua le rociara todo el cuerpo, lagrimas comenzaban a brotar por sus ojos, lagrimas que se mezclaban con el agua, estaba triste por todo; por volver a la fea realidad en donde no estaba su padre, en donde tendría que matar, donde aparentaba ser fuerte y donde tendría que pretender que Aaron no le gustaba y era muy triste porque por primera vez alguien le atraía así, ni siquiera se podía molestar y dar el lujo de decir que no era un niño. Se tallo el cuerpo a conciencia pues se sentía realmente sucia, lavo su gorra y sus tenis tipo Converse, se vistió con la ropa limpia la cual le quedaba enorme, se secó el cabello lo más que pudo, lo enredo en un chongo mal hecho y se cubrió la cabeza con la gorra húmeda y por fin salió del baño con sus tenis escurriendo en la mano.




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