No es tiempo de Marte.

Sollozos.

—Tengo una hermana, Bonnie, con quien me escondí en una cabaña, estuvimos algunos días ahí, —se limpió con el dorso de la mano una lagrima que había asomado— creí que ya estábamos a salvo, pero —su voz se volvió temblorosa— no fue así, esas cosas horribles —comenzó a llorar— dos de esas cosas se llevaron a mi hermana. —Se froto los ojos para limpiarse, pero sus lágrimas seguían brotando—. Tenían a otra chica, yo intenté forcejear con ellos, pero no pude hacer nada, al final me dejaron. —Sus palabras comenzaron a dejar de ser fluidas, fueron remplazadas por sollozos—. Dijeron que después regresarían por mí. —Toda su cara estaba roja y sus ojos maltratados de tanto llorar—. Yo los seguí, quería a mi hermana de regreso, pero los perdí. —Su voz se había perdido por completo gracias a los sollozos.

 

Una vez más el silencio abrumador había inundado aquel lugar, estaban a la espera de que Nerys se calmara y pudiera continuar, pero eso nunca paso. Byron comenzó a sentirse horrible de verla llorar, sentía que se iba a desmoronar y se volvería polvo frente a nuestros ojos, se sentía impotente ¿era adecuado abrazarla por segunda vez? Apretó los puños, empujo levemente a Makoto para que se hiciera a un lado y antes de que él pudiera abrazarla Nerys fue quien lo abrazo a él mientras sus piernas iban perdiendo su fuerza, Byron la abrazo, pero solo con un brazo mientras que con su mano derecha se dedicaba hacerle caricias en la coronilla de la cabeza, quería que se calmara, además si no lo hacía sentía que él pronto lloraría también. Lázaro al ver que Nerys ya no iba a poder continuar con lo demás decidió hablar.

 

—Estuve haciendo un recorrido —saco un rectángulo de papel que tenía guardado en el bolsillo trasero de su pantalón— estaba intentando hacer un mapa y ver las rutas que nos llevaban a diferentes sitios, —desdoblo el papel mostrando rayas por todas partes o por lo menos eso fue lo que todos vieron a excepción de él— pero no lo entiendo, todo se enreda sin sentido alguno. Intente regresar con Byron y Aaron, pero nunca lo logre, termine perdiéndome. —Rompió el papel, el mapa en varios pedazos y lo arrojo frustrado—. Luego escuché ajetreo afuera, me mantuve oculto hasta que comencé a escuchar el llanto de una persona que luego pedía por ayuda. —Volteo a ver a Nerys quien ya estaba más calmada pero aun sollozaba—. Decidí salir y fue cuando encontré a Nerys, yo sabía que no era bueno dejarla ahí ni tampoco que fuera detrás de ellos sola así que la obligué a venir conmigo. —Se sobo la nuca—. Pero como dije, las alcantarillas no tienen sentido —se golpeó levente la frente— cuando salí ¿saben que vi? Era como no estar en España, parecía Irlanda y ella —hizo un ademán con la mano para señalar a Nerys— me dijo que no recordaba que hubiese una coladera cerca de donde ella estaba.

 

—Yo no soy de España, nunca he estado ahí, ni en Irlanda, yo nací, crecí y siempre he estado en Escocia. —Hablo Nerys aturdida y con miedo en la mirada.

 

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