Aaron se quedó congelado al verla, la había hecho llorar ¿cómo llego a eso? ¿Por qué la comenzó a empujar? Estaba confundido, no sabía porque había hecho eso, se sentía mal, darse cuenta de lo que hizo le dolía más que aquella bofetada bien marcada en su cara, se quería e iba a disculpar en ese momento. Se podía ver claramente que Makoto estaba enfada, muy enfadada y dolida, ella apretó los puños dispuesta a darle un puñetazo ¿no era eso lo que Aaron quería? Pero no pudo darle el puñetazo ya que Byron se había abalanzado sobre Aaron dejándolo tirado e incapaz de disculparse y Lázaro quien estaba muy preocupado por Makoto y creyó que iba a golpear a su amigo la levanto y cargo como si de un saco de papas se tratara. Makoto se dejó y comenzó a mojarle la espalda con las lágrimas que sus ojos no podían dejar de emanar. Lázaro la escucho y sintió las lágrimas, la bajo con delicadeza, la cara de Lázaro se veía triste, era empatía, la quería ver calmada pero no sabía qué hacer.
—Yo lo amo —le confeso a Lázaro en un hilo de voz— y él a mí no. —Sus sollozos no cesaban ni los podía contener.
—Deja de llorar e intenta calmarte. —Pidió muy silencioso y calmado.
Lázaro le dedico una muy mala mirada a Aaron antes de extender los brazos y rodear con ellos a Makoto, dio media vuelta con ella para darles la espalda y dejar que Makoto llorara sin que ellos le pudieran ver la cara. ¿No era Aaron quien le había pedido a Lázaro que no lo molestara?
—Ya déjame, Byron. —Pataleo Aaron sin conseguir algo—. No voy hacer nada, ya sé que quieres golpearme.
—No soy el único. —Afirmo molesto.
—Aaron miro como Lázaro abrazaba a Makoto y gruño mientras volvía a patalear—. ¡Ya suéltame! —Grito—. ¡Maldita sea! —Volvió a patalear. —Yo también quiero golpearlo. ¡Díganles que dejen de abrazarse! —Se quejo.
Byron no soltó a Aaron por más que se quejara hasta que estuvo completamente seguro de que su hermano se había calmado, ambos se miraban de mala manera. Aaron inhalo y exhalo aire mientras se sacudía un poco la ropa como si eso fuera importante estando entre tanta porquería. Byron lo dejo y sin estar muy seguro se acercó a Lázaro y Makoto.
—Lamento la actitud y acciones de Aaron, —miro a su hermano— él, ha estado muy extraño.
—Estoy bien, —se separó de los brazos de Lázaro— no pasó nada —le dedico una triste sonrisa.
—No le hagas caso y tú no nos espantes. —Le golpeo la frente con el dedo índice pues esa era su forma de llevarse, era su forma de calmarla.
Lázaro se preocupó un poco por el golpe de la frente, estaba enfocando la vista para ver bien su frente y asegurarse de que Byron no la había lastimado, pero Makoto se rio y eso lo calmo. Makoto era extraña, vaya forma de calmarse la que tenía, pero pues así era la relación que Makoto mantenía con Byron. Finalmente, Nerys se acercó nerviosa, se sentía un poco culpable pues pudo haber intervenido y parar todo, pero cuando todo había comenzado ella huyo, no pensaba que las cosas se fueran a salir de control, creyó que simplemente conversarían y que ella no figuraba nada ahí.