No es tiempo de Marte.

¿Qué fue eso?

—Vaya, —dijo uno de los seres larguiruchos— no creí que hubiese más humanos con vida.

—Vienen por nuestros especímenes, pero son perfectos, deben ser demasiado estúpidos si creen que se los daremos.

—Uno, dos, —comenzó a contarlos— tres —señalo a Makoto.

—Siete en total. El jefe estará feliz, creo tendremos una promoción. —Dijo inexpresivo.

 

Makoto estaba llena de cólera y era aún peor pues había visto como golpeaban a su amiga, tomo la pistola que ella cargaba, pero antes de siquiera apuntar vio como el que había golpeado a Nerys se convertía en cenizas.

 

—¡Carajo! —Se quejo Aaron soltando el arma que minutos antes sostenía mientras se observaba las manos terriblemente enrojecidas ya que estaban quemadas.

 

Aaron había actuado rápido pues al igual que Makoto se había encolerizado de que le pegaran a Nerys pues, para él las chicas no debían ser tocadas ni con el pétalo de una rosa. Todos miraron con sorpresa a Aaron, este ni tiempo había tenido de sorprenderse pues el dolor y ardor de sus manos era horrible. Para todos fue como si el alma se les hubiese salido y regresado en un solo segundo, envalentonados por la acción de Aaron empuñaron sus armas sin importarles si al final se quedaban sin manos sin embargo aquel ser reacciono más rápido que ellos y tomo por los cabellos a Lázaro y Byron quienes se quejaron y gruñeron de dolor, se escuchó una risa extraña que provenía de él aunque no se veía gesto alguno y con fuerza hizo chocar la cabeza de ambos entre si dejando la frente de ambos roja y sus narices ensangrentadas.

 

Aaron miraba con impotencia y Makoto no se atrevió a disparar por miedo a lastimar a sus amigos además sus manos temblaban, en realidad no quería matar a nadie. Nerys quien era la que estaba cerca con gran sigilo acorto la poca distancia entre ella y aquel extraterrestre, con su arma le disparó a quemarropa haciéndose a la idea de convertirlo en cenizas al precio de quemar sus manos, pero eso no paso, sus manos no se quemaron ni el alíen se volvió cenizas, pero a cambio lo dejo completamente inmovilizado haciendo que este perdiera la fuerza de sus agarres y soltara tanto a Byron como Lázaro quienes se fueron de bruces y ni las manos metieron aunque sus rodillas amortiguaron un poco la caída. Con dificultad Nerys, Byron y Lázaro se alejaron del paralizado. Makoto reacciono, intento que sus manos dejaran de temblar, con su respiración agitada volvió apuntar y esta vez le disparo directamente al cráneo, pero nada paso al instante eso hizo que creyera que el arma estaba defectuosa, ya estaba planeando tomar aquella pistola que Aaron había dejado caer, pero después de unos segundos el raro ser exploto de una forma tan extraña que ni polvo había dejado; fue como si su cuerpo burbujeara por dentro y luego explotara pero los pedazos iban desapareciendo como si de magia se tratara antes de caer e incluso parte de la pared que estaba detrás de este había desaparecido también.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.