Todos miraban la escena sin saber que hacer; Lázaro estaba demasiado enojado y exaltado e incluso Aarón al verlo así se apaciguo. Byron estaba muy preocupado, quería detenerlos, conocía a ambos de toda la vida y tanto él como Aaron sabían que no era bueno hacer enojar a Lázaro ni mucho menos buscar una pelea con él. Lázaro solía ser muy calmado y tranquilo por eso las personas solían molestarlo y meterse con él, pero cuando le colmaban la paciencia (lo cual era muy difícil) era otro, lo descubrieron cuando en un descanso de la escuela le escupieron en la cara, él no aguanto más y se abalanzó a golpear directamente en la garganta a aquel que le había hecho esa enorme ofensa y aún después de que el chico se había desmayado Lázaro siguió golpeándolo en la cara, tuvieron que separar a Lázaro entre 4 hombres. Es por eso que Byron estaba muy espantado y preocupado por su hermano, se apresuró para intentar calmar a Lázaro, aunque sabía que Aaron se merecía una muy buena golpiza, pero alguien se le había adelantado.
—Se levantó ligeramente sobre las puntas de sus pies y paso los dedos entre los rubios y puntiagudos cabellos de Lázaro—. Sabes... —Hablo Bonnie a la nuca de Lázaro y este de la impresión por la espontaneidad aflojo el agarre—. Se que no es un buen momento —se rio— y no me importa, —comenzó a sonrojarse mientras seguía sonriendo— pero estoy feliz de que no te guste Makoto en ese sentido —se posó al lado de Lázaro— porque tú me gustas —se levantó un poco mas de puntas mientras se apoyaba con ambas manos en el hombro de Lázaro y le dio un pequeño beso en la mejilla.
Todo enojo, toda molestia y todo pensamiento habían abandonado a Lázaro quien soltó por completo a Aaron y este había tomado esa oportunidad para escabullirse mientras los demás observaban sin comprender del todo, pero Byron agradecía internamente a Bonnie porque pudo calmar a Lázaro, aunque ¿qué fue eso? ¿Una confesión? ¿Era en serio? ¿Fue una extraña ocurrencia para calmarlo?
—Sabía que todos la miraban y fingía que no le importaba, aunque estaba colorada por sus acciones—. No miento. —Soltó una carcajada nerviosa adivinando muy bien lo que todos se preguntaban.
Lázaro comenzó a repetir mentalmente todo lo que Bonnie había dicho y sus acciones, recordó el momento y la sensación suave de unos labios sobre su mejilla la cual se tocó delicadamente rememorando el beso sin aun creerse todo lo que estaba pasando, ahora se sentía extraño; nervioso, emocionado y entusiasmado, miro brevemente a Bonnie mientras millones de hormiguitas se iban formando en su estómago, la miro de nuevo y su cara comenzó a acalorarse por lo que la cubrió con ambas manos pero su extremo sonrojo se podía seguir notando pues sus oídos estaban tan rojos como un cuarto obscuro de fotografía, más rojas que el cabello de Nerys y Bonnie.
—Tú eres más extraña que todos los de aquí juntos, eres completamente contraria a tu hermana. —Declaro sin descubrirse la cara—. Ni siquiera me conoces.
—Ya estoy comenzando hacerlo, —sonrió mientras buscaba la forma de verle la cara a Lázaro— déjame seguir haciéndolo —le aparto las manos.
—Puso cara de grima— ¿Todos provienen de algún circo de fenómenos? —Interrumpió todo y pregunto la chica castaña mientras miraba a Lázaro y Bonnie con repelús.