No es tiempo de Marte.

Amistad.

Makoto no pudo seguir hablando, no pudo hablar sobre sus sentimientos ya que Lázaro y Byron se habían acercado; Byron lo hizo con preocupación, no quería que su discusión llegara más lejos además siempre terminaba llorando Makoto y no quería verlo de nuevo así y Lázaro, él fue porque lo sabía todo así que le había rodeado la cara con uno de sus brazos para que no pudiera seguir hablando y por si quería llorar que no le vieran la cara.

 

—Debes calmarte, —Lázaro le susurro a Makoto, pero Byron también escucho perfectamente— no es el lugar ni el momento de decir lo que sientes.

—Makoto contuvo sus lágrimas con esfuerzo y quito el brazo de Lázaro que le cubría la cara—. Vámonos. —Dijo mientras caminaba hacia la salida de aquel lugar.

 

Todos la siguieron en silencio incluyendo a Sofía quien iba con una ceja enarcada mientras miraba a todos como si fueran inferiores e incluso varias veces se le escucho suspirar y chasquear la lengua, Makoto miraba de reojo y veía como Aaron a veces le dedicaba sonrisas a Sofia; Makoto ya no sabía ni que sentir o pensar, estaba llena de muchas emociones, pero la molestia era la más presente. Byron y Aaron no podían ni querían seguir viendo así a Makoto por lo que ambos se comunicaron con una mirada y sonrieron al notar que pensaban lo mismo. Lázaro se acercó a Makoto riendo mientras Byron le hacía segunda, todos se detuvieron pues aquella actitud en tal momento y después de todos esos acontecimientos se les hacía raro, pero Aaron a los pocos segundos entendió que iban hacer y sonrió a punto de reír, pero recordó todo lo anterior; la risa no salió y la sonrisa se desvaneció. Makoto quien seguía caminando fue tomada de las muñecas por Lázaro y se las levanto quedando así con las manos hacia el cielo y por detrás llego Byron tomándola por sorpresa al tomarla de los tobillos y levantarla para acunarla de forma muy brusca entre los dos; en los primeros segundos se asustó pues estaba desconcertada pero después comenzó a reír, Makoto amaba a sus amigos y deseaba con todas sus fuerzas el que siempre se mantuvieran a su lado. Aaron se había enojado al verlos, pero estaba molesto consigo mismo pues de no haber tenido las actitudes extrañas que tomo hace tiempo atrás podría habérseles unido además estaba celoso pues antes de que todo estuviera destruido y sus vidas cambiaran por completo Byron y Lázaro eran quienes acunaban a Aaron para molestarlo, le recordaban su pequeña estatura.

 

Aaron noto que la cara de Sofía estaba a solo unos centímetros de la suya y lo miraba muy atentamente mezcla con curiosidad; los ojos azul glaciar de Aaron habían conectado con los castaño obscuro de Sofía. Aaron no entendió nada, pero se sonrojo un poco y luego sonrió mientras se alejaba de la cara de ella pues había decidido sacudirse el mal humor.

 

Byron y Lázaro dejaron de acunar a Makoto cuando los brazos ya se les habían cansado; Byron le había soltado las piernas sin ningún cuidado dejándola caer, pero Lázaro preocupado reacciono rápido y le jalo los brazos hacia arriba para que no se golpeara mucho o muy fuerte, como si se tratara de un niño a quien tomaba de las manos y este al tropezar era jalado hacia arriba para no caer.




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