El tema: Aaron.

—Makoto —Aaron le tomo las manos—, por favor, discúlpame por todo, golpéame, empújame, haz lo que quieras, sé que me lo merezco, pero por favor, perdóname —se iba arrodillar lo cual Makoto tomo como dramatismo de él y no lo dejo—, yo tengo tantas cosas que de... 

—Está bien —sonrió Makoto—, solo no vuelvas hablarme —se soltó del agarre de Aaron y dio media vuelta. 

—Pero tengo que... 

—No, no quiero que vuelvas hablarme —dijo Makoto sin mirarlo y sin dejarlo terminar de hablar—. Continuemos —le anuncio a todos y estos comenzaron avanzar detrás de ella. 

Los días pasaban y se hacían difíciles para Makoto pues veía como Aaron y Sofia cada vez estaban más cerca; siempre juntos y hablando, para Makoto ni una sola palabra le era dirigida por parte de Aaron, aunque sabía que ella se lo había pedido aun así dolía como si de espinas en su pecho se trataran. A Sofía la apreciaba y le alegraba de cierta forma haberla conocido, aunque se comportaba de manera femenina muy extrema haciendo que con sus berrinches y cuidados otros se burlaran, aunque sin el afán de ofender además ahí siempre iba Aaron para que ella no se lastimara ni una sola uña. Desde que la conocieron Aaron nunca volvió a dormir con los demás dentro de las alcantarillas, se quedaba afuera con Sofía, a veces se les escuchaba hablar en voz baja pero nunca se terminaba de comprender toda la conversación pues muchas veces se escuchaban solo murmullos. 

—Deberías decirle, tienes que hablar con ella —se escuchó muy suavemente y en la superficie la voz molesta de Sofia. 

—¿Y tú? —se escuchaba a Aaron molesto—. Tienes que hablar con todos. 

—¡Cállate! —le ordeno—. Lo mío es diferente. 

—Pero es extremadamente importante —replico. 

—¡Que te calles! —volvió a ordenar—. Voy a dormir —dijo y el silencio en el mundo reinó. 

Makoto estaba deprimida; un poco más cada día pues a veces se sentía muy sola, aunque en algunas ocasiones Byron y Nerys se ponían a su lado, comenzaban a conversar de cualquier cosa; eso era divertido hasta que comenzaba a hacer mal tercio y no figurar nada entre ellos entonces se apartaba poco a poco y en algunas otras ocasiones Byron se daba un tiempo para molestar a Makoto, últimamente le gustaba quitarle el gorro y lanzarlo de un lugar a otro con Lázaro mientras esta intentaba recuperarlo pero a veces solo platicaban y el tema solía ser Aaron pues Byron creía que era tiempo de que ella perdonara a su hermano o decidieran hablar. 

—¿Qué? —pregunto Byron sorprendido pero feliz haciendo que todos voltearan a verlo mientras Nerys se ponía colorada y le pedía que guardara silencio mientras se ponía el dedo índice entre los labios—. ¿Te gusta Aaron? —se apresuró para ponerse a un lado de Makoto y preguntarle en un susurro. 

—Makoto se sonrojo a la vista de todos—. Nerys —la miro y le puso cara de reproche. 

—Lo siento, se me salió —se disculpó arrepentida con las mejillas encendidas al mismo nivel de Makoto. 

—¿De qué hablan? —pregunto Aaron intentando integrarse a la plática. 

—Makoto alarmada miro a Byron quien comenzaba a dibujársele una enorme sonrisa—. Ni se te ocurra —amenazo muy seria y Byron comprendió que era cosa de ella el decirlo o no, no de él, aunque quería molestarla—. Nerys... —ahora era a ella a quien se le dibujaba una enorme sonrisa—. La verdad es que Byron me estaba diciendo desde hace tiempo que quiere hablarte sobre algo muy importante y especial... 

—¡Oye! —se quejó Byron sorprendido y con un leve color rojo sobre su rostro—. Yo no iba a decir nada —frunció el ceño y luego volvió a poner cara de sorpresa—. Nunca le he dicho a nadie, tú ¿cómo lo sabes? —hablo y pregunto en un susurro sin obtener respuesta mientras Makoto comenzaba a caminar, ambos dejaron a Nerys confundida. 

—Lázaro... —dijo Aaron con voz átona mientras se acercaba a él—. Tú... —ladeo la boca, se veía que necesitaba saber algo, pero no quería preguntar—. ¿Le gustas a Makoto? —se armó de valor apretando los puños esperando una respuesta que no obtuvo, pero si una mirada de reproche.