—¿Humanos? —observo como tres humanos de siete comenzaban a empuñar unas pistolas extrañas—. No permito juguetes dentro de nuestra nave —dijo mientras rápidamente extendía un tubo de metal.
Con ese tubo señalo de lejos las armas, estas como por artes de magia salieron volando y pegándose al techo. Todos quedaron sorprendidos, ¿qué iban hacer sin sus armas? Nerys al ver aquello decidió seguir escondiendo su pistola con la esperanza de poder usarla en algún momento futuro. Al menos tenían un poco de suerte pues no veían que aquel ser tuviese arma alguna, tal vez le podrían ganar a base de puñetazos, al fin que eran siete contra uno. Como si se comunicaran mentalmente todos a excepción de Sofía se apresuraron a abalanzarse con los puños cerrados contra aquel grisáceo tipo.
—Son muy ansiosos y desesperados —con la misma barra de metal de antes señalo a su izquierda y luego a su derecha—, al menos deberían pensar más en la situación en la que se encuentran.
Un pequeño ejército de robots rodeo a todos haciendo inalcanzable al alíen; Byron y Lázaro intentaron abrirse paso propinando un puñetazo a la cabeza de los robots, no los movieron ni un centímetro, solos se lastimaron y agitaron las manos por el genuino y agudo dolor que sentían, pero eso no iba a detenerlos, la furia los había vuelto brutos pues Lázaro en ningún momento habría actuado ante una situación así sin pensar, molestos por el dolor de sus puños les dieron con todas sus fuerzas un cabezazo donde solo lograron que todos los miraran confundidos como los brutos salvajes que eran y ganando una jaqueca horrendamente espantosa que los tumbo aturdidos; de Byron lo creían pero no de Lázaro quien se terminó desmayando haciendo que Bonnie se preocupara y se agachara para asegurarse de que realmente solo había sido un desmayo.
Nerys al ver la situación se preocupó y sacó su pistola lentamente sin un plan en mente, solo quería hacer algo, estaba desesperada y Sofía lo noto así que se acercó lenta y discretamente a ella haciendo que bajara el arma, poso el dedo índice sobre sus labios para indicarle que fuera silenciosa, luego levanto la mano e hizo un vaivén de adentro hacia afuera con ella para indicarle que la siguiera mientras los demás se quedaban lidiando con los robots.
Nerys y Sofía pasaron entre los robots mientras el alíen estaba distraído observando como los otros humanos golpeaban de forma bruta y sin conseguir absolutamente nada a sus robots.
De improviso una corriente extraña recorrió todo el cuerpo del extraterrestre dejándolo total y completamente inmóvil soltando así la barra de metal que cargaba en su mano derecha; fue Nerys quien le había disparado, se había acercado mucho a él sin que lo notara nadie a excepción de Sofía pues de ella fue el plan.
Nerys se apresuró, tomo la vara de metal con ambas manos y la intento quebrar por la mitad ayudándose de su rodilla, pero no funciono, Sofía suspiro y luego bufo mientras rodaba los ojos, le arrebato la barra a Nerys e imito los movimientos que el larguirucho ser había hecho con anterioridad logrando así que las armas del techo cayeran al suelo y los robots comenzaran a regresar lentamente de donde habían venido, Byron se apresuró derrapándose por el suelo como si de un portero de fútbol se tratara para tomar su pistola, apunto apresuradamente al alíen, Sofía y Nerys asustadas corrieron para alejarse y Byron disparo haciendo que una burbuja que parecía muy sólida encerrara al grisáceo ser. Todos a excepción del desmayado Lázaro observaron atentamente la burbuja pensando que se trataba de algún tipo de cárcel, pero la burbuja comenzó hacerse pequeña, cada vez un poco más y más hasta comprimir por completo al alíen, finalmente la burbuja exploto con su contenido haciendo que gotas verdes se esparcieran las cuales eran como ácido y a causa de esto todos tuvieron leves quemaduras en sus ropas y piel.