No es tiempo de Marte.

Pantalones.

—¿Qué? —se quejo Aaron con dolor al sentir como Makoto le pateaba justo en la espinilla.

—Me dieron ganas —respondió Makoto.

—Aaron, quítate el tuyo —ordeno Sofía.

—Por supuesto que no —frunció el ceño.

—Hazlo, no es culpa mía que seas tan pequeño —lo retaba con la mirada.

—Frunció la boca y chasqueo la lengua muy molesto—. No sé qué tiene que ver el desvestirme con mi estatura.

—¿Llegas de un brinco? —señalo la entrada al ducto de ventilación.

—Todas están locas —bufo.

 

Ya habían comprendido por qué Sofía había hecho aquello, ahora obligaba a Aaron quien solo apretó los dientes mientras bruscamente se quitaba el cinturón y lo dejaba a un lado para después quitarse el pantalón que se deslizo rápidamente de sus piernas, el pantalón fue lanzado con furia, de una patada al lado de Sofía. Makoto no vio a Aaron en ningún momento, se enfocó en ver a Sofía para no ver ni por “error” a otro lado. Makoto agradecía que llevara un short y no un pantalón, seguramente de llevar pantalón también habría sido forzada a quitárselo.

 

—Sofía anudo uno de los extremos de ambos pantalones para juntarlos—. Cárgame y levántame como a Makoto —le ordeno a Aaron.

 

Sofía fue levantada con mucha brusquedad por Aaron quien estaba visiblemente molesto, con algo de color en las mejillas y farfullaba cosas ininteligibles. Makoto le servía de soporte a Sofía, esta vez se enfocaba en mirar la rostro de Aaron.

 

—¿Tengo algo en la cara? —pregunto Aaron al notar que Makoto no dejaba de verlo.

—No me hables —pidió sintiendo como sus mejillas se calentaban un poco.

 

Sofía se acomodó a la altura de la entrada del ducto de ventilación, se enredó en la mano uno de los extremos de los pantalones anudados y se impulsó para meterse, quedando bocabajo, giro sobre su cuerpo para quedar bocarriba y se sentó con la cabeza inclinada mientras abría las piernas lo más que las paredes del ducto le permitían.

 

—Te mira la cara porque no quiere descubrir que usas bóxer como ropa interior y mirar tus flacas piernas, está demasiado concentrada en no mirarte.

 

Ambos abrieron los ojos lo más grande que pudieron gracias a las palabras de Sofía, Makoto comenzó a tener de manera extremadamente rápida la cara roja, era verdad lo que Sofía decía y ser descubierta de esa forma la llenaba de vergüenza, pero no podía admitir que aquellas palabras eran ciertas por lo que con mucho ahínco agito la cabeza a modo de negación, Aaron al observar sus gestos también se le subieron los colores a la cara haciendo que se preguntara si debía creerle a Sofía, su corazón anhelaba no ser indiferente a Makoto, esperaba que al menos si la hiciera sentir algo.

 

—No pueden quedarse así todo el día, tenemos cosas que hacer —los reprendió Sofía—. ¡Sube a Makoto! ¡Ahora!

 

Makoto volvió a ser cargada y así como Sofía lo había hecho también se impulsó para entrar en el ducto e imito los movimientos anteriores de esta, con la diferencia de que ella no abrió las piernas, pero si quedo en medio de las piernas de Sofía, entre las dos tomaron el extremo del pantalón, ese que se había amarrado Sofía a la mano mientras el otro extremo colgaba fuera del ducto.




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