Novios.

—Tam… —tartamudeo sonrojado sin voltear—. Tam… Bi… —se aclaró, volteo y miro a Nerys quien tenía los ojos cerrados— ¡Me gustas! ¡Mucho!

El corazón de ambos latía alegremente con fuerza, después de tanto tiempo se habían dicho esas palabras que tanto habían esperado, Nerys no cabía en tanta felicidad, creyó estar soñando y abrió lentamente los ojos para encontrarse con unos obscuros, pero brillantes ojos azules que la miraban como si fuese lo más valioso y hermoso en el mundo.

—Estoy soñando —murmuro sonriendo sin poder apartar la mirada.

—¿Qué? —sus ojos se achicaron al sonreír—. Claro que no lo…

—¿Quieres ser mi novio? —pregunto de forma apresurada antes de despertar de lo que creía ser un sueño.

—¿Qué? —está vez pregunto él incrédulo—. Por supuesto que si —la miro maravillado enredando suavemente sus dedos entre los rizos de Nerys—. Soy el tipo más feliz de toda la galaxia —podía sentir su propio palpitar en las yemas de sus dedos.

Nerys completamente emocionada ante aquellas palabras en rápidos movimientos se levantó un poco y tomo la cara de Byron con ambas manos, cerro los ojos y poso sus rosados labios sobre los gruesos de Byron quien abrió grande sus normalmente pequeños ojos lleno de sorpresa, gracias a esto su boca también se abrió un poco, oportunidad que no dejo pasar Nerys pues deslizo su lengua en busca de la de Byron quien sintió una corriente eléctrica por todo su cuerpo junto a una ola de calor y emoción haciendo que dejara su sorpresa a un lado y cerrara los ojos dejándose llevar, enredo su lengua con la de Nerys, fundiéndose en un apasionado beso donde se les olvido respirar y donde sus corazones querían salírseles del pecho debido a la intensa emoción, lentamente Nerys regreso a sentarse en la posición en la que se encontraba y Byron se apoyó con ambas manos al filo de la fuente sin dejar de besarse, ambos estaban hambrientos, habían deseado aquellos labios ajenos tanto tiempo y no se habían dado cuenta, ahora no querían separarse, sus lenguas danzaban sin descanso, lentamente fueron haciéndose cada vez más para atrás sin notarlo, era parte de la magia del amor, se estaban dejando llevar, olvidándose de su alrededor. Byron perdió el equilibrio pues su cuerpo ya estaba demasiado adelante, cayó en la fuente sobre Nerys. La caída y el agua los había hecho despertar de aquel momento, ambos se sostuvieron la mirada recordando que necesitaban respirar, escuchaban sus respiraciones agitadas y el eco de sus propios corazones resonaba en sus oídos, los labios de ambos mostraban una imborrable sonrisa, estaban rojos al igual que sus mejillas.

—No es un sueño —rio avergonzada mientras se cubría el rostro con ambas manos.

—Byron comenzó a reír sin apartarse—. Te dije que no lo era —con una mano le quito las manos que tenía en la cara, la miro a los ojos y luego a los labios que quería seguir besando— además, quería ser yo quien te lo pidiera, siempre me acobardaba, pero —volvió a mirarla a los ojos— ¿quieres ser mi novia?

—Tramposo —inconscientemente se lamió el labio inferior—. Sí —quería fundirse en esa obscura mirada azul como la noche estrellada—, aunque tú ya me habías dicho a mí que sí.

Volvieron a reír antes de quedarse de nuevo en silencio, aún en la fuente, empapados y en la misma posición. Esta vez Byron le mostró una sonrisa y le miro de nuevo los labios anunciándole de esta forma que él la besaría esta vez, la respiración de Nerys se cortó y su corazón se desboco de nuevo sintiendo cosquillas en su estómago, enredo sus brazos en el cuello de Byron y cerró los ojos sintiendo como los labios de este se posaron sobre los suyos, le delineo lentamente con la lengua el labio inferior, luego el superior haciendo que un coctel de emociones viajaran con una exquisita electricidad por todo su cuerpo y cuando finalmente tuvo suficiente de probar sus labios, con su lengua se abrió paso sin oposición al interior de la boca donde sus lenguas volvieron a juguetear felices por el encuentro, dejándose llevar una vez más Byron deslizo su mano por debajo de la cintura de Nerys para rodearla, poso su mano derecha en la nuca de esta para profundizar el beso sintiendo la cercanía de sus cuerpos rodeados de agua.

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