No es tiempo de Marte.

Pequeña.

Todo el grupo comenzó a conversar de banalidades sin importancia y sentido, era como si estuvieran en una pequeña fiesta; cantaban, reían, jugaban y gritaban mientras comían frituras así mismo bebían cerveza, Nerys tomaba con Byron, Bonnie quería beber, pero cada vez que tenía una lata en mano Lázaro se la quitaba y sorbía todo el contenido de esta por lo que ya el piso se le movía y le costaba hablar correctamente.

 

—Ya te dije —se detuvo para hablar bien—, no puedes tomar hasta que tengas la mayoría de edad —frunció el ceño.

—Bonnie rodó los ojos—. Y yo ya te dije que soy mayor de edad —se cruzó de brazos.

—Tienes 16, eres una niña —la miro con pena—, eres más pequeña que Makoto y yo soy un maldito pedófilo —parecía a punto de llorar.

 

Todos escucharon y voltearon a verlos, Bonnie dejo de cruzar los brazos, estaba sorprendida, se avergonzó ante todos; los colores se le subieron a la cara, observo a su hermana quien la miraba con severidad. Comenzó a agitar la cabeza a modo de negación repetidas veces ante la mirada curiosa e interrogativa de todos.

 

—No sabe lo que dice —se apresuró a anunciar—. No se atrevan a imaginar cosas que no —amenazo con el ceño arrugado y señalándolos con el dedo.

 

Molesta y enfurruñada le quito la cerveza a Lázaro, dejo la lata en el suelo para llevárselo por la muñeca hasta una esquina, no muy alejados y se sentaron en el suelo, desde ahí podían observar a todos. Bonnie no estaba enojada por lo que sus amigos creyeran, estaba enojada porque lo dijo frente a su hermana, no quería que su hermana tuviese una imagen falsa y errónea de ellos, sobre todo porque ni siquiera sus besos iban más allá del contacto labios con labios. Estaba muy enojada en ese momento, pero no podía enojarse realmente con Lázaro por eso, lo amaba, le daba ternura la forma en que la trataba y cuidaba, pensó positivamente en que él había dicho eso porque también la amaba, porque quería atesorarla así que el enojo se le paso rápidamente.

 

—¿Te estas limitando? —pregunto con una suave sonrisa en el rostro.

—No —giro la cabeza con algo de dificultad para mirarla—, bueno —le acaricio la mano antes de entrelazar sus dedos con los de ella—, un poco.

—No deberías —deslizo las uñas de su mano libre entre los cabellos rubios y puntiagudos de Lázaro—, no soy una niña y tú no eres un pedófilo —rodó los ojos al decir esa última palabra, pero lo dijo con burla sin que se le borrara la sonrisa.

—Eres pequeña —la miro a los ojos y luego a los labios, los cuales no pudo evitar besar de forma rápida y casta.

—El corazón de Bonnie dio un brinco y su estómago se agito feliz—. Soy más alta que Aaron —mostró su típica sonrisa traviesa.

—Todos —pego su frente con la de ella antes de comenzar a reír—. Sabes muy bien que no me refería a la estatura —se recostó sobre el hombro de Bonnie—, hablemos de esto cuando no huela a alcohol —cerro los ojos.

 

Lázaro se había quedado dormido sobre el hombro de Bonnie y ella no pensaba moverse ni un poco, podía ver desde ahí a su hermana cantando y tarareando a dúo con Byron, este había comenzado a cantar canciones infantiles y Nerys le había seguido el juego, ahora no podían parar, se reían solos de lo bobos que eran, probablemente también era un poco del efecto del alcohol, se estaban divirtiendo. Aaron y Makoto los miraban divertidos, a veces los corregían o cantaban pequeñas partes con ellos.




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