No es tiempo de Marte.

No es tiempo de Marte.

Aaron le soltó la mano, ya sabía que había sido rechazado, su temor más grande se había vuelto realidad, es por eso que se había estado acobardando tanto, por un momento llego a tener la esperanza de que sería correspondido y ahora se sentía tan adolorido que no sabía qué hacer, tal vez hubiese sido mejor nunca haberse confesado, no quería llorar, lo estaba intentando con todas sus fuerzas pero poco a poco las lágrimas se le acumularon en los ojos, metió el labio inferior dentro de su boca y lo pellizco con los dientes hasta volverlo blanco. Quería irse de ahí con su montón de sentimientos rotos y sus millones de gotas que le irritaban los ojos pero no se daría por vencido, se prometía a si mismo que de ahora en adelante daría siempre lo mejor de él, se lo mostraría a Makoto, iba a redimirse de todos sus errores, sabía lo estúpido que había sido y se daba cuenta que la lastimo muchas veces. No tenía dudas, le dolía pero se quitó el pensamiento de que hubiese sido mejor no confesarse, estuvo bien que lo hiciera, por ahora debía irse pero tenía que reunir fuerzas para formular una pregunta final pues no alcanzo a escuchar lo último que Makoto le había dicho.

 

—No logre escuchar —volvió a intentar retener las lágrimas—, lo último que dijiste. ¿Podrías repetirlo? —Consiguió preguntar.

 

Makoto también quería irse, se sentía tan mal pero se seguiría diciendo que no era amor aún si el dolor le estaba destrozando el alma, cada que escuchaba la rota voz de Aaron una punzada horrible hacia aparición en su corazón, no podía ni verlo a la cara, desde que lo rechazo solo miraba al suelo, se negaba a decirle que si quería ser su novia, se negaba al deseo de abrazarlo y pedirle una disculpa por hacerlo llorar, no comprendía por qué le dolía tanto si se suponía que no era amor, se estaba muriendo por dentro pero no quería ser su segunda opción, Sofía ya no estaba y por eso Aaron estaba ahí declarándosele. No quería ser su última opción, aunque deseaba besarlo y ser besada por él no estaba enamorada aunque si el mundo llegaba acabarse definitivamente le gustaría compartir un beso con él. Se preguntaba en que momento comenzó de nuevo a derramar lágrimas, no se había dado cuenta hasta que vio como una de ellas golpeo el suelo.

 

—Deberíamos —Makoto se mordió el labio intentando que su voz sonara normal— se…

—¿...Guir siendo amigos? —sentía como cada parte de su ser y alma se caían a pedazos. Le extendió la mano con el sobre en esta.

—Es que no es tiempo de Marte —soltó entre un doloroso suspiro y tomo la carta.

—¿Qué? ¿Marte? —pregunto confundido.

—No es tiempo de Marte.

 

~*****~

 

—¿Son ellos? —pregunto un ser grisáceo.




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